El viaje de Chihiro cumple 20 años de su estreno. Aquí te decimos porqué es importante que las niñas y niños vean esta preciosa película
Recordando las películas animadas del siglo pasado, y de inicios del nuevo milenio, podemos recordar producciones occidentales maravillosas con mujeres como protagonistas. Sin embargo, era característico de aquellas historias el retratarlas en la típica faceta de damisela en apuros. Donde su única aspiración era conocer al príncipe azul y vivir felices para siempre. Ejemplos como La cenicienta (1950), Blancanieves (1937), y La bella durmiente (1959) de Disney, exponen claramente aquella premisa. Donde si bien, enfrentaban algunas adversidades por sí mismas, al final era el caballero de armadura quien las salvaba.
Ahora bien, en el otro lado del charco, más precisamente en Studio Ghibli de Japón, el cineasta Hayao Miyazaki llevaba años creando filmes donde las mujeres se encuentran bajo el foco de valientes protagonistas. Podemos hablar por ejemplo de Mononoke, la princesa defensora del medio ambiente; la regocijante brujita Kiki; las intrépidas hermanas Mei y Satsuki Kusakabe; o la devoradora de libros Shizuku Tsukishima. Quienes sí, la mayoría de ellas tiene en la historia el clásico amor que las podría conducir hacia el final feliz, pero deciden colocar esto hacia un segundo o tercer plano, justo por debajo de sus objetivos y sueños.
El proteger la devastación forestal, ser una gran bruja que ayude a la sociedad, o escribir una novela exitosa son algunos de los sueños de las protagonistas de Studio Ghibli. Sin mencionar otro bastante importante: salvar a los papás y escapar del mundo de los dioses. Meta que debe alcanzar Chihiro, de la clásica película El Viaje de Chihiro (2001).
Chihiro: Más que una Damisela en Apuros
Sen to Chihiro no Kamikakushi en japonés original, es una película estrenada hace 20 años. Nos coloca junto a Chihiro y sus padres que están mudándose a una nueva ciudad. En el camino, su padre toma un atajo que, en lugar de llevarlos más pronto, hace que se pierdan en el bosque hasta dar con un inquietante túnel peatonal. Los padres de Chihiro bajan a explorarlo, algo que ella no desea, pero igualmente va junto a ellos.
Al atravesarlo, encuentran un aparente pueblo abandonado que en realidad es el mundo de los espíritus, donde tras unas imprudencias, los papás de Chihiro son convertidos en cerdos. Ahora para volverlos a la normalidad, Chihiro deberá trabajar para los youkai, criaturas tenebrosas que habitan ese espacio.
El viaje de Chihiro es claramente una historia coming of age. Al inicio de la película, Chihiro parte como una pequeña niña de diez años que es temerosa por todos los aspectos de aquel mundo espiritual; de los youkais, de la bruja, de las alturas y en sí, de tomar riesgos que la lleven un paso más delante de rescatar a sus padres.
No obstante, y es un punto bastante importante para destacar, es que Chihiro jamás deja de ser una niña de 10 años que tiene miedo por lo desconocido. No se transforma en aquella heroína perfecta que ahora carece de emoción por el peligro de la aventura. Totalmente lo contrario. Chihiro continúa saltando, temblando y gritando de miedo hacia la encrucijada, pero salta al instante con valentía. Porque ser valiente no significa ser precario de emociones de terror, sino defender lo que amas a pesar de sentir las piernas más pesadas que nunca.
Es por ello que El viaje de Chihiro es un largometraje que toda niña y todo niño debe mirar, para quizá entender que está bien ser vulnerable y osado. Además, que dentro de esos dos valores cabe la ayuda que todos necesitamos en algún momento de nuestras vidas. Como la importante mano que Haku da a Chihiro en cuanto llega al mundo de los dioses.
El viaje de Chihiro: ser diferente & el folclor japonés
Por otro lado, en la esencia misma de Chihiro hay varios detalles que alzan a la producción nipona. En primer lugar sí, Chihiro es la protagonista, pero no es la elegida del destino para lograr un objetivo. Tomemos de ejemplo nuevamente las cintas animadas de la casa del roedor, donde las protagonistas son las predestinadas por ser princesas, o por su belleza física esbelta aun siendo algunas menores de quince años.
Chihiro es una niña de diez años alejada de los estándares físicos que proyectan las cintas animadas de Estados Unidos. De hecho, el propio Hayao Miyazaki planteó este detalle desde muy temprano dentro de la preproducción. Diseñó a Chihiro de manera diferente. Tal y como una niña de diez años se ve, habla, camina, y gesticula. Una pequeña con sólo una década de vida, que al ver el largometraje uno se encuentra con quién identificarse de entre un universo de féminas protagonistas similares.
Además, al ser una producción de Ghbili, contiene demasiados elementos de la cultura japonesa. Algunos son guiños para los más aficionados o para los propios nipones. Otros son vitales en la trama. Como los nombres completos de Haku y Chihiro, y de otros personajes. La variedad de dioses que aparecen en diversos momentos del pueblo espiritual o dentro del hotel de aguas termales, etc.
Por ejemplo, el significado de los nombres describe al personaje. Estos son algunos:
Chihiro: Mil búsquedas
Nigihayami Kohaku Nushi: Dios del río rápido ámbar
Yubaba: Bruja de la casa de los baños
Zeniba: Bruja del dinero
Kaonashi: Sin cara
Kamaji: Viejo señor del caldero
En resumen, El Viaje de Chihiro es una historia en donde acompañamos a una pequeña a través de un viaje al mundo de los dioses del folclore japonés. El espectador, así como la protagonista somos más valientes al finalizar la historia.
Además, en un mundo donde las historias usonianas abundan como plaga en las plataformas de streaming, es una acción de anarquía ver otros contenidos; y aunque el anime sea más popular en occidente ahora que hace veinte años, aun existe gente que no descubre las maravillas de la animación del país del sol naciente. Sobre todo, aquellos pequeños que aun buscan reflejarse en los imperfectos y magníficos héroes y heroínas de alguna aventura inesperada.