La industria cinematográfica de Rusia dice estar siendo afectada por las sanciones al país tras invadir Ucrania.
Tras la invasión del ejército ruso a Ucrania, diversas organizaciones de distintos sectores y países se encuentran anunciando sanciones contra el país gobernado por Vladimir Putin, y la industria cinematográfica no es una excepción, pues recientemente los estudios hollywoodenses han frenado el estreno de sus películas en Rusia.
Paramount pausó el lanzamiento de Sonic the Hedgehog 2 y The Lost City, Sony hizo lo propio con Morbius, Warner Bros con The Batman, y Disney con Turning Red. Cada uno de estos estudios alegó que el motivo de frenar el estreno de sus filmes en Rusia se debe a su invasión al territorio ucraniano, y por ejemplo la compañía del ratón comunicó lo siguiente:
«Dada la invasión a Ucrania y la trágica crisis humanitaria, estamos pausando el estreno de nuestras películas en Rusia, incluida la próxima Turning Red de Pixar. Tomaremos futuras decisiones comerciales en función de cómo evolucione la situación. Mientras tanto, dada la escala de la crisis de refugiados/as emergente, estamos trabajando con nuestras ONG asociadas para brindar ayuda a los/as refugiados/as”.
Comunicado de Disney.
Cannes se une al chat
En una línea similar a las sanciones de Rusia, el Festival de Cine de Cannes anunció que en su más reciente edición no recibirá ninguna delegación rusa y a nadie ligado al gobierno de Vladimir Putin, esto a menos que el conflicto armado «termine bajo condiciones satisfactorias para las personas ucranianas».
El afamado festival de cine también anunció que esta medida fue tomada en «lealtad a nuestra historia que comenzó en 1939 como resistencia al fascismo y la dictadura nazi. Este espacio siempre servirá para que los/as artistas levanten su voz para denunciar a la violencia, represión, e injusticias, esto con el propósito de defender la paz y libertad».
Lo anterior simboliza que Roskino -organismo de promoción de películas respaldado por Rusia- no podrá participar en el Marché du Film: uno de los mercados de cine más importantes del mundo, en donde se realiza la adquisición de los derechos de distribución de las películas.
Más sanciones
Bajo esta misma dinámica, el festival de cine francés Series Mania anunció que Roskino no podrá participar en la exhibición internacional de su más reciente edición. Una medida semejante a la tomada por el festival de cine de Estocolmo (Suecia), el cual no proyectará ninguna película rusa financiada por el Estado. También el festival de cine de Glasgow (Escocia) eliminó dos películas rusas de su programa.
De manera similar, la Academia de Cine Europea anunció que excluirán a todas las películas rusas de los Premios de Cine Europeos de este año, esto en respuesta a las palabras de la Academia de Cine Ucraniana, la cual realizó un llamado internacional que pedía boicotear a la industria cinematográfica de Rusia, esto después de que el país «desatará una guerra injustificada en el centro de Europa», argumentado que:
«Las películas rusas en los festivales de cine crean la ilusión de que Rusia participa en los valores del mundo civilizado. Recuerden que las empresas usarán sus películas para pagar impuestos que van al presupuesto ruso, el cual financia al ejército que violó las fronteras de un estado independiente y compra misiles para bombardear a la población civil de Europa.»
¿Aún recibirán más golpes?
Estos no podrían ser los únicos golpes a la industria cinematográfica de Rusia, pues las sanciones económicas podrían afectar a empresas como Gazprombank -la cual posee a la principal distribuidora y productora de películas del país: Central Partnership-, el gigante bancario Sberban -quien es dueña de Okko, una de las principales plataformas streaming rusas-, e inclusive al multimillonario Roman Abramovich: quien pose un fondo cinematográfico llamado Kinoprime, el cual ha ayudado a financiar ambiciosos títulos de autor como Petrov’s Flu.
Curiosamente el cineasta de este último título –Kirill Serebrennikov– no se le permitió salir de Rusia para presentar su película en Festival de Cine de Cannes en 2021, esto debido a cargos falsos como argumenta el mismo cineasta.
Voces de Rusia responden al boicot
Tras las anteriores sanciones diversas voces de la industria cinematográfica rusa se han pronunciado en contra, y al respecto Variety recoge la declaración anónima de un productor veterano del susodicho país:
“La necesidad de que Europa haga una declaración clara en contra de la guerra es comprensible y necesaria. Sin embargo, prohibir que todos los/as rusos/as participen en los principales eventos culturales no sólo es inútil, es dañino. Cientos de miles de trabajadores/as rusas/os han estado abiertamente en desacuerdo con la decisión del gobierno de iniciar una guerra: condenan sus acciones, van a las protestas, apoyan a Ucrania, corren el riesgo de ser condenados por traición. Casi todos ellos/as no votaron por Putin”.
Dicho esto, el mismo productor declaró que al borrar a todos/as las/os artistas rusos del panorama internacional «Europa está silenciado las voces de protesta rusas, aislando a las personas que quieren detener la guerra con quienes desean que sí ocurra».
Otra de las voces rescatadas por el susodicho artículo es la de Artem Vasilyev, productor de Metrafilms, la cual ha participado en la realización de House Arrest: película que se llevó el premio de Una Cierta Mirada en el festival de Cannes en 2021, el cual comentó que la industria cinematográfica rusa será un daño colateral de la terrible decisión de Putin de invadir Ucrania:
«La co producción, especialmente con Europa, era una de nuestras principales herramientas, y prácticamente ya no existe, todo está detenido o cancelado. Todo por lo que he trabajo en los últimos 15 años ha sido cancelado. Sólo estamos esperando e intentando averiguar nuestros siguientes pasos».
¿No es justo?
Artem Vasilyev también explicó que en Rusia la mayoría de filmes de independientes son creados con la ayuda del Ministerio de Cultura, por lo que las sanciones afectan a toda la industria, por ejemplo No Looking Back de Kirill Sokolov, la cual fue una de las cintas eliminadas del programa del festival de cine de Glasgow.
Y al respecto Aleksandra Abykova -quien forma parte del equipo de marketing del susodicho filme-, declaró que no es justa la visualización que se le está quitando a las películas rusas, pues:
«Una prohibición general o un boicot a los/as artistas del país significaría silenciar incluso a esas voces raras, además no contribuirá a la paz. Creo que el arte está más allá de las nacionalidades y en todo régimen autocrático o dictadura hay y habrá voces críticas con el sistema, que también están arriesgando su libertad y su sustento al expresar sus puntos de vista”.