El creador de Black Mirror reveló que Bandersnatch iba a ser un proyecto interactivo más complejo.
En 2018 se estrenó en Netflix la película Black Mirror: Bandersnatch, una producción interactiva donde la audiencia decide el destino de su protagonista interpretado por Fionn Whitehead, quien da vida a un joven programador de videojuegos.
Y al respecto de este proyecto, su creador Charlie Brooker reveló a The Guardian que tenía planeada una propuesta más compleja, donde la trama se iba a desarrollar a manera de una especie de cuarto del cual tienes que escapar, en el cual la audiencia sólo podría avanzar tras equivocarse de manera repetitiva, ya que tras cada error se les entregaría de manera momentánea un dígito de la respuesta correcta. Idea que desecharon tras percatarse de lo siguiente:
“El problema era, y esta es una acusación condenatoria a la humanidad, que la gente no podía recordar un número de cinco dígitos durante más de cinco segundos. Así que tuvimos que sacar eso, ya que básicamente significaba que no estabas muy seguro/a de cuándo había terminado todo».
Charlie Brooker
¿Una opción arriesgada?
A pesar de lo anterior, Charlie Brooker calificó a Bandersnatch como un producto que «desde el punto de vista técnico me hizo sentir satisfecho», y posteriormente agradeció y recalcó el riesgo que Netflix tomó al realizar el proyecto:
«Ese fue su primer gran drama interactivo. Era una propuesta costosa, arriesgada y difícil, tuvieron que programar un montón de cosas para que funcionara. Mirando hacia atrás, ¿por qué mejor no quisieron hacer algo como una película de James Bond? Este programa era muy específico: se trata de alguien que escribe un juego en su cabeza (…) ¿No lo pudieron hacer más glamuroso? No lo hicieron”.