El Conjuro 4: ¿Cómo la franquicia impactó a su elenco?

Los protagonistas de El Conjuro nos contaron las claves para crear una franquicia tan exitosa y cómo impactó en sus vidas.

Desde su estreno en 2013, El Conjuro se consolidó como una de las franquicias más exitosas y aterradoras de Hollywood. Con más de una década en pantalla, la saga inspirada en los archivos de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren se convirtió en un fenómeno cultural que dio vida a múltiples spin-offs como Annabelle, La Monja y La Llorona.

Ahora, tras 12 años de historias sobrenaturales, llega a los cines El Conjuro 4, la cinta que marca el final de la saga principal y, sobre todo, la despedida de Vera Farmiga y Patrick Wilson en los icónicos papeles de los Warren.

En exclusiva para Fuera de Foco, los protagonistas y el director Michael Chaves compartieron anécdotas, reflexiones y confesiones sobre lo que significa cerrar este capítulo, enfrentar el miedo dentro y fuera del set, y cómo el horror puede convertirse en una poderosa historia de amor y familia.

El Conjuro

El Conjuro y el fin de una era para Vera Farmiga y Patrick Wilson

La química entre Vera Farmiga y Patrick Wilson ha sido el corazón de El Conjuro. Su dinámica no solo logró que los Warren fueran creíbles como cazadores de lo paranormal, sino también entrañables como pareja. Por eso, para ambos actores, despedirse de los personajes fue un ejercicio tan emocional como nostálgico.

Probablemente diría, espero que te gusten las patillas, porque las vas a estar usando durante los próximos 15 años”, bromeó Patrick Wilson al recordar cómo fue ponerse por primera vez en la piel de Ed Warren. Sin embargo, detrás de la risa también hubo un tono de agradecimiento: “Le diría a mi yo más joven: disfruta el viaje. Y sí lo hice. No habría hecho nada diferente”.

Por su parte, Vera Farmiga confesó que nunca olvidará lo que significó iniciar el proyecto en 2013: “Me la pasé mal haciendo la investigación de la primera película… Estaba tan asustada y petrificada por meses y meses que hasta terminé durmiendo con mis hijos en la misma habitación porque no quería que estuvieran solos”.

Con el paso del tiempo, la actriz aprendió a transformar ese miedo en fortaleza. “Interpretar a Lorraine me enseñó a no rechazar la energía aterradora, sino a conectarme con mi centro y decir: estoy bien, puedo con esto”.

Esa mezcla de vulnerabilidad y fuerza explica por qué la saga sobrevivió más de una década y por qué los Warren se convirtieron en una de las parejas más queridas del cine de terror. El Conjuro 4 no solo cierra un ciclo cinematográfico: también despide a los actores que durante años cargaron con la responsabilidad de darle alma y corazón a la franquicia.

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El miedo real detrás de El Conjuro

El éxito de El Conjuro siempre se apoyó en el delicado equilibrio entre lo paranormal y lo humano. Mientras las historias se inspiraban en archivos reales de los Warren, el elenco debía enfrentarse a la intensidad emocional de interpretar fenómenos aterradores.

Vera Farmiga fue honesta sobre cómo esa preparación la afectó más allá de la pantalla: “Leía libros sobre lo diabólico y lo negativo, y se me metió completamente al cerebro. Inventaba cosas en la madrugada, despertaba pensando que estaba levitando. Fue una experiencia aterradora”.

Lo interesante es cómo la actriz logró voltear ese miedo a su favor, siguiendo incluso los consejos de la propia Lorraine Warren: “Tienes que tener una piel más gruesa. Tu mente es poderosa. Todo se reduce a una decisión: o dejas que el miedo te controle, o aprendes a mantenerlo a distancia”.

Estas confesiones demuestran que, a diferencia de otros proyectos de terror, El Conjuro tuvo un impacto emocional genuino en su elenco. Esa autenticidad es parte del secreto detrás de la atmósfera tan convincente de la saga.

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El horror como historia de amor

El legado de los Warren no termina únicamente con la despedida de Farmiga y Wilson. En El Conjuro 4, nuevos rostros como Mia Tomlinson y Ben Hardy se suman para explorar la esencia más íntima de la franquicia: el amor y la familia como núcleo del terror.

Cuando creas una fuerte unidad familiar y logras que el público se enamore de ellos, el terror se eleva porque realmente no quieres que nada malo les pase”, explicó Ben Hardy sobre la conexión entre el miedo y la empatía.

Su compañera Mia Tomlinson añadió: “Esta es la primera película de El Conjuro donde realmente vemos el lado íntimo de una familia. Conocemos sus dinámicas, recibimos a un nuevo miembro, y eso hace que la historia sea más personal y emocionante para los fans veteranos”.

Ese contraste entre el miedo y el amor fue también un reto narrativo para el director Michael Chaves, quien ya había trabajado en La Monja y La Llorona. Sobre esta conclusión, señaló:

Queríamos contar un capítulo final emocionante y poderoso para los Warren, pero también explorar la historia real de la familia Smurl, cuya casa embrujada es el motor del filme. Al final, ambas tramas chocan en un clímax que busca ser tan aterrador como conmovedor”.

Michael Chaves, Fuera de Foco

Chaves también resaltó que el verdadero corazón del cierre vino del guionista David Leslie Johnson, quien escribió El Conjuro 2, El Conjuro 3 y esta última entrega: 

Él construyó una piedra angular para el final. Fue tan hermoso que no cambiamos ni una palabra de lo que escribió. Solo hice lo que me dijeron, porque sabía que era el cierre que esta saga merecía”.

Michael Chaves, Fuera de Foco

Con El Conjuro 4, la franquicia creada por James Wan llega a su capítulo final. Más que un cierre de películas de terror, es una despedida emotiva a los personajes que redefinieron el género en la última década. Vera Farmiga y Patrick Wilson dejan atrás a los Warren, pero se llevan consigo una lección: enfrentar el miedo con fuerza, con amor y con la certeza de que, incluso en las historias más oscuras, siempre hay espacio para la esperanza.

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