Netflix y el Banco Mundial reaccionan a la compra de Activision Blizzard por Microsoft.
A principios de la semana, Microsoft anunció la compra de Activision Blizzard por 68.7 mil millones de dólares, lo que simboliza la compra más grande en la historia de la industria de los videojuegos, y convertiría a Microsoft en en la tercera compañía con mayores ingresos en el susodicho mercado, tal sólo por detrás de lo logrado por Tencent y Sony.
Tras el anuncio han surgido diversas posturas, por un lado Netflix ve el suceso como una noticia que refuerza su estrategia de entrar al mundo de los videojuegos, mientras el Banco Mundial expresó su inconformidad por la acumulación de capital en economías avanzadas, esto en lugar de apostar por la inversión en países en vías de desarrollo.
La alegría de Netflix
Durante la presentación de los resultados de Netflix en el cuarto trimestre de 2021 (vía Gamespot), Greg Peters -jefe de operaciones y director de productos del afamado streaming- declaró que el dato revelado por Microsoft en torno a las 25 millones suscripciones del Game Pass, confirma que la estrategia de Netflix para entrar al mundo de los videojuegos es correcta:
«Es emocionante ver la actividad que hay en la industria, y creo que de cierta manera, esto es un reforzamiento a nuestra tesis sobre que la suscripción es un gran modelo para conectar a los/as consumidores/as de todo el mundo con los juegos y sus experiencias».
Buscando un espacio en la industria
Desde el año pasado Netflix se encuentra desarrollando videojuegos para dispositivos móviles, un espacio que recientemente Microsoft admitió que abarca casi el 95% del mercado, y mencionó que los/as fans pueden esperar el estreno de más juegos a lo largo del 2022.
Además, Greg Peters admitió que están considerando la posibilidad de adquirir licencias de afamados videojuegos para incluirlos al streaming, similar a lo que realizará Microsoft tras la adquisición de Activision Blizzard, donde franquicias de la reciente empresa adquirida como Warcraft o Call of Duty podrán sumarse al ya amplio catálogo de Game Pass:
«Estamos abierto a la posibilidad de licenciar y acceder a grandes franquicias de videojuegos que las personas recozcan. Y creo que algo de eso sucederá a lo largo del año».
Buscando un espacio en la industria
Tras lo anterior, Greg Peters declaró que además de participar en la industria de videojuegos, el streaming continuará centrándose en crear nuevas franquicias con las que después pueda crear experiencias interactivas:
«Intentaremos tomar nuestras más grandes franquicias y desarrollar experiencias interactivas que estén conectadas a ellas. Vemos una gran oportunidad a futuro en eso. Vamos a experimentar y probar un montón de cosas nuevas. Pero nuestro principal propósito continua siendo nuestra habilidad de crear propiedades que estén conectadas a los universos, personajes e historias que estamos haciendo, para que así aumente mucho su valor para los/as fans».
Un espacio en crecimiento
Finamente, Greg Peters mencionó que si bien el proyecto de Netflix en la industria de los videojuegos «apenas se encuentra en sus primeros días«, la pequeña sección de juegos con la ya que cuenta el streaming ha tenido resultados positivos, esto mediante «un número creciente en la actividad diaria y mensual».
No reveló ninguna cifra, pero sí aclaró que su meta en este mundo es mucho más grande, y la adquisición de la desarrolladora de videojuegos Night School Studio realizada en septiembre del 2021, ayudará a que el streaming cumpla su propósito.
El Banco Mundial no está contento
Mientras Netflix ve con una nota positiva el modelo de negocios de Microsoft en la industria de los videojuegos, David Malpass -presidente del Banco Mundial- expresó su descontentó sobre la compra de Microsoft a Activision Blizzard por 68.7 mil millones de dólares, esto en una reunión virtual del Instituto para la Economía Internacional Peterson (vía Reuters):
«Deberían preguntarse: ‘Esperen un minuto, ¿es esta la mejor asignación de capital?’ Una gran cantidad de flujos de capital van al mercado de bonos».
Se debe diversificar el capital
Lo anterior, fue una manera de argumentar por parte del líder del Banco Mundial que grandes cantidades de dinero deberían investirse en países en vías de desarrollo, los cuales están luchando contra la pobreza y buscan reactivar sus economías tras la pandemia por Covid-19, esto en lugar de invertirse en países que ya cuentan con una economía potente, tal y como continuó explicando David Malpass:
«Eso te lleva a una situación en la que una gran cantidad de capital se asigna a partes del mundo que ya tienen economías avanzadas (…) Se necesita volver a realizar una inversión global que brinde más capacidad de financiamiento a las pequeñas empresas de los países en vías de desarrollo, de forma que se enfrente el problema de los/as refugiados/as, la desnutrición, etc. Tiene que haber más dinero y crecimiento en los países en vías de desarrollo».
Una polémica figura
Cabe destacar que las críticas del Banco Mundial se realizan en torno a una empresa como Microsoft que durante años estuvo dirigida por Bill Gates: una de las 10 personas más ricas del mundo, el cual según de un informe de la OXFAM duplicó su fortuna durante la pandemia mundial por COVID-19.
Lo anterior se contrapone a la imagen de activismo social que Bill Gates presenta ante los medios, donde mediante la fundación que dirige en compañía de Melinda Gates ha donado miles de millones de dólares a varias organizaciones de salud, e inclusive publicó un libro donde explica como luchar contra el cambio climático.
Sobre el primer aspecto, Bill Gates mencionó en su blog que su fundación ayudó a financiar un ensayo de Fase III de islatravir, un medicamento preventivo contra el VIH en África, y en un ensayo del Wall Street Journal en 2019 (vía CNBC), la pareja dijo que habían donado hasta 10 mil millones a organizaciones como el Fondo Mundial para la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y malaria, y la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis.