Una canción de fuego y hielo, que termina con cenizas y nada más.
El final definitivo de Game of Thrones se encuentra a escasas horas de estreno. En poco tiempo, los ojos del mundo estarán una vez más plantados frente a la pantalla, mientras los dedos se mantienen cruzados a la espera de una conclusión digna.
El capítulo antes de dar cierre a esta historia prometía ser el evento más grande jamás contemplado por los espectadores. Un episodio que marcaría a la televisión, tal como ha hecho esta gran serie durante ocho años.
En víspera de los créditos finales, el equipo de Fuera de Foco se ha reunido una vez más para discutir lo que queda por ver, ese sentimiento de amargura con el que se marcha Juego de Tronos, y las expectativas tibias que restan por cumplir.
María Belén (Autora en Fuera de Foco)
Nadie puede negar que Game of Thrones mantiene la excelente factura técnica por encima de cualquier otra cosa. Sin embargo, es penoso que el gran trabajo que se ha realizado en su temporada final en cuanto a fotografía, sonido, arte y actuación pase desapercibido a causa de errores.
Todos los días leo “si tuviese un final feliz no sería Game of Thrones”. Eso lo sabemos muy bien y dudo que alguien no espere sino una conclusión agridulce. De ahí, muchas inconsistencias salieron a flote con el afán de mostrar buena televisión: no voy a ponerme a analizar lo estúpida que fue la muerte de Cersei Lannister, o cómo Jon Snow fue pintado como el salvador para terminar sabiendo nada. Pero sí que puedo decir que al tratarse de una GRAN serie, siempre está la posibilidad de que haya una caída igual de grande.
La verdadera despedida
En la temporada final nos despedimos de la mística que la había engrandecido: adiós a los rostros de Arya, a las profecías, a todo lo que construyó pero al final dejó olvidado.
Podría hacer de cuenta que no pasa nada, mientras veo un cambio radical en la personalidad de Daenerys Targaryen. “Ya sabíamos que se iba a volver loca” y sí, ya lo sabíamos, pero una cosa es quemar gente casualmente y otra es que se sienta que de la noche a la mañana se le soltó un tornillo. Y es que nunca la vimos caer realmente en la locura: tuvieron la oportunidad de mostrar los últimos segundos de su transición a Reina Loca, pero se decidieron por atisbos de eso y encima desde el punto de vista de otros personajes, que no es lo mismo.
Para el episodio final, sinceramente, no espero mucho. Algo me dice que podría ser un gran WTF y cerrar de la peor forma, pero elijo apostar por algo un poco más balanceado, sin decisiones “correctas” como ha ocurrido en esta temporada, con una que otra sorpresa y un par de cosas en su sitio.
Rafael Lechado (Autor en Fuera de Foco)
¿Qué esperar de una serie que rompió su esquema y quedó a la deriva? Que tenga un cierre digno, aunque extrañamente la sensación que queda es la de cierta desolación. Game Of Thrones tiene uno o dos movimientos posibles para que su desenlace sea algo interesante, pero lo épico lo perdieron al destruir el personaje de Daenerys.
No se equivoquen, el capítulo penúltimo fue controversial por decir lo mínimo, pero los que están del lado de los guionistas, se dejan llevar por el fanatismo.
No fue correcto, no fue profesional y más bien evidencia las carencias que ya sonaban desde la temporada anterior. Lo forzado y apresurado provoca acciones injustificadas, desproporcionadas y sin el mérito de las mismas. El hecho de que Daenerys «se volvió loca» y ahora quema a inocentes no es tanto el problema, el twist es suculento y macabro al mejor estilo Game Of Thrones; lo que está mal es que no hubo la construcción idónea para ese giro en el personaje.
Este tema ya lo habrán visto o escuchado en cualquier cantidad de críticas, foros, videos de YouTube o podcasts (como Echados Viendo Tele); por lo que no es comentario hater ni alguna inconformidad nerd. No es eso. En términos cinematográficos existen reglas, las tramas se moldean siguiendo ciertas leyes y aquí no se cumplieron, o al menos lo hicieron de una manera torpe, ingenua y, la verdad, idiota.
Entre conclusiones apresuradas
No seguiré gastando espacio con ese asunto, lo que importa es analizar cómo va a terminar la serie… Creo que a Dany la veremos en su etapa más Darth Vader posible: fría y directa. Esto provocará el quiebre con Jon Snow por supuesto, cuya vida peligra ante el cambio inexplicable de la Reina de los Dragones.
Así que quedan dos opciones, la salida obvia es que los reinos restantes se unan contra Daenerys y armen un plan para derrotarla —puede que Arya haga su magia aquí— o bien, y es el final que creo más posible, que el trono se destruya. Esa figura de poder se acabará de una vez y entrará una nueva etapa sin monarquías únicas, sino como sistemas políticos más independientes y de consenso entre todos.
Si no es eso, todavía está la apuesta inicial que hice antes de esta temporada. Todos mueren y queda Gendry Baratheon como el rey que viene directamente desde el pueblo. Ya veremos qué pasa.
Fer Ramírez (Editora Fuera de Foco)
Parece que fue ayer cuando comenzó la temporada. Cuando las ilusiones de un sinfín de fans se alzaban con el que prometía ser el final más extraordinario jamás visto en la televisión. Por todo internet corrían teorías que lograban convencer a la audiencia de lo que vendría y en todos lados se firmaba por la pregunta «¿Quién se quedará con el trono de hierro?»
Ahora la pregunta es… ¿podrá el final llenar la expectativas, por demás bajas, del mundo entero? No cabe duda que ha sido una temporada repleta de altibajos —más bajos que altos—. Un truculento camino con agujeros en narrativa, en personajes, y sobre todo, en tiempos. Si esta historia condensada en seis capítulos se hubiera extendido para una temporada (o quizá hasta dos), probablemente no estaríamos en esta línea al momento.
Un final que no sabe a Game of Thrones
Si algo es cierto, es que el destino de sus personajes suena lógico después de analizarse. Todo cuadra, tiene sentido y marcha bien con lo planteado en capítulos anteriores. El problema es la curva apresurada en la que una locura parece más un berrinche, una heroína se alza por casualidades, y un destino repleto de misticismo se vuelve mundano sin mayor explicación.
Si a todo esto sumamos las constantes filtraciones de lo que sucedería en episodios finales, poco queda por hacer, más que cruzar los dedos y esperar que los spoilers que rondan en twitter de milagro no sucedan.
Esta ya no es una apuesta, sino un deseo: denle el Trono de Hierro a quien sea, antes de que todos perezcamos bajo cenizas y escamas de dragón.
El final de Game of Thrones está aquí. Cuéntanos, cinéfilo ¿qué esperas de los últimos momentos de la serie?