Hunger es una propuesta tailandesa que llegó a Netflix a principios de mes. La historia sigue a Aoy (Chutimon Chuengcharoensukying), una adulta joven recién graduada que tiene pocos prospectos de vida, pero es genial preparando comida frita en el restaurante de su familia.
Sus habilidades la llevan, por azares del destino, a ser parte del equipo del increíble Chef Paul (Nopachai Chaiyanam), uno de los chefs más relevantes del país y que por supuesto es una figura dura, controversial y autoritaria que lleva hasta su último límite las capacidades, la salud mental y la disposición de Aoy para convertirse en alguien “especial” y alcanzar el éxito.
A través de una intensa historia, Aoy explora lo que de verdad significa perseguir el éxito, además de que pone en perspectiva temas sobre la lucha de clases, lo que significa el arte dependiendo de un contexto sociocultural y hasta qué punto uno puede dejar su individualidad para alcanzar sus objetivos.
En Fuera de Foco, platicamos con el director Sitisiri Mongkolsiri sobre la filosofía de Hunger y cuál le gustaría que fuera el impacto de la cinta en el mundo.
¿El Cine puede ser un instrumento de revolución?
A lo largo de la trama de Hunger, parte importante de la dicotomía que vive Aoy es enfrentarse al hecho de que los ricos comensales que contratan las habilidades del Chef Paul, realmente no necesariamente aprecian el arte detrás de sus platillos, sino que lo ven como otro artículo de lujo y un entretenimiento para sus fiestas.
Por eso, el director nos comentó que “este tema ha despertado gran controversia en Tailandia porque algunas personas piensan que hablo en contra de la alta cocina, aunque por otro lado ha provocado también un boom para la alta cocina tailandesa”.
Ese contraste irónico le agrada mucho a Mongkolsiri, pues nos comentó que su principal interés para crear Hunger fue “lanzar una pregunta a la sociedad, no sólo a la sociedad tailandesa, a la sociedad global” para iniciar una conversación, “ya sea sobre clase, sobre el valor de la comida, el valor del arte, etc”.
El interés del director por despertar el análisis en la sociedad está entrelazado con las duras reglas de censura en Tailanda, pues nos comentó que, desde hace 5 o 6 años, películas con mensajes sociales suelen ser rechazadas a menos que se consideren “cintas de arte”, por lo que aseguró que hay muy pocas películas tailandesas que logran capturar un mensaje así y poder ser exhibidas.
Y por eso le fascina la oportunidad que Netflix le dio a Hunger para llegar a una audiencia global: “Tailandia es un pequeño país y esta es sólo una película más, por lo que me parece una maravilla que, personas en México, puedan verla y crear una especie de conversación global, creo que es muy mágico”.
Para él, películas como Hunger “no son suficientes para incitar una revolución. Ninguna película lo es. no es como organizarse o usar un arma”, pero tiene el potencial de plantar semillas a través de sus temáticas.
“Para mi, Hunger incluso lanza una pregunta para la audiencia: ¿De qué tienes hambre tú? Son muchas las conversaciones que se pueden tener. Me siento orgulloso de incitar debates y conversaciones con mis cintas.
Creo que una película es como plantar una semilla pequeña. Empieza a hacer un poco de ruido, unas voces, hace a la audiencia pensar más allá de su entretenimiento para que reflexionen sobre algo dentro de sí mismos/as”.
Sitisiri Mongkolsiri, Fuera de Foco
Pero el Arte realmente es 100% personal
Aún así, el director nos comentó que lo que lo motivó a crear Hunger fueron sus observaciones sobre los humanos que ve alrededor suyo, pues le parece que la forma en la que la gente valora cosas como el éxito, el trabajo y el arte dependen mucho de los contextos en los que se desenvuelven.
De hecho, durante la película Aoy tiene que cambiar la forma en la que entiende la cocina constantemente debido a la forma en la que otras personas perciben su trabajo y su valor como chef. Primero con su familia, pues al no tener la misma educación o experiencia, ven la cocina como algo personal, íntimo y que no está sujeta a reglas, y luego con el Chef Paul, quien ve a la comida como una herramienta para llegar al éxito, más que como una forma de arte.
“Creo que este ha sido el punto de debate más discutido alrededor del mundo” nos comentó Mongkolsiri. “En términos de arte, ya sea comida, pintura o lo que sea, siempre hay un grupo de personas supuestamente ricas que pueden estar en contacto con las formas más altas de arte y que lo promueven”.
Pero el director de Hunger dice que eso no necesariamente representa “la verdad absoluta” sobre una pieza de arte, ya que la gente de otros extractos socioeconómicos “claro que entienden el arte, especialmente con la comida. La gente entiende lo que le gusta y lo que no, pero lo valoran de diferente manera”.
Por eso, en Hunger también buscó explorar “como todo el mundo puede entender el arte, pero la forma en la que lo valora cada persona será diferente”.
Hunger es una película que no los dejará indiferentes y la encuentran ya en la plataforma de Netflix.