Kimmy ha visto mucho del mundo fuera del búnker, por eso ya no se conforma con ser indiferente ante lo incorrecto.
Hablar de Unbreakable Kimmy Schmidt es hablar de los primeros proyectos de comedia en Netflix. Cuando apareció en 2015 fue una bocanada de aire fresco. Tina Fey y Robert Carlock crearon una sitcom que tiene un ritmo trepidante por la velocidad en que disparan broma tras broma.
Es increíble cómo pasa el tiempo y ahora en 2018 tenemos la primera mitad de su 4ta temporada; la última, lo cual realmente es una decisión muy sabia. Y es que hay que decirlo, después de la magia de su primera entrega se fue desgastando. Me atrevo a decir que ni siquiera creía -o quería- que regresara tras una aburrida tercer temporada; y la segunda tampoco ayudaba mucho.
Pero como fiel televidente, me dispuse a ver qué ofrecían esta vez estos personajes de la urbe neoyorkina… ¡Y me sorprendió!. No apostaba a que fuese tan bueno a como lo es; parece que se dieron cuenta de los cambios necesarios y trajeron de vuelta el encanto de sus primeros episodios.
Kimmy ha visto mucho del mundo fuera del bunker, por eso ya no se conforma con ser indiferente ante lo incorrecto. Ahora se planta y actúa con lo que le molesta de la sociedad. Es así que introducen de forma sutil y efectiva el tema del movimiento #MeToo; con una Schmidt decidida a trabajar para que los niños de ahora no crezcan con antivalores sobre dicho asunto.
Kimmy ha madurado, por más que siempre tenga una sonrisa en su rostro ya no es tan inocente. Es capaz de recapacitar sobre si lo que hace está bien o no, como cuando quiere agradar de más en su nuevo trabajo. También sabe que no siempre puede arreglar el mundo, pero esa no la detiene de intentar.
Por el lado de Titus como siempre nos entrega esos one-liners impactantes con los que podes ahogarte de risa. La actitud de divo en un rato pero sensible por otro, le imprimen una dinámica que bien usada nos deja los momentos más graciosos.
Su empeño esta vez se enfocará en el show «The Capist«, teniendo como su agente a Jacqueline, la que a pesar de caer en la miseria aún mantiene su espíritu elitista. Eso sí, cada vez muestra más que tras sus joyas y vestidos caros posee un buen corazón.
Sin duda uno de los mejores capítulos de la temporada es el del documental. Y no diré más al respecto para no arruinarles la sorpresa; pero sí les diré que es fabuloso y altamente divertido. Los guiños al estilo de vida del binge-watching y Netflix son para aplaudir.
Ya sea explorando la definición de los nerds; un poco sobre el machismo inherente de la sociedad actual; un breve vistazo al whitewashing; la nueva tarea «materna» de Jacqueline; la herencia familiar y monetaria que ahora posee Lillian, más un cameo interesante de Greg Kinnear, Unbreakable Kimmy Schmidt en su primera mitad de la 4ta temporada nos trajo de regreso todo por la cual es adorable.