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Niña Sola: Cuando El Cine se usa como Protesta

Niña Sola es un duro documental que nos brinda una perspectiva íntima de la violencia y Javier Ávila nos cuenta cómo construyó su visión
Niña Sola: Cuando El Cine se usa como Protesta
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Niña Sola es un duro documental que nos brinda una perspectiva íntima de la violencia y Javier Ávila nos cuenta cómo construyó su visión

En 2016, Cintia fue asesinada en una colonia popular de Tijuana, Baja California. Con tan sólo 19 años, dicen que fue asesinada por la pareja de Arcelia, su madre. Su hermana Bertha es la que descubre la terrible escena del crimen: un cuerpo inerte tendido en una cama con una almohada sobre su cara. La muerte de Cintia fue lenta, dolorosa y todo ocurrió dentro de la intimidad de su cuarto, poco tiempo después de que su mamá se despidiera de ella para ir a trabajar.

Cuando Arcelia se entera, quiere romper todo y comienza una dura pelea con las autoridades y los medios de comunicación. Pero el culpable desapareció por completo, la policía se muestra indiferente y Bertha y Arcelia sólo pueden quedarse en esa casa, lugar que dejó de ser un refugio para convertirse en un triste recordatorio de que en México, la intimidad es un arma que la violencia machista explota a su favor.

Esas son las duras imágenes que presenta el director Javier Ávila en su documental Niña Sola, un cruento relato de todo lo que han pasado Arcelia y Bertha después del asesinato de Cintia. En Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de platicar con Ávila sobre este documental y por qué cree que el cine debería ser una herramienta de protesta.

Niña Sola

Enfrentando la Realidad

Aunque Niña Sola es un documental y tanto Bertha como Arcelia son el corazón del metraje, Javier Ávila va más allá para describirnos los espacios, los cuartos, los lugares en donde vivieron y que también fomentan la impunidad y la corrupción. “Conocer, participar y tener la oportunidad de hablar esta historia cimbró algo muy profundo en mí. Yo vengo de una familia sumamente machista, en donde había que esperar al abuelo en la mesa y sólo él tenía la última palabra, así que todo este proceso hizo que me cuestionara todo con lo que había crecido y todo lo que había hecho”.

Y es que el documental no sólo hace uso de testimonios y entrevistas. La desgarradora voz de Arcelia relata cómo las pequeñas violencias perpetradas por su pareja siempre estuvieron presentes, y que aumentaron poco a poco hasta culminar en el asesinato de su hija. Mientras tanto, Ávila nos muestra los cuartos, las casas, las calles que transcurren estas personas, que nos muestran las condiciones en donde es más fácil que se geste la violencia.

“Yo quise retratar esos espacios porque sí influyen en la corrupción y en cómo se ven los crímenes. Ver las calles maltrechas, oscuras, que casi no pasan patrullas, que siempre están solas. Es una muestra de cómo la sociedad, el país propicia que ocurran estos crímenes y que nunca se haga justicia, porque no se conoce cómo viven estas personas, no se habla de eso, no se habla de que realmente no están seguras en su casa”.

Esa mirada le da un tono muy íntimo al documental, pero también sumamente sombrío. Al final, la impunidad reina y Arcelia y Bertha sólo tienen ese sentimiento desolador de impotencia mientras intentan encontrar resignación y buscan justicia. Desafortunadamente, este no es un caso aislado y la violencia feminicida en México continúa en aumento. Al respecto, Javier Ávila comentó que sí es difícil tratar estos temas, pues hay gente que no quiere escuchar:

“Tuve una mala experiencia en una proyección a la que asistieron Bertha y Arcelia, porque muchos hombres comenzaron a revictimizar a Cintia y a decir que era su culpa, mientras que escuché a muchas mujeres quejarse de cómo estaban vestidas o cómo se habían pintado las uñas. Si no puedes escuchar la historia de una persona, ni siquiera porque esa persona está enfrente de ti, ese es un obstáculo muy grande”.

Niña sola

El Cine como Herramienta de Protesta

Pero para Ávila, la razón detrás de este escepticismo es porque no se habla con el lenguaje correcto de estos temas: “Nosotros soltamos palabras como patriarcado, estructuras y demás, pero, ¿qué significa exactamente eso? La gente necesita ver y entender lo que es, no que sólo les suelten palabras que no sienten que se relaciona con sus realidades”.

Pero Niña Sola se encarga de que escuchemos los testimonios, las opiniones y la visión de Arcelia y Bertha. Escuchamos sus anécdotas, cómo se cuidan, los lugares y a la gente que evitan. El documental captura a la perfección su humanidad y nos entrega un relato que nos obliga a hacer frente a la violencia que nosotros conocemos y que perpetuamos, porque sus testimonios son muy punzantes, pero a la vez muy familiares.

Y es que entre los relatos de Bertha sobre por qué es peligroso caminar sola por el campo, y las memorias de Arcelia que describen a Cintia como una chica con miedo, que nunca le gustaba andar sola, el documental se convierte en un testimonio de una de las realidades más duras que azotan al país. Y por eso, Niña Sola se convierte en una herramienta política muy importante.

Pero Javier Ávila tenía esto en mente cuando dirigió el documental: “Creo que el cine debe ser una herramienta de protesta. Se debe usar para que nosotros podamos experimentar otras cosas, que nos adentremos en otras vidas, en otros mundos. Sobre todo, creo que el cine es un ejercicio de empatía, nos ayuda a generar empatía con quienes estamos viendo en pantalla. Y si podemos hacer que alguien tenga empatía por Arcelia y Bertha, si podemos hacer que escuchen su historia, entonces la película se volvió una herramienta bien fuerte”.

Niña Sola llegó a las salas de cine mexicanas este 11 de febrero

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