El final de Minions: Rise of Gru fue alterado en China debido a que «glorificaba» el crimen
El público chino que vio Minions: The Rise of Gru obtuvo una experiencia ligeramente diferente a la de otros/as espectadores/as en todo el mundo debido a que el final fue modificado para alinearse a las políticas estrictas del país.
La versión original de la película animada termina con Gru y su malvado mentor Wild Knuckles cabalgando juntos después de que se revela que este último fingió su propia muerte para evitar ser detenido por las autoridades.
Sin embargo, The Guardian informó que varias publicaciones y capturas de pantalla de la película compartidas en Weibo, dieron a conocer que en China Wild Knuckles fue capturado por la policía y cumplió 20 años en la cárcel. Mientras que Gru, «regresó con su familia» y «su mayor logro es ser el padre de sus tres hijas». Esto lo hicieron para que la cinta se alineara mejor a los valores que quiere promover el gobierno chino, pues aparentemente el final de la historia glorificaba a figuras criminales.
¡Sí hubo quejas!
DuSir, un popular crítico de cine en Weibo, se pronunció en contra y cuestionó los cambios realizados en una película dirigida para público infantil. «Solo nosotros necesitamos orientación y atención especiales por temor a que una caricatura nos ‘corrompa'», escribió el crítico.
Pero Minions: Rise of Gru no es la primera película en ser víctima de las leyes de censura extremadamente estrictas de China. A principios de este año, los/as usuarios/as del sitio de transmisión chino Tencent Video notaron que se habían realizado cambios en el final del clásico Fight Club de 1999. En la nueva versión, se eliminó la escena de la explosión para terminar con un texto en pantalla en donde se revela que la policía frustró los planes de Durden y que el narrador fue enviado a un centro psiquiátrico para recibir tratamiento.
El final se acopla a las reglas del Partido Comunista en China debido a que ha impuesto estrictas pautas de censura en películas, televisión y videojuegos durante la última década. Entre otras restricciones, las películas no pueden presentar a los espectadores una vista positiva sobre la anarquía o el comportamiento criminal.