Yeon Sang-Ho, director que saltó a la fama por Train to Busan, tiene un ojo muy específico: él suele utilizar la ficción para mostrarnos crudas realidades sobre el sistema y el mundo en que vivimos. La cinta zombie de 2016 fue una exploración de lo difícil que es construir empatía en una sociedad tan complicada.
En The King of Pigs, él explora temas como la soledad, el arrepentimiento y el rencor con una historia sobre aspiraciones creativas. En The Fake, lanza duras críticas a la religión institucionalizada con un thriller lleno de giros argumentales.
Por eso no es de esperarse que en Parasyte: The Grey, una adaptación del exitoso anime, Yeon Sang-Ho haya podido utilizar la idea de una invasión extraterrestre para explorar de forma brutal nuestra necesidad de coexistencia y pertenencia en el mundo.
En Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de platicar con Yeon Sang-Ho sobre las ideas que quería impregnar en el live-action de Netflix.
Yeon Sang-Ho explica la filosofía de Parasyte: The Grey
En entrevista, Yeon Sang-Ho confesó que cuando vio el anime original “sintió una conexión muy fuerte con sus temas filosóficos, pues explora temas sobre la coexistencia y el medio ambiente”.
En lugar de ser una adaptación fiel al anime y el manga, Parasyte es una historia completamente original que pone en el centro a Jeong Su-in (Jeon So-nee), una joven que es asesinada justo en el momento en el que un parásito alien estaba por entrar a su cuerpo. El parásito logra salvarla de la muerte, pero no logra controlar su cuerpo por completo, por lo que se quedan atrapadas en una situación muy similar a la historia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Jeong Su-in decide nombrar a su parásito Heidi, y a través de brutales escenas va conociendo cuál es el impacto de esta invasión alienígena en el mundo. Los parásitos se presentan como una comunidad religiosa, y la serie explora también los peligros de la censura y el control mediático.
Pero para Yeon Sang-Ho, la idea central de su adaptación está en la coexistencia y la aceptación de un mundo que no va a poder cambiar.
“Heidi y Jeong Sun-in no pueden interactuar directamente entre ellas. Pero de cierta manera están obligadas a coexistir. Pero otro tema que quería explorar era la relación entre organizaciones y los individuos.
Este tipo de relaciones puede que no sea óptimo, y creo que el tono de la serie es deliberadamente pesimista, pero al final quería hablar sobre cómo la empatía y la coexistencia es la fuerza que tenemos los humanos para subsistir”.
Yeon Sang-Ho, Fuera de Foco
Los parásitos de la serie se presentan como seres intimidantes que se infiltran en el tejido social de la sociedad con mucha rapidez. Y por eso, Yeon Sang-Ho opina que el live-action de Netflix “en realidad también es una exploración de lo que necesitamos como sociedad para entender la corrupción y lo que más nos aqueja”.
¿Cómo Yeon Sang-Ho se diferenció de la historia original?
En la obra original de Hitoshi Iwaaki, el personaje principal Shinichi Izumi puede conversar directamente con su parásito. “Pero yo quería añadir una capa adicional de drama” nos comentó Yeon Sang-Ho. “Así que por eso Heidi y Jeung Su-in no se pueden comunicar directamente, además de que tienen que usar una libreta que funciona como diario, y así la audiencia puede ver que tienen personalidades completamente diferentes, pero para ellas es más lento adaptarse y coexistir”.
Yeon Sang-Ho encontró una forma de explorar más a profundidad el tema de la empatía y la necesidad de conexión. “Su-in, en un principio, es muy solitaria y tiene la mentalidad de que el mundo es un lugar hostil, pero gracias a este proceso ella es obligada a confiar y a conocer nuevas perspectivas”.
Así, Sun-in no sólo va entendiendo mejor a Heidi, también logra encontrar una conexión más cercana con Seol Kang-woo, un gángster que también es rechazado por la sociedad que sólo ve por su beneficio y que poco a poco se da cuenta sobre la importancia de luchar por mejorar la sociedad.
Para el director Yeon Sang-Ho, la obra original de Parasyte “es muy interesante porque detrás de toda la acción, en realidad explora nuestro miedo primario y la envidia que yace en toda la humanidad” por lo que cree que la ciencia ficción y la fantasía “son buenos vehículos para explorar una gran gama de temas. Son metáforas, son formas de abrir conversaciones, formas de ser algo diferente. Mientras eso se mantenga, mientras se logre preservar la esencia, creo que historias como Parasyte dan la libertad de proponer una historia diferente, pues seguimos usando la ficción como vehículo para hablar de temas sociales».