La pandemia transformó nuestras dinámicas cotidianas, entre ellas el cine, ¿cómo fue nuestra relación con él séptimo arte en tiempos tan convulsos? Mónica Castellón y Alejandro Ohtokani nos cuentan.
El pasado 15 de diciembre, la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE) reveló los resultados de este año y no fueron nada positivos: México reportó 3,584 millones de ingresos en taquilla (traducidos en 62 millones de boletos), lo que representa una caída del 80% en comparación a lo logrado en 2019, en donde se recaudaron 18,186 millones de pesos.
Antes de la pandemia, el analista Matthew Ball ya demostraba en su ensayo The Impact of COVID – 19 on the Movie / Theather Industry, como la asistencia a las salas de cine lleva 20 años decreciendo como consecuencia de un consumo en aumento de las plataformas streaming. Situación que la actual pandemia no ha hecho más que acelerar.
Ball realiza estas afirmaciones basado en datos recabados en Estados Unidos. En lo que respecta a México es más difícil realizar un diagnóstico, pues según los datos compartidos por CANACINE desde 2013 el promedio de asistencia varía: un año más alto y al otro baja.
Sin embargo nunca se habían hilado dos anualidades en caída y 2020 llegó para romper esa dinámica, si en su anterior informe el IMCINE anunciaba un decrecimiento del .6% en la concurrencia promedio a una sala cinematográfica (de 2.8 boletos por persona se pasó a 2.7), este año el declive fue máximo: la media de asistencia estuvo por debajo de una ocasión (.51 para ser exactos). Como consecuencia, los cines tuvieron que subir un 5% su precio del boleto este año, quedando con un promedio de 57.2 pesos.
A esto debemos añadir que 80% de la asistencia a salas fue en los meses previos a la pandemia, lo que significa que apenas 12 millones de personas a nivel nacional asistieron previamente. Nosotros fuimos parte de esa estadística y debemos reconocer que nuestros miedos iniciales se vieron calmados al observar la seriedad con que demás asistentes y personal en los complejos cinematográficos acataban las normas de seguridad. Aunque lejos de la normalidad con que solía experimentarse una salida al cine, fue lindo volver a vivir ese compromiso que toda/o aficionado/a al séptimo arte tenemos durante unas cuantas horas para sumergirnos en la ficción, a pesar que se extrañan los debates posteriores y el consumo de palomitas.
Sin embargo, entendemos a todas las demás personas que decidieron quedarse en casa, pues aunque importante para la cultura de un país, el cine como experiencia no es una primera necesidad.
Dicho lo anterior, no se percibe la llegada de tiempos mejores y creemos que es en parte se debe a que la industria se puso ella misma el pie: acostumbrando la experiencia cinematográfica como un espectáculo que sólo puede ser llenado por los grandes blockbusters y acumulando la mayoría de sus 7, 500 salas en la zona centro del país. Ahora que títulos como Soul, Dune o Wonder Woman serán estrenadas vía streaming y los cines en la CDMX / Edo. de México volverán a ser cerrados, la salud del susodicho sector en este país probablemente se vea más afectada.
Streaming a la cabeza
La pandemia simplemente ha acelerado los cambios que ya estaban ocurriendo en la industria, mientras las cadenas de complejos cinematográficos competían por la atención de los consumidores con los servicios streaming, las PVOD se centraban en su lucha con las apps y videojuegos, pues mientras las primeras en promedio son consumidas entre 1-2 horas, las segundas oscilan entre las 12. Situación que se puede ver reflejada en la opinión del CEO de Netflix, quien declaró: “Le tengo más miedo a Fornite y Youtube que a Amazon y Disney.”
Existe una tendencia clara: los estudios han probado que muchos de sus títulos resultan más rentables al ser estrenados en plataformas digitales que en salas de cine, allí está el ejemplo de Universal Pictures con la secuela de Trolls, y por otro lado nuestra tendencia al consumo del streaming también va en aumento.
Hace unos días, los directivos de Disney Plus revelaron que gracias a su lanzamiento en varios países han alcanzado los 86.8 millones de suscriptores a nivel mundial, a pesar de haber generado gran controversia por querer cobrar 30 dólares extras para ver el live action de Mulán.
Netflix fue una de las primeras plataformas en adaptarse a la situación, y según una publicación del Washington Post, contó con un ingreso de 10.1 millones de suscriptores durante la primavera, época donde las personas en el mundo se mantuvieron en cuarentena. Cabe mencionar que el 70% de los usuarios de PVOD en México tienen una suscripción a dicho servicio de streaming, lo que nos posiciona como el segundo país con más usuarios sólo por detrás de Brasil.
La creciente popularidad de tal formato se debe a diversas razones: la facilidad de acceso a tus programas/películas favoritas desde cualquier dispositivo, los costos menos elevados en comparación con la experiencia cinematográfica y la variedad de contenidos para diversos gustos: desde algunos estrenos que estaban previstos para cines caso Soul / Mulán, hasta contenido comprado en tercera instancia como Sound of Metal en Amazon, o propio como Mank en Netflix u On the Rocks en Apple TV.
A título personal
Mónica:
La pandemia aún no termina y en estas condiciones, para muchos, volver al cine todavía no es una posibilidad, y sin duda es una situación muy triste. Los fanáticos, y esa es la mayoría de nosotros, tenemos un apego emocional y sentimental al cine y sin duda lo extrañamos mucho.
Mientras tanto, la incertidumbre que enfrentan los cines siempre que el COVID-19 impida que las personas se reúnan en grandes cantidades en el interior significa un largo período de soledad. Sin embargo, considero que los cines en nuestro país tienen un buen manejo de la pandemia al llevar a cabo las medidas de manera estricta. Sin embargo, es importante que los espectadores cumplan con las normas sanitarias si queremos regresar a la normalidad.
El cine debe volver a convertirse en una celebración y en un momento especial en la vida de las personas. Así como ya no necesitamos comprar un CD para escuchar música, ya no necesitamos ir al cine para ver una película. Por tanto, no es el acto de consumir lo que trae al cine, sino la promesa de una experiencia diferente. El problema del cine a largo plazo no solo es luchar contra Covid. El problema es luchar contra los males de la época y responder a las nuevas demandas de la sociedad.
Ohtokani:
En los últimos meses mi relación con el cine ha cambiado mucho en la forma y fondo. Probablemente se trate del año que más películas/series haya visto, cuestión que se puede interpretar como el resultado de dos cosas: la primera comenzar a colaborar en Fuera de Foco, pues ello ha requerido un gran compromiso y profesionalización de una de mis grandes pasiones: el séptimo arte. Mientras que en una segunda instancia, también he contando con mayor tiempo para centrarme en estos mundos.
Quizá lo que más extraño de la forma es la discusión posterior a ver una película: la retroalimentación y diversos puntos de vista que evocan las diversas narrativas, y como ese cuestionamiento / debate, fortalecía más mi opinión crítica sobre los filmes.
En lo que respecta al fondo, siempre me he considerado partidario de aquella filosofía expuesta por Fernanda Solórzano donde expone que el cine no debe ser un espacio seguro, en términos de las emociones/reflexiones que evoca. Sin embargo todo el ajetreo mundial, la preocupación de mis seres queridos/as, sumado a las despedidas que parecieran ser inherentes a esta época, he buscado en esta arte, un lugar esperanzador más no inequívoco.
Las películas / series a las que mayoritariamente me he acercado, ya sea para verla por primera vez o revisitarlas, parten y desarrollan en torno a una temática en común: la aceptación al cambio, caerse, rehacerse y volver a levantarse. Por eso Ted Lasso se trató de una de mis narrativas favoritas en el año, a la vez que fue lindo reencontrarse con Begin Again.
Aunque aún falta tiempos difíciles para todo el mundo y en lo personal aún me encuentro rehaciendome, mi relación con el cine este año me permite creer en un futuro más brillantes para todos/as -aunque quizá estoy pecando de optimista-.
Referencias
Estadísticas de CANACINE en 2020: http://canacine.org.mx/wp-content/uploads/2020/12/Asamblea-15.dic_.20-V2.pdf
Estadísticas de CANACINE en 2020: http://canacine.org.mx/wp-content/uploads/2020/05/Resultados-definitivos´19-3.pdf
Anuario Estadístico de IMCINE 2019: http://www.imcine.gob.mx/wp-content/uploads/2020/05/Anuario-2019.pdf
Más reflexiones sobre el ensayo de Matthew Ball: https://fueradefoco.com.mx/destacados/cine-pandemia-consecuencias/
Fernanda Solórzano sobre su frase: “No quiero que el cine sea un espacio seguro”: https://www.cinepremiere.com.mx/fernanda-solorzano-misterios-sala-oscura-libro.html
México como segundo país con más suscriptores en Netflix: https://www.xataka.com.mx/streaming/mexico-segundo-pais-mundo-suscriptores-netflix-kantar
Netflix agregó 10.1 millones de suscriptores: https://www.washingtonpost.com/business/2020/07/16/netflix-subscriber-results-q2/