El Eco: ¿Un documental que revolucionará la industria de cine?

Ernesto Pardo, director de fotografía de El Eco, nos contó cuál fue su filosofía para crear este documental y por qué es tan diferente a otros que hemos visto.

El Eco, el nuevo documental de Tatiana Huezo, es uno de los estrenos más interesantes que pueden ver en cines. Alejándose del formato habitual de un documental, la cineasta decidió explorar la vida y obras de la gente que vive en un pequeño pueblo al noroeste de Puebla y presentarla de forma que se sienta una ficción.

Sus personajes, en su mayoría niños y niñas, son jóvenes que crecen en una comunidad rural, y sus experiencias de vida abren una gran ventana de conversación para debatir temas como el machismo y la falta de oportunidades desde una perspectiva diferente, intentando derrumbar estigmas y prejuicios sobre los grupos de personas más vulnerables del país.

En Fuera de Foco, tuvimos la oportunidad de hablar con Ernesto Pardo, director de fotografía de El Eco, sobre el objetivo que buscaban lograr con el documental y cómo se prepararon durante años para capturar la historia.

El Eco
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El Eco: Comprometidos con contar una historia diferente

Ernesto Pardo nos comentó que él preparó la historia de El Eco desde hace 6-7 años junto con Tatiana Huezo. En el camino de su investigación, se cruzaron aclamadas cintas como Noche de Fuego, por lo que su perspectiva sobre el documental y el rumbo que iba tomando la historia fue cambiando también al mismo tiempo.

La parte más retadora de esta producción fue que Tatiana Huezo constantemente reescribía la historia dependiendo de las líneas narrativas que iban encontrando. “De repente teníamos como 4 o 5 líneas, estuvimos explorando a esta comunidad durante más de un año, los niños, las niñas, empiezan en un lugar y terminan en otro. Encontrar los hilos para tejer la coherencia dentro de la historia fue difícil”.

Nosotros siempre nos ponemos en silencio, somos muy respetuosos para que las cosas sucedan y nosotros poder tener diferentes ángulos para que después en edición se pudieran juntar” nos contó el cineasta, quien asegura que una de las labores principales de El Eco fue establecer una relación de confianza con las familias que conocieron en el pueblo.

Según nos contó, junto con Tatiana Huezo, Pardo buscó montar varias cámaras en diferentes lugares para capturar interacciones desde diferentes perspectivas. Y conforme avanzaba el documental, daban un par de instrucciones a sus protagonistas, todo para poder “construir un relato digno y real de lo que viven. Esa era nuestra responsabilidad como cineastas”.

Y es que, para Pardo, historias como El Eco son un ejercicio “de cinematografía pura” en el sentido de que se utilizan todas las herramientas del séptimo arte para “capturar una realidad específica y poder transmitir a través de ella sentimientos universales que lleguen a todo tipo de audiencias”.

Yo creo que el documental puede tomar todas las herramientas del cine: el sonido, la mezcla de sonido, los efectos especiales, la edición, la corrección del color. El cine tiene una cantidad de herramientas sonoras y visuales para poder construir un cuento que toque a quien lo vea.

Y ese es el objetivo del cine que nos que nos gusta hacer a Tatiana (Huezo) y a mi., Casi siempre las películas que hago son son películas que me parecen importantes a mí y que y que y que y que me dan muchas ganas de generar sensaciones”.

Ernesto Pardo, Fuera de Foco

El Eco captura momentos cotidianos e impactantes a la vez, como una niña preguntándole a su madre por qué se casó tan joven. O un padre diciéndole a su hijo que los hombres no deben recoger los platos de la mesa, pero también le enseña a su hija su filosofía sobre el trabajo duro.

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¿Cómo El Eco busca desestigmatizar prejuicios?

Aunque El Eco sin duda es una denuncia a la precarización, la inseguridad y las pocas oportunidades de ciertos grupos marginados, la película también busca celebrar la infancia y la inocencia, mostrando la belleza y complejidad de vivir en México.

“Tatiana usualmente hace historias punzantes que nos hacen repensar la forma en la que vivimos” nos explicó Pardo. “Pero en esta ocasión, creo que también queríamos voltear a mirar la belleza, lo bonito, esos rayos de luz que se asoman en un lugar tan conflictivo y complejo como México”.

“El eco reta nuestras ideas o perspectivas desde lo visual y no tanto desde lo narrativo. Porque ver a los niños felices jugando, expresando sus opiniones, aprendiendo del campo, a cuidar a los animale, a preparar su comida y así es una visión diferente a como nosotros como alguien en la ciudad podría pensar que viven personas en pueblos rurales.

Y de cierta manera le regresan no solo la dignidad, sino también demuestran que la humanidad está aquí para ser feliz”.

Ernesto Pardo Fuera de Foco

Con una mirada empática y siempre puesta en capturar la realidad, Tatiana Huezo y Ernesto Pardo lograron con El Eco mostrar una historia que invita a reflexionar temas muy difíciles, pero desde una perspectiva positiva, inocente, que da esperanzas de que todavía puede existir un cambio real en la sociedad mexicana.

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