Desde su estreno, El verano en que me enamoré se convirtió en una de las series juveniles más exitosas de Prime Video, consolidando el fenómeno literario de Jenny Han en una pantalla llena de nostalgia, emociones intensas y decisiones difíciles.
Pero más allá del triángulo amoroso entre Belly, Conrad y Jeremiah, la serie logró algo mucho más profundo: capturar los matices del crecimiento, el duelo y la complejidad de amar en la adolescencia. Y eso, según sus protagonistas, es la clave de su conexión con una nueva generación.
En entrevista exclusiva, Christopher Briney (Conrad Fisher) y Gavin Casalegno (Jeremiah Fisher) compartieron sus reflexiones sobre esta tercera y última temporada, que no solo cierra el ciclo narrativo de los personajes, sino también el vínculo emocional que miles de espectadores han formado con ellos.

El Verano en que Me enamoré no es sólo romance
Para Briney, Conrad no es el clásico galán de novela juvenil. Es un joven marcado por la pérdida, que ha recorrido una evolución emocional visible a lo largo de la serie.
“Creo que dejó que la lágrima lo espiralizara por un camino de contemplación interior”, comentó, y añadió que ahora su personaje está “aprendiendo a lidiar con las cosas de una manera más humana”.
Por su parte, Casalegno define a Jeremiah como “el rayo de soledad social optimista en esta historia”.
Y aunque es el alma de la fiesta, el actor destaca que esta temporada muestra cómo su personaje enfrenta “un nivel severo de tristeza” que lo obliga a madurar.
“Eso lo hace crecer en ciertas maneras. Esta historia hace un buen trabajo en mostrar las diferentes maneras de lidiar con la lágrima, y eso es algo que todos experimentarán”, reflexionó.
Ambas perspectivas permiten entender por qué la serie trasciende el romance: los personajes están lidiando con el duelo, con expectativas familiares, y con la construcción de su propia identidad.
Temas universales que resuenan con cualquier generación, pero que la actual vive con una vulnerabilidad mucho más abierta, sin que sus procesos de descubrimiento sean tabú o controversiales.

El secreto está en la química: una hermandad que traspasó la pantalla
Uno de los elementos más elogiados por los fans es la relación entre Conrad y Jeremiah. Y, de acuerdo con los actores, esa dinámica nació fuera del set.
“Me ha gustado crear el dinámico de dos hermanos contigo”, dijo Briney, y explicó que eso le agregó realismo a la historia. “Hay amor incondicional entre hermanos, y eso siempre está vivo y respirando”.
Casalegno también destacó cómo el ambiente relajado del rodaje favoreció la autenticidad de las escenas.
“Realmente se siente como si estuviéramos en un campamento de verano, donde puedes abrirte con tu familia. Y esa química la construimos en la realidad.
Recuerdo un momento en que jugamos póker justo antes de grabar una de las escenas más intensas de esta temporada. Pude usar lo que sentí en el juego en esa escena, porque todo era muy orgánico, muy real”.
Gavin Casalegno
Este tipo de química genuina entre los actores se ha convertido en un sello de la serie. No solo ayuda a construir personajes creíbles, sino que hace que el público sienta que los conoce, que son sus amigos, o incluso sus reflejos.

La figura paterna y los vínculos rotos: otra capa emocional
Pero no todo gira en torno a Belly. En esta tercera temporada de El Verano en Que me Enamoré, hay un foco más profundo en la relación de los hermanos con su padre, interpretado por Tom Everett Scott.
Tanto Briney como Casalegno alabaron al actor, no solo por su talento, sino por su disposición a experimentar con su dinámica familiar para llegar a conclusiones diferente.
“Siempre está dispuesto a conversar sobre el mundo y las escenas”, dijo Gavin. “Él y yo compramos café para hablar sobre el tema un par de veces este año. Porque hay una exploración más profunda de la dinámica familiar”.
Esa relación, según Gavin, nunca fue sencilla para Jeremiah, y en El Verano en que me Enamoré
“Cuando se trata de su padre, Jeremiah siempre se ha sentido como el segundo mejor. Y en esta nueva temporada de El Verano en que Me enamoré puedes ver qué rumbo tomará eso”.
Gavin Casalegno
Esta dimensión familiar añade una capa de profundidad que pocas series juveniles se permiten explorar con tanta sensibilidad.

Una historia que creció junto con sus fans
Después de tres temporadas, los protagonistas han tenido la oportunidad de crecer junto con sus personajes, un privilegio que sólo alcanzan algunas producciones.
“Ha sido un largo camino. Es genial estar con estos personajes durante tanto tiempo”, comentó Briney. “Esta temporada es el resultado de todo el trabajo que se ha hecho para construir esta historia y estos personajes de manera creíble y humana, real y de acuerdo a nuestros tiempos”.
Casalegno coincidió:
“El amor que la gente tiene por los libros, los años de filmación, muestran cómo los personajes han evolucionado con sus fans, y ya se conocen.
Ahora, con el futuro, y con cada nueva temporada de El Verano en que me enamoré, vemos cómo la gente entiende la historia porque conectan mucho con ella, hacen teorías, ya esperan ver cómo se desarrolla cada elemento, cada personaje”.
Gavin Casalegno
Los protagonistas de El Verano en que Me enamoré nunca han sido perfectos, y sin duda, la conmovedora evolución de esta historia ya redefinió las historias de adolescentes.
