Pocas películas han apostado tan alto como F1, el nuevo filme dirigido por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick) y protagonizado por Brad Pitt, Damson Idris y Kerry Condon.
Con el respaldo de Lewis Hamilton como productor y una estrategia de producción sin precedentes, que integró al equipo de filmación directamente en la temporada real de Fórmula 1, la película es una de las producciones más ambiciosas del año.
La combinación de cámaras IMAX montadas en autos reales, años y meses de preparación para poder conducir esos autos, así como las grandes interpretaciones de sus protagonistas, esta cinta podría redefinir cómo se filma y se vive el deporte en el cine.
.Fuera de Foco pudo asistir a la conferencia de prensa en la Ciudad de México, donde el elenco y el equipo creativo compartieron detalles íntimos del proceso que hizo de F1 el blockbuster perfecto.

F1: El balance entre realismo y el entretenimiento
“Quería hacer la película más inmersiva y visceral sobre carreras que se haya hecho”, afirmó Joseph Kosinski, revelando que todo comenzó con un correo electrónico a Lewis Hamilton.
Ese mensaje marcó el inicio de un viaje que duró más de tres años y que involucró diseñar nuevas cámaras ultra compactas, asociarse con la Fórmula 1 y formar un equipo capaz de capturar velocidad real en condiciones reales.
Kosinski detalló cómo adaptaron la tecnología de Top Gun: Maverick para convertirla en algo aún más radical:
“Tomamos el sistema de cámaras que usamos en Maverick y tratamos de hacerlas lo más pequeñas posible.
Lo hicimos tan pequeño como pudimos, porque había 4 cámaras justo frente a la cara de los actores mientras conducían a 180 km/h”.
Joe Kosinski, Conferencia de prensa México
La precisión técnica fue igualada por el compromiso actoral. Brad Pitt y Damson Idris entrenaron durante meses para manejar monoplazas reales.
Pitt reconoció: “Nada en mis décadas de carrera se compara con esta experiencia. Siempre estaré agradecido con Kosinski por esta memoria que me regaló”.
Para Idris, el proceso fue igualmente exigente: “Nos entrenamos durante casi dos años. Desde simuladores en California hasta pistas reales como Silverstone y Abu Dhabi. Llegó un punto donde dijimos: sí la armamos como conductores”, bromeó.
Más allá de la destreza técnica, la producción tuvo que adecuar sus tiempos con el calendario oficial de la Fórmula 1.
“No puedes imitar la energía del público, el sonido, la emoción. Sabíamos que teníamos que grabar dentro de las carreras reales”, señaló Kosinski.
Para filmar en las carreras reales, el equipo montó garajes propios, grabó durante prácticas oficiales y se coordinó con escuderías reales.
El productor Jeremy Kleiner resaltó: “Preservamos la intensidad sin perder el alma. Cada personaje tiene su historia. Hacer eso dentro de una extravagancia de acción es muy difícil”.

Los blockbuster (y las carreras) son trabajos de equipo
Aunque el vértigo y la velocidad son parte fundamental de F1, el corazón de la película reside en sus personajes.
“F1 es tanto sobre la gente como sobre el deporte”, dijo Kerry Condon, quien interpreta a Kate, la ingeniera en jefe del equipo ficticio APXGP.
Para ella, uno de los mayores logros del filme fue capturar las múltiples dimensiones humanas que atraviesan esta historia, incluyendo la dificultad y misoginia que enfrentan las mujeres en algunos espacios.
Condon también destacó mucho “la emoción de participar en un gran blockbuster de Hollywood: las luces, la intensidad, la magnificencia de los sets”.
Y aunque puede parecer que una película se logra sólo con los actores y el director detrás, en realidad hay todo un equipo creativo trabajando incansablemente por un objetivo en común.
Ese es uno de los valores de F1 que, para Damson Idris “fue algo que me sorprendió del mundo de las carreras: yo creí que sólo se trataba del piloto, pero no”.
Al respecto y en respuesta a la pregunta realizada por Becka Salas de Fuera de Foco, stanto Condon como Idris recordaron con emoción el rodaje de la escena en el Parque Fermé en Hong Kong, ya que ese momento resaltó el trabajo en equipo que se necesita para crear un gran blockbuster.
Todos estábamos nerviosos, incluso el equipo de cámara. Nos repitieron 20 veces: no toquen los autos, si los tocan, el equipo real será descalificado. Fue una presión real, como si estuviéramos dentro del ecosistema de F1”, relató Condon.
Idris añadió: “Ese día, todos los departamentos —cámara, sonido, fotografía— trabajamos como uno solo. No éramos un cast y un crew, éramos un solo equipo”.
Esa conexión emocional también se refleja en los aprendizajes personales que el elenco se llevó del rodaje.
Pitt explicó que su personaje, Sonny Hayes, representa a alguien que ha hecho las paces con el pasado, pero que debe enfrentarlo nuevamente: “Me gusta que Sonny diga: ‘Nuevo día, nuevo desafío. Eso es lo que me inspira a hacer películas”.
Condon, por su parte, compartió una reflexión sobre el papel de las mujeres en el deporte:
“Hablé con ingenieras que dijeron que en la universidad ya estaban acostumbradas a ser las únicas mujeres. Así que cuando llegaron a F1, fue lo mismo.
Pero si estudias y trabajas duro, puedes estar en el muro de pits. La educación nivela el terreno de juego”.
Kerry Condon, Conferencia de prensa México

Entre adrenalina y humanidad
Más allá del espectáculo visual, F1 se compromete mucho con la evolución de sus personajes, y ver cómo la rivalidad entre JP (Idris) y Sonny se convierte en algo más, añade una capa de intensidad a las grandes secuencias de acción que se ven en pantalla.
Según Jeremy Kleiner, “esta película trasciende el deporte y se convierte en una historia sobre redención, segundas oportunidades y búsqueda de propósito”.
Lewis Hamilton no sólo asesoró técnicamente, sino que compartió su experiencia personal en reuniones creativas: “Su conocimiento es insondable. Incluso en postproducción podía decir si estábamos en la marcha equivocada en la curva seis”, reveló Brad Pitt.
Esa búsqueda de autenticidad fue lo que permitió capturar momentos únicos. “Queríamos que la audiencia viviera lo que solo 20 personas experimentan cada fin de semana”, dijo Kosinski.
Y lo lograron. Las cámaras registraron a Pitt y a Idris en plena concentración, conduciendo a máxima velocidad mientras el público real los rodeaba.
“Cuando ves a Brad, no está actuando. Está tratando de mantener el auto en la pista”, concluyó el director.
F1 no es solo una película sobre autos: es una experiencia que desafía los límites de la ficción y la realidad. Con técnica impecable, emoción genuina y un reparto comprometido, F1 se perfila no solo como un blockbuster, también como una revolución cinematográfica.
