Dune: Prophecy es uno de los proyectos de ciencia ficción más innovadores que se están haciendo en cine y televisión. Centrada 10 mil años antes de la aventura de Paul Atreides y Chani, esta nueva serie quiere que entendamos el mundo antes de que las Bene Gesserit tuviera tanta importancia para la política intergaláctica de la historia.
La serie de MAX es ambiciosa no sólo porque toma inspiración de The Sisterhood of Dune, libro que ya no escribió el creador original de la saga, sino su hijo: Brian Herbert, en un afán por expandir su historia, sino que la libertad creativa que tuvieron las showrunners Diane Ademu-John y Alison Schapker deja un testamento de cómo una historia puede cambiar y resignificarse sin importar las expectativas tan monumentales con las que deben lidiar.
En Fuera de Foco, estuvimos en una conversación junto con las actrices Aoife Hinds y Faoileann Cunningham, quienes sorprendieron con sus personajes en el episodio 2, sobre por qué Dune: Prophecy es una serie tan ambiciosa.
Dune: Honrar el pasado para construir algo completamente nuevo
“Creo que la libertad de la que gozamos ahora para experimentar e innovar, viene del increíble trabajo que hizo Herbert con las novelas y ahora Villeneuve con sus películas” comentó a Fuera de Foco Aoife Hinds, quien da vida a Sister Emiline, una joven que entra al programa de entrenamiento de la hermandad porque es una devota creyente que viene de un largo linaje de héroes, a pesar de que el grupo ha ido perdiendo credibilidad.
Con solo dos episodios, Dune: Prophecy ha tomado decisiones que no solemos ver mucho en las historias de ciencia ficción. Cada personaje tiene una agenda (o varias) que la audiencia apenas está descubriendo, pero ya sucedieron intensas muertes que ponen a dudar no sólo quienes son los verdaderos protagonistas, sino también hacia dónde van y qué buscan lograr. Haciendo que la serie ya sea una brutal exploración sobre la ambición del poder.
Y es que la hermandad no la está pasando nada bien: Después de la Gran Guerra contra las Máquinas, la familia Harkonnen ha caído en desgracia. Valya Harkonnen (Emily Watson) está haciendo todo lo posible por hacer que la hermandad tenga cada vez más poder, algo que Desmon Hart (Travis Fimmel) un soldado que es resistente a La Voz y poco a poco se está convirtiendo en un importante aliado para el Emperador Corrin, ha jurado evitar a como dé lugar.
No sólo eso, en los dos primeros episodios ya experimentamos dos fatídicas muertes: la de la Madre Reverenda Kasha y la de la Hermana Lila, eventos que dejan a la hermandad no sólo débil, sino también preguntándose sobre su importancia y su verdadero rol en el gran reacomodo de poder que experimenta en este momento el mundo de Dune.
Sobre este tema, Hinds comentó en respuesta a una pregunta de Fuera de Foco que “el tono, los personajes, las intrigas están tan bien delimitadas en la novela original, que podemos explorar, jugar e improvisar con mucha libertad, porque nuestro trabajo era entender en dónde están estos personajes y cómo impactarán el futuro que ya vimos”.
Hinds y Cunningham no tienen roles fáciles: contrario a Emeline, la hermana Jen (Cunningham) entra a la hermandad con muchas dudas y cuestiona los atroces actos de la hermandad, pues sabe que los mártires y los sacrificios que se están haciendo son sólo para ver quién logra mantener el poder. Y los eventos del episodio 2 hacen que las visiones de ambas se enfrenten de una forma intensa.
“No creo que (Jen) duerma muy bien” comentó Cunningham en otro momento de la plática. “Ella quiere verse fuerte, quiere aparentar que tiene todo en control, pero una de las maravillas de estar en Dune fue poder experimentar tantos giros, sorpresas y cambios, porque ningún personaje está a salvo”.
¿Qué más podemos esperar de Dune: Prophecy?
Con tan solo dos episodios, la nueva serie de Dune ya nos mostró la brutal personalidad de sus protagonistas y lo que están dispuestos a hacer para mantener el poder. Las intrincadas relaciones que hay alrededor de quién debe gobernar impactan directamente a la hermandad, pero porque sus aprendices están comenzando a ver desde adentro lo que debe hacerse para que ese grupo sobreviva en el poder.
“Aunque tengan visiones diferentes, al final están juntas. Probablemente nunca se habrían acercado tanto de no ser por la hermandad” comentó Hinds sobre la relación entre Emeline y Jen en otro punto de la conversación. “Pero eso es muy interesante: físicamente ahora están, de cierta manera, atadas. Y tienen preguntas muy similares, ver cómo experimentarán la verdad sobre la hermandad y lo que entienden de ello fue de las partes más emocionantes para interpretar”.
Las pruebas de la hermandad ya recuerdan mucho a las que vimos en las cintas de Dune protagonizada por Timothée Chalamet, pero verlas aplicadas a personas que quieren formar parte de esa organización y cómo son rechazadas son temáticas intrigantes que seguramente darán mucho de qué hablar conforme avance la serie.
Según Cunningham, “Mucho de (Dune: Prophecy) es ver cómo los personajes tratan de avanzar. Es un poco como un juego de ajedrez: en donde están esperando a que la otra parte haga o diga algo con claridad… pero eso no ocurre”.
Con tan solo dos episodios, Dune: Prophecy dejó claro que tiene todo para crear una historia de intriga que ayude a expandir el universo y presentar a personajes nunca antes vistos en la historia de la ciencia ficción.