Vikings T5 Parte 2: Una nueva decepción

Una trama sin consistencia, con personajes desperdiciados y muchas fallas.

Vikings es una serie  de la que ahora sólo nos queda el recuerdo de sus glorias pasadas. Recientemente finalizó su quinta temporada, la parte 2 de la misma, dejándonos un final interesante y algo épico, aunque sin el mismo ímpetu al que estábamos acostumbrados.

Antes de continuar, hacemos la advertencia de que en este escrito hay spoilers.

Desde el inicio de esta parte 2, se mostraron falencias. El episodio 11 fue el que marcó la «gran aparición» de Rollo, un personaje olvidado con el paso del tiempo y cuya incidencia en el resto de la trama fue simplemente nula.

Desgraciadamente esa fue la tónica en los demás capítulos: situaciones que ocurren y luego son intrascendentes. Parece que el equipo de guionistas trabajó aparte y luego, como pudieron, sólo hicieron una mezcolanza.

Rasgos de esa deficiencia en estructura y consistencia del guión, los encontramos con el tal Obispo Heahmund, el «amor de Lagertha». Éste, sin mayor peso emocional, se despidió con una batalla que sí tuvo buena producción, pero en la que su muerte careció de impacto para los espectadores. Apareció tan poco en la serie que su fallecimiento fue insignificante.

Los hijos de Ragnar

Tenemos claro que la mayor importancia que tiene este programa de History Channel es ver qué ocurre con el legado de Ragnar, con estos hijos tan separados que han propiciado una guerra civil.

Ivar toma la batuta como el gran nuevo personaje: el gran antagonista. Desafortunadamente, lo que comenzó con mucho ahínco y un encanto malévolo, se terminó convirtiendo en un papel que recurre a una misma fórmula. Ivar es malo y punto; ya no fue necesario explorar las capas internas que lo humanizaban.

Bjorn es otro que, como el resto del guión, anduvo a la deriva. En un momento se enamora, al otro acepta un nuevo hermano bastardo y al siguiente vuelve a enamorarse. Por su parte Hvitserk literalmente se la pasó buscando un propósito de vida, encarnando de forma curiosa el extravío de Vikings al no saber qué hacer con sus protagonistas.

Por el contrario, quizá Ubbe fue de los personajes más consistentes. El más parecido físicamente a Ragnar es quien ha demostrado ser más elocuente con sus acciones.

Lagertha

Y qué decir de Lagertha… Ella es la que más lástima da por el maltrato que han hecho con uno de los roles más importantes que había en esta serie. Su falta de ubicación es hasta ofensiva para los fanáticos. Aparentemente el director y guionista no sabe qué hacer con ella, ni en qué momento deshacerse de la misma.

Tan solo en estos últimos 10 episodios la vimos enamorada, guerrera, loca y después ya ni se sabe. Sus lealtades cambian como la marea, no se reconoce si quiere quedarse en Wessex o recuperar Kattegat, o bien quedarse en el nuevo asentamiento para vikingos en Inglaterra.

Incluso de una forma desesperada Vikings nos sitúa en un momento de alucinación de Lagertha para volver a enseñarnos al gran Ragnar al momento de su muerte. ¡Oh, Ragnar! ¡Cómo haces falta!

Esta escena, que obviamente emociona porque vemos de vuelta al legendario guerrero, nos hace preguntarnos…: ¿para qué? Solamente para rellenar.

Floki

No hay nada más flojo como lo de Floki. Su odisea por Islandia ha sido aburrida, insípida y absurda a final de cuentas. Había cierto potencial al ver cómo -quizás- Floki cambiaría a los dioses que aparentemente lo han abandonado.

Sin embargo, hasta parece que le juegan bromas crueles con lo de la cueva y el encuentro con la cruz cristiana y con una especie de Santo Grial; pero ni con todo eso se construye un pasaje importante o relevante en la temporada.

Lo bueno

Aún con todo lo expuesto, también hay que dejar en claro que Vikings tuvo sus partes interesantes en estos episodios.

La conspiración contra el Rey Alfred y la resolución de Judith matando a su propio hijo fue buena. El problema fue que se hizo tan rápido que no dio tiempo de provocar lo que se quería; ya que su posterior muerte fue abrupta y pésimamente ejecutada.

Las batallas continúan teniendo grandes niveles de producción, así como esos rituales raros que de pronto aparecen. La falla está en que son escenas totalmente apartadas de la trama.

«Ragnarok«, nombre del último capítulo de esta penúltima temporada, fue bueno. Nos recordó esas viejas glorias de años anteriores, enfrentamiento puro y duro; además, culminó con una coronación que tiene merecimiento y a la vez parece significar un castigo.

El aura de misticismo más la intriga de saber qué es lo que hará Ivar ahora dan pauta para que todavía esta serie pueda ser rescatada. Ojalá que en su última temporada compongan errores y vuelvan al nivel que amerita.


Te comparto el enlace a esta opinión un poco más profunda a través de podcast.