Guillermo del Toro explicó su proceso para realizar Pinocho y cómo quiere redirigir su carrera hacia la animación
Hace más de 30 años, Guillermo del Toro comenzó su carrera como maquillador y artista de efectos especiales en Guadalajara con el sueño de filmar una historia en stop-motion llamada Omnivore, pero nunca pudo realizarla debido a que entraron al estudio de animación a robar y destrozaron los modelos de arcilla.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces y del Toro se convirtió en uno de los cineastas más afamados del mundo, y ha sido capaz de traer a la vida grandes historias de diferentes géneros. Pero con el reciente estreno de Pinocho, el director explicó que ahora quiere redirigir su carrera a la animación.
En una entrevista con Indiewire, el director explicó que durante sus intentos de realizar Omnivore, su estética se hizo más profunda y sus intereses narrativos más avanzados, por lo que ahora quiere crear historias animadas con una temática más compleja. “Quiero centrarme mucho más en la animación”,explicó . “Es mucho más mi velocidad”.
Del Toro comentó que el proceso de filmar y escribir Pinocho, lo ha llevado a replantearse toda su filmografía, incluida una de sus obras más aclamadas. La forma del agua y El laberinto del fauno, que ahora lo imaginaría como una película animada.
Buscando redirigir su carrera
El cineasta mexicano comentó que para llevar a Pinocho a la pantalla grande de la manera que lo imaginó, comenzó a hablar con varios productores de la industria que tal vez no lo imaginaban como un director de animación. “Hace más de una década, decididamente comencé a darme la vuelta muy conscientemente para volver a la animación”.
Fue así como se acercó a DreamWorks para trabajar como consultor creativo en la próxima pizarra animada del estudio. “Dije que quería aprender todos los aspectos de la animación”,explicó. “Quería ver el proceso y familiarizarme con la comunidad de animación de una manera íntima”. Del Toro tuvo la oportunidad de asesorar a Kung Fu Panda 2 y El gato con botas, así como Trollhunters.
Tratando de contar otras historias
Guillermo del Toro externó que su camino a la animación no ha sido sencillo, en especial, porque le constó trabajo que tomaran en serio sus historias, dado que los filmes animados regularmente están dedicados al entretenimiento familiar y ni siquiera son tomados en cuenta en todas las categorías en la temporadas de premiaciones.
“Si regresas al nacimiento de la animación, ya sea el engaño de Méliès o la animación rusa, nació como un medio artístico. Cuando comenzó a ganar mucho dinero con audiencias repetidas que incluían niños en Estados Unidos, se orientó hacia una idea más pasteurizada y homogeneizada. Eso priva no solo a los creadores sino también al público y a los estudios de explorar sus posibilidades como espectáculo, drama, como una experiencia profundamente humana”.
Guillermo del Toro
Para Del Toro, contar la historia de Pinocho, va más allá del clásico cuento escrito por Carlo Collodi, sino que representa la oportunidad para hablar sobre la pérdida. “Es extremadamente luminoso para mí”, agregó. “Recientemente me dijeron que hay más de 60 películas de ‘Pinocho’. No puedo testificar de eso. Tratamos de evitarlos cuidadosamente. Tienes tus propias ideas y no quieres crear estática”.
El guion de Pinocho pasó por muchos borradores y contiene giros narrativos, que cobraron fuerza después del nacimiento de sus hijos. “Quería abordarlo como hijo y como padre, como niño y como padre”, explicó. “Lo que aprendí sobre ese proceso es que fallé en ejecutar algunas cosas e hice algunas cosas bien en ambos roles. La idea para mí es que tratar de hacer que tu hijo sea lo que quieres o lo que crees que debería ser es una propuesta completamente fallida”.