Alejandro Speitzer y Emiliano Zurita protagonizan Autos Mota y Rocanrol, un falso documental sobre el Festival de Avándaro, conocido como el Woodstock mexicano, que rescata un episodio olvidado de la cultura pop nacional.
La película explora cómo, en 1971, México vivía entre la represión política del halconazo y la búsqueda de libertad de los jóvenes, mostrando esa contradicción con humor, sátira y memoria histórica.
Con material de archivo, riesgo narrativo y estreno en plataformas de streaming, el proyecto busca demostrar que el cine mexicano puede ser irreverente, universal y sin barreras.
Autos Moda y Rocanrol es en estricto sentido, una comedia ácida que se aprovecha del falso documental para poder hacer parodias a figuras de la escena de rock underground de los 70. Pero también es un experimento que funciona muy bien como una herramienta para recuperar la memoria histórica nacional.
Y es que la nueva película protagonizada por Alejandro Speitzer y Emiliano Zurita, un falso documental que rescata la historia del Festival de Avándaro, conocido en su época como el Woodstock mexicano.
Un evento cultural que en teoría empezó como una forma de atraer a la Formula 1 de vuelta a México en 1971. Pero que congregó a miles de jóvenes con la promesa de música, libertad y contracultura. Fue silenciado por la represión política de la era de Luis Echeverría.
En Fuera de Foco pudimos platicar con Alejandro Speitzer y Emiliano Zurita sobre el proceso para crear Autos, Mota y rocanrol y las claves para entender cómo reavivaron la contracultura mexicana.

Autos, Mota y Rocanrol: el falso documental que desafía al cine mexicano
En lugar de un documental solemne o un drama que se centrara en la tensa relación del cuerpo de justicia mexicano y los jóvenes, el equipo optó por un falso documental ácido y arriesgado que combina sátira con material de archivo. Una decisión poco común en la cinematografía nacional.
Emiliano Zurita, quien da vida a un joven Justino Campean (empresario reconocido por ser la cabeza de la Federación Mexicana de Futbol en 2015) explicó que el mayor reto fue confiar en el proceso y en la visión del director:
“Creo que para mí la filosofía desde un instante fue confiar en el guion y confiar en la visión de Cravioto. Es como ese tipo de proyectos que sabes que obviamente va a haber mucha improvisación por la naturaleza del falso documental, etcétera.
“Se genera esa comedia de las dificultades que nacen de dos amigos que están tratando de emprender, que están tratando de hacer todo de la mejor manera posible y obviamente se les va saliendo de control”.
Emiliano Zurita, Fuera de Foco
Aunque Autos, Mota y Rocanrol sí captura la magnitud del evento, en realidad el peso narrativo de la historia recae sobre la química entre los personajes y cómo balancean el tono de comedia que surge de los problemas de dos amigos tratando de emprender lo imposible: un festival masivo en un país lleno de tensiones sociales.
Más allá de su propuesta estética, la película se asienta en un contexto histórico fundamental. En 1971, México vivía bajo la sombra del halconazo, apenas unos años después de la masacre de Tlatelolco. Y, sin embargo, los jóvenes se atrevieron a reunirse para cantar, bailar y gritar por su libertad.
Alejandro Speitzer destaca esta contradicción que sigue marcando la identidad del país:
“Veníamos del halconazo, ¿no? Y entonces cómo estos jóvenes tuvieron esas agallas y esa valentía de reunirse ahí. Había algo mucho más de fondo que pasarla bien: tenía que ver con la represión que se estaba viviendo, con un gobierno que no dejaba a los jóvenes gritar por su libertad”.
Alejandro Speitzer, Fuera de Foco
Para el actor, este contraste explica no solo el espíritu de Avándaro, sino también el alma mexicana: “Incluso en los peores momentos sabemos poner buena cara, no sé por qué, no sé qué es lo que en nuestra historia nos hizo convertirnos en eso, pero somos capaces. Y creo que esta película también va de eso”.
El filme, entonces, se convierte también en un recordatorio de que la cultura puede ser un acto de protesta, y que aunque el objetivo del evento no era generar consciencia política, las condiciones socioculturales del momento y las ganas de luchar por la libertad de expresión lo convirtieron en un evento así.

Entre México y el mundo: una historia universal
Lo más fascinante del Festival de Avándaro es que, aunque profundamente mexicano, forma parte de un fenómeno global. Así como Estados Unidos tuvo Woodstock y Europa sus propios festivales contraculturales, en México también existió un movimiento jipiteca que mezclaba influencias extranjeras con identidad local.
La película refleja este sincretismo cultural. Autos, Mota y Rocanrol se esfuerza por capturar la moda y la vibra de una cultura que comenzaba a responder y apropiarse de símbolos pop mundiales.
Esa hibridez es lo que permite que la película tenga eco más allá de las fronteras nacionales. Emiliano Zurita lo explica así:
“Esta película es un gran ejemplo de una película que sólo puede nacer en México porque el evento nació en México. Necesita de nuestra voz, de nuestro humor, de nuestra cultura. Pero al mismo tiempo puede resonar en todo el mundo porque la vida jipiteca y de los jóvenes en ese entonces es algo que pasó en todo el mundo”.
Emiliano Zurita, Fuera de Foco
Historias como Autos, Mota y Rocanrol no solo reconstruyen la memoria mexicana, sino que también se vuelven relatos universales accesibles para audiencias globales, las cuales pueden entretenerse y disfrutar de un caso que no conocerían de otra forma, pues ya está perdido en la historia.
Zurita reconoce que el festival fue un descubrimiento incluso para él: “Cuando me llegó el primer guion, no estaba familiarizado con lo que había sucedido y bastó con celebrar con mi papá, con mis tíos, para darme cuenta del legado que dejó Avándaro”.
El proyecto también demuestra que el cine mexicano puede ser atrevido y diverso. En palabras del actor: “Es algo muy bonito que lo hablábamos la primera vez que vimos la película, Alex y yo, que se siente muy bonito poner nuestro granito de arena en hacer este tipo de cine 100% mexicano, pero 100% arriesgado y distinto, y que la gente pueda ver que el cine mexicano no tiene ningún tipo de barreras”.

Cine mexicano sin barreras
Lo que queda claro tras ver este proyecto es que el cine nacional tiene mucho más que ofrecer que las etiquetas con las que suele ser encasillado. Al mezclar humor, memoria, sátira, política y un formato que no se usa mucho, esta película no solo recupera un episodio olvidado, sino que lo convierte en un espejo del México actual.
“Es una película frenética, divertida, caótica, pero siempre tuvimos en mente lo que estaba pasando en aquella época. Y creo que esta combinación contextualiza y habla de la historia de México”.
Emiliano Zurita, Fuera de Foco
En un momento donde los contenidos globales se parecen cada vez más, el riesgo de contar una historia tan local, con un tono tan particular, demuestra que el cine mexicano puede ser irreverente, universal y sin barreras.
El falso documental protagonizado por Alejandro Speitzer y Emiliano Zurita no solo es un ejercicio de memoria cultural, también es un recordatorio de que el arte en México siempre ha sabido navegar entre la represión y la libertad, entre lo local y lo global.
El Festival de Avándaro revive aquí como símbolo de contradicción, resistencia y creatividad. Y lo hace con un lenguaje fresco, arriesgado y profundamente mexicano.
Más que una película, Autos, Mota y Rocanrol es una invitación a mirar hacia atrás para entender quiénes somos hoy: un país que, incluso en medio de la adversidad, sigue y seguirá siendo un referente cultural mundial.
