¡La idea de Zoë Kravitz que rechazó Darren Aronofsky!

Darren Aronofsky nos contó que Zoë Kravitz dio muchas ideas para Caught Stealing, pero una de ellas fue demasiado para el director.

El nuevo proyecto de Darren Aronofsky, Caught Stealing, es sin duda su proyecto más “ligero y divertido”, después de una carrera dedicándose a retratar los temas más complejos del ser humano.

Basada en la novela de Charlie Huston, nos transporta al Nueva York de 1998 para seguir la historia de Hank Thompson (Austin Butler), un exjugador de béisbol fracasado que pasa sus días entre botellas de alcohol, pesadillas recurrentes y un trabajo mediocre como bartender.

Todo parece rutinario hasta que su vecino Russ (Matt Smith) le pide que cuide a su gato, un favor aparentemente inocente que desencadena un espiral de violencia y caos con mafiosos, riñas sangrientas, órganos removidos y un humor negro que solo Aronofsky podría orquestar.

En medio de este torbellino aparece Zoë Kravitz en el papel de Yvonne, la semi-novia de Hank, quien representa uno de los pocos destellos de normalidad y afecto en la vida del protagonista.

Más allá de ser solo el apoyo moral de Hank, Darren Aronofsky nos contó que Kravitz constantemente daba ideas creativas para enriquecer Caught Stealing, pero el director nos contó en Hablando de Cine Con la idea que simplemente no cuadraba con la historia.

Zoë Kravitz

El papel de Zoë Kravitz y la idea rechazada

En Caught Stealing, Zoë Kravitz funge como un gancho moral y emocional para el personaje de Austin Butler. Ella es quien representa la posibilidad de un futuro más estable, un vínculo romántico que contrasta con el caos del inframundo criminal en el que Hank se ve atrapado.

Pero más allá de su trabajo como actriz, Kravitz también aportó ideas creativas durante el rodaje. 

Aronofsky nos contó que una de esas propuestas fue particularmente extraña: una escena en la que Yvonne y Hank se reían juntos de sus propios pedos. Para Kravitz, ese gesto podía ser una manera de mostrar lo auténtica y relajada que era la relación de sus personajes, una forma íntima de transmitir confianza y complicidad.

Sin embargo, el director fue tajante:

“Tuvo esta terrible idea de que ella y Austin se rieran de sus propios pedos como si fuera romántico en la película. Y yo dije: no, eso no va a estar en la película”.

Aunque Aronofsky rechazó la ocurrencia, lo hizo entre risas y terminó convirtiéndose en un chiste recurrente dentro del set. 

Como él mismo dijo, trabajar con alguien como Zoë implica recibir decenas de aportaciones, algunas brillantes y otras imposibles de llevar a la pantalla. “Esa es la parte divertida”, agregó.

Zoë Kravitz

El choque entre lo grotesco y lo absurdo en Caught Stealing

Lo curioso es que la idea de Kravitz no estaba tan alejada del espíritu de Caught Stealing. La cinta de Aronofsky mezcla violencia extrema con momentos absurdos que rayan en lo cómico. 

La historia de Hank se desarrolla entre litros de alcohol, vómito, peleas sangrientas, huesos rotos y hasta una extracción de riñón en medio de una riña. Todo ello genera un contraste que, en ocasiones, busca la risa incómoda tanto como el impacto visceral.

La crítica ha señalado que la película solo alcanza su mayor fuerza cuando se entrega de lleno a ese tono oscuro y delirante. En ese sentido, la ocurrencia de Kravitz funcionaba como un reflejo de lo que la propia película intenta explorar: la delgada línea entre lo grotesco y lo divertido.

Además, el elenco de apoyo refuerza esta mezcla de estilos. Figuras como Liev Schreiber, Regina King, Vincent D’Onofrio, Carol Kane, Bad Bunny y muchos más convierten cada aparición en un espectáculo de exageración, disfraces y personajes llevados al límite. Desde el vecino punk con mohawk gigante interpretado por Matt Smith hasta la galería de mafiosos neoyorquinos que persiguen a Hank, todo en la película se mueve entre lo violento y lo ridículo.

En ese universo, ¿una pareja riéndose de sus flatulencias hubiera sido tan descabellada? Probablemente no. Pero para Aronofsky, mantener un equilibrio narrativo era clave. 

La anécdota de la “escena prohibida” revela algo esencial sobre el proceso detrás de Caught Stealing: se trató de un rodaje altamente colaborativo, donde actores y director compartían ideas constantemente, incluso si algunas terminaban en la papelera.

Al final, Caught Stealing es precisamente eso: un ejercicio de experimentación creativa que balancea lo grotesco con lo absurdo, y que confirma que incluso las ideas descartadas forman parte de la búsqueda por alcanzar la perfección cinematográfica.

Zoë Kravitz