Conversamos con la directora Gabriela Ivette y el Tío Robert sobre la aclamada, polémica e independiente ópera prima: Ok está bien.
Cercano a cumplir la treintena de edad, la vida de Mariano se encuentra estancada: hace 6 años egresó de la carrera de cine y lo único que hace en su cotidianidad es acostarse a ver películas en el hogar perteneciente a su madre. Tras la llegada de su primo Ramiro a casa, el protagonista verá su autoestima golpeada frente a un adolescente que le supera en todo, por lo que intentará reivindicarse de la manera más absurda: intentando conquistar a Mariali, la novia del recién llegado.
La cinta se trata de la ópera prima de Gabriela Ivette Sandoval como directora y Roberto Andrade tras el guión, con quienes conversamos sobre todo lo que ha rodeado a Ok está bien: los aplausos por parte de la crítica, la falta del apoyo gubernamental para su realización y su distribución independiente.
Amor y rechazo
Sólo hace falta darse una vuelta por el trailer de la película en cuestión, para leer las palabras de algunas de las mejores plumas nacionales -en cuanto a crítica cinematografía se refiere-, alabando el trabajo realizado en la misma. Por ejemplo, Jorge Ayala Blanco la definió como: “Un prodigio de humor y una bocanada de aire fresco a nuestro cine”, mientras que Fernanda Solórzano la destacó de la siguiente manera: “Una de las poquísimas películas en México que le brinda al guión un lugar central”.
Al respecto de dichos comentarios, Roberto confiesa sentirse muy contento, pues rememora como desde 2009 Gabriela y él, leían el guión del filme por pura diversión: “Nos gustaba mucho y terminábamos diciendo ‘Algún día’. Y afortunadamente ese día llego.”
Sin embargo recalca que a pesar de los buenos comentarios recibidos por parte de la crítica cinematográfica, las instituciones no la han recibido muy bien. Argumento que sustenta en diversos factores como la manera en que los festivales en el país le dieron la espalda -con la única excepción de Guadalajara-, además que no recibieron ningún apoyo para la postproducción: “Siempre que pedíamos ayuda nos decían los mismo: que era políticamente incorrecta y que no iba a pasar. Pero nos aferramos hasta conseguir realizarla y acá andamos.”
Para Gabriela los buenos comentarios y la expectativa generada en torno a su primer filme, no sólo la motivan a realizar una segunda película, sino también a que más gente la vea, por lo que después de estar guardada un buen tiempo, le emociona la apuesta de proyectarla en una gira de autocinemas, pues además de que sería la primera vez que asiste a uno.
Sobre tal idea, la cineasta mexicana recalca que de las poquitas cosas positivas que ha dejado la pandemia es la que no sólo se están produciendo películas independientes, sino que también ya hay manera en que las/os creadores/as, busquen una forma de dar salida a sus obras: “Lo que hemos hecho ha sido completamente independiente: producción, distribución y exhibición.”
Pero confiesa que dicho proceso no es la manera de sacar una película en México, lo que les ha permitido aprender muchísimo, pero desde la soledad: “No sé si eso sea algo triste pero si me he preguntado: ‘¿Por qué hay personas que no vieron potencial al proyecto?’ Si es una comedia y es lo que más se consume en este país.”
Ivette reflexiona que quizá el blanco y negro no ayuda mucho, pero en esencia su película cuenta con muchas virtudes: “es una comedia que trata de ser más inteligente, no es de pastelazo y es ácida, no creo que se haya hecho algo así recientemente en el país.”
El guionista se unió al anterior discurso, exponiendo como Ok está bien hizo todo al revés, “pero de otra manera no hubiera podido existir”. Ya que filmaron la película con muy poco dinero y la ayuda de muchos/as amigas/o: “Tuvimos que conseguir paros y dinero de todos lados para realizar esta cinta, igualmente la distribución quisimos hacerla de manera personal.”
Precisamente sobre la distribución del filme: Roberto comenta que tras la falta de apoyo de las instituciones, decidieron parar con los intentos de festivalearla y en cambio mostrársela primero a los/as críticas/os de cine, pues: “nosotros sabíamos el producto que teníamos y siempre creímos que a los críticos podía gustarle, me parece que fue una buena decisión porque de allí comenzó a hacerse el boca a boca”.
Sin embargo, el también comediante recalcó que esto último no significaba que al público no le gustará, pues todo lo contrario: “(…) lo que a mi más me emociona es que cuando la película se ha exhibido en salas, la misma se encuentra llena de risas, la gente se la pasa bien y eso es muy difícil de ver aquí en México: un largometraje que le guste a la crítica y público.”
El papel del guión en el cine mexicano
En una escena de Ok está bien, el personaje de Mariano realiza una diatriba contra el cine mexicano, tanto a nivel de industria como en lo temático, donde se han realizado 8 mil remakes de Los Olvidados. Fuera de la ficción, Roberto menciona que tanto él como Gaby no son tan tajantes, sin embargo tienen la idea de que la figura del guionista ha sido vilipendiada durante décadas.
Dicho factor, para ambos es representativo de la distancia que existe entre nuestra cinematografía y otras: “hay una consciencia de que el guionista es parte fundamental y trascendental en el cine.” Por ejemplo, el también protagonista reveló como desde que se encontraba estudiando cine le enseñaban que “el guionista debe agachar la cabeza, dejarse mangonear por el director, y me lo dijeron muchos profesores: ‘Tú entregas y te callas’. A mi siempre me molestó eso.”
Por lo que la experiencia de hacer equipo con Gabriela le fue gratificante: “Es una directora muy consciente del papel del guión, siempre esta dispuesta a escuchar y no subirse en una especie de monarquía fílmica.”
Como respuesta, la cineasta mexicana calificó esto último como una de las principales virtudes de la mancuerna que realizaron, especialmente porque no es común trabajar así, y por lo menos para ella, esa conexión favorece cierto tipo de películas, específicamente aquellas sostenidas en los personajes y diálogos. Además dicha relación le permitió sentirse cobijada.
Por otro lado, reflexiona que la devaluación del labor de guionista recae en que mucha gente piensa que es fácil, pero claramente no lo es: “se requiere talento, trabajo y mucho estudio.” Idea a la que Roberto suma que de repente los directores están muy sobrados pues “piensan que solitos pueden llevar una película a buen puerto.”
Gaby también menciona que las ventajas de brindarle su respectivo espacio al guión es que dejas de preocuparte por tantas cosas y a la hora del rodaje te permite tener conocimiento de lo que vas contar; pero al contrario si desprecias lo escrito lo más probable es que obtengas algo que no transmita honestidad. Por lo que: “no me parece muy descabellado sentarte a hablar con la primera persona a quien se le ocurrió la historia.”
Además, confiesa no querer que la dirección entorpeciera las virtudes del guión, “Roberto y yo teníamos la fantasía de que a todos los diálogos escritos, pudiéramos brindarle la fuerza en pantalla” lo que permitiría que la gente los encontrara igual de divertidos, “teníamos una gran historia y eso es lo que nos interesaba que se transmitiera.
Sin embargo, aunque intentó respetar al máximo el escrito, hubo que cambiar algunos aspectos, como el sitio donde se desarrollaba la historia: “Originalmente ocurría en Tacuba, que es donde Roberto creció, pero en aquel tiempo yo vivía en Tlatelolco y quería presentar una versión más estilizada de aquel lugar.”
Esto como inspiración del Manhattan retratado por Woody Allen, aquel donde “todo el mundo esta en cafecitos y galerías de arte, Tlatelolco no es así, pero quería transmitir esa vibra más encantadora en contraste con la representación urbana y decadente con la que regularmente se le suele representar.” Sobre las referencias que influenciaron su trabajo en el guión, Roberto añadió a la lista los nombres de Jim Jarmusch, Kevin Smith o Todd Solondz.
También menciona que algunas escenas fueron improvisadas, pero que esos pequeños cambios son parte del trabajo de dirección, con el propósito de enriquecer en lo posible todo lo escrito. Algo similar ocurrió con la elección musical, donde Gaby admite que fue una de las pocas discusiones que mantuvieron, ya que no conseguían el dinero para comprar los derechos de Rapsodia en Azul, ella se aferró y afortunadamente lo consiguieron.
Una de las cualidades principales en el filme es el tono cómico, entorno donde su guionista se desempeña bajo el seudónimo del Tío Robert, sin embargo el mismo menciona que la influencia de su carrera en el stand up fue parcial, ya que cuando escribió el guión todavía no había debutado en los escenarios, pero en términos actorales, sus bases le permitieron desenvolverse mejor en la actuación tanto en términos de timing como fuerza para exponer los diálogos.
Consejos para jóvenes cineastas
Acercándonos hacia el final de la charla, ambos meditaron sobre otra de las afirmaciones que realiza Mariano en la cinta, quien menciona que no hay una buena sola película de fútbol, pero Roberto recapacita: “Hay una: The Damned United protagonizada por Michael Sheen, pero es la única, también por ahí anda Ted Lasso que logró una nominación al Globo de Oro, pero no se me hace muy fregona, entiendo el experimento pero se me hace muy caricaturesca.”
Sin embargo tanto Gaby como Robert destacan otros filmes de deportes como el documental Hoop Dreams, Blades of Glory de Will Ferrell, Rocky, o Raging Bull de Scorsese.
Comenzando con los consejos, para quienes buscan realizar una colección como la de Mariano en el filme, cada uno recomendó tres películas que no pueden faltar en la misma, el guionista se decantó por Hannah y sus hermanas, la trilogía del Padrino y Pulp Fiction, mientras la cineasta hizo mención de Manhattan, la trilogía de Linklater y Goodfellas.
Finalmente, posterior a la experiencia de producir, exhibir y distribuir la cinta de manera independiente, ambos brindaron un consejo a los/as jóvenes aspirantes a cineastas. Roberto expresó que lo mejor es escribir un guión que sea barato de llevar a cabo y en segundo lugar: “Entrarle sin miedo, ahorita con todas las tecnologías al alcance cualquiera puede hacer una película.”
Por otro lado, Gaby recomendó buscar contar algo genuino, “no algo que nada más busque festivalear o ser comercial, para tu ópera prima necesitas hacer algo que a ti te gustaría como espectador”, además de estar conscientes sobre la realidad de nuestro país, hacer una película que no sea costosa: no muchas locaciones, pocos personajes y que no dependas de fondos estatales: “Si quieres hacer algo como El Señor de los Anillos, México no es el país para ello.
Para conocer las fechas de exhibición de Ok está bien, pueden visitar las redes sociales de la película.