Corea del Norte condenó a muerte a un joven por contrabandear copias de El Juego del Calamar
Según Radio Free Asia (RFA), ha comenzado una tendencia por importar ilegalmente copias de la exitosa serie de Netflix: El Juego del Calamar dentro de Corea del Norte. Y el día de hoy, las autoridades norcoreanas han sentenciado a muerte a un estudiante que sorprendieron viendo el programa de manera ilegal.
La Oficina de Vigilancia de Corea del Norte capturó al estudiante que supuestamente trajo el programa desde China en su memoria USB para supuestamente vender las copias de manera ilegal.
«Todo empezó la semana pasada cuando un estudiante trajo una USB en secreto y vio el programa junto con sus amigos» le dijo un agente de policía norcoreano a Radio Free Asia. «El amigo le dijo a varios otros estudiantes que se interesaron y compartieron la unidad con ellos. Los censores del gobierno recibieron una pista y los estudiantes fueron arrestados” aseveró.
Las autoridades también expulsaron a los maestros/as y administradores del Partido de los Trabajadores por negligencia y se espera que sean exiliados a trabajar en una mina de carbón, mientras que los otros seis estudiantes fueron condenados a cinco años de trabajos forzados y el contrabandista original recibió la condena de muerte.
¿Qué dice la ley?
Apenas en 2020, Corea del Norte aprobó la legislación titulada «Ley sobre la eliminación del pensamiento y la cultura reaccionarios», que puede condenar a muerte por «ver, poseer o distribuir medios de comunicación de países capitalistas como Corea del Sur y Estados Unidos». Por lo que la ley prohíbe la entrada y difusión de material cultural como películas, obras de teatro, música y libros en el país.
Un residente de la ciudad de Pyongsong en Corea del Norte le mencionó a RFA que la premisa de El juego del Calamar ha resonado entre la gente rica del territorio. «Dicen que el contenido es similar a la vida de los funcionarios de Pyongyang que pelean en el mercado de divisas como si fuera una pelea de vida o muerte» dijó al medio. “No solo resuena con la gente rica, sino también con la juventud de Pyongyang, porque se sienten atraídos por las escenas inusualmente violentas. Además, uno de los personajes es un fugitivo de Corea del Norte y pueden identificarse con ella».