En este artículo:
- Después del triunfo de I’m Still Here, el gobierno de Brasil asegura que es el resultado del gran apoyo que se ha dado al cine del país en la última década.
- En estos momentos, Brasil es el país de Latinoamérica que más invierte en su producción internacional.
- Aunque tomó 7 años en hacerse, I’m Still Here se convirtió en un fenómeno que cambió muchos detalles de la industria cinematográfica brasileña.
Dirigida por Walter Salles, I’m Still Here es una historia conmovedora sobre la dictadura militar brasileña de los años 70, contado desde la perspectiva de Eunice Pavia, una mujer que, tras la detención de su esposo por las fuerzas militares, debe enfrentarse a la dolorosa realidad de su desaparición.
La película ha sido premiada en diversos festivales y, recientemente, obtuvo el Oscar a Mejor Película Internacional, convirtiéndose en la primera producción brasileña en ganar en esta categoría.
Pero más allá de este importante logro, ¿qué significa su victoria para Brasil? A continuación, te lo contamos.
I’m Still Here: Un resultado de la evolución cultural de Brasil
Aprobada por el Senado brasileño en marzo de 2022, la Ley Paulo Gustavo es una medida de recuperación pospandémica que ha inyectado 480 millones de dólares, en el sector audiovisual del país. Según Variety, esta legislación ha impulsado significativamente la financiación del cine en Brasil en los últimos años.
Las primeras películas filmadas con estos fondos ya están en su etapa final de producción. Además, el gobierno de Lula ha consolidado nuevas líneas de financiamiento para la industria cinematográfica, incluidos fondos de coproducción, lo que ha llevado a las productoras brasileñas a buscar cada vez más socios internacionales.
Por su parte, los estados de São Paulo y Río de Janeiro, considerados potencias en el país, han implementado incentivos fiscales y descuentos en gastos de rodaje para atraer más producciones.
Se dice que ningún otro país de América del Sur ha visto un apoyo estatal de tal magnitud para su industria cinematográfica.
Sin embargo, productores y analistas coinciden en que aún existen desafíos, ya que I’m Still Here, tomó siete años en desarrollarse.
Por ello, es fundamental que Brasil continúe fortaleciendo sus mecanismos de apoyo para acelerar la finalización de proyectos y consolidar su industria a nivel global.
Una cinta que se volvió orgullo nacional
I’m Still Here ha ganado 18.5 millones de dólares en las salas de cine brasileñas, convirtiéndose en la película nacional más taquillera desde la pandemia.
Este logro por sí solo ya es significativo, pero su reciente victoria en los Oscar ha llevado la celebración a nivel nacional.
Además de su nominación a Mejor Película Internacional, la cinta también fue contendiente en la categoría de Mejor Película, mientras que su protagonista, Fernanda Torres, recibió una nominación a Mejor Actriz.
Con este reconocimiento, Torres se convirtió en la segunda actriz brasileña en la historia en ser nominada en esta categoría, siguiendo el legado de su madre, Fernanda Montenegro, quien obtuvo la misma distinción en 1998 por Estación Central.
Incluso el presidente de Brasil, Lula da Silva, emitió un comunicado en el que describió el día como un momento “para sentirnos aún más orgullosos de ser brasileños, orgullosos de nuestro cine, de nuestros artistas y, sobre todo, orgullosos de nuestra democracia”.
Además, destacó que este reconocimiento mostró a Brasil y al mundo la importancia de la “lucha contra el autoritarismo”.
Por su parte, Globo, uno de los medios de comunicación más importantes del país, también celebró el triunfo con un comunicado que resaltó la importancia de seguir apoyando al cine nacional:
«Invertir, potenciar y valorar el talento brasileño ha sido la misión de Globo durante muchos años, y ver ese talento reconocido entre los mejores del mundo es un gran orgullo. ¡Esta victoria es para nuestro cine y para todos nosotros, los brasileños!»
El medio también enfatizó que este logro histórico marca un punto de inflexión para el cine brasileño, ya que también podría abrir las puertas a otros cineasta, así como un mayor apoyo y reconocimiento a nivel mundial.
