El terror es claramente un género sobre explotado dentro de la industria cinematográfica. Sin embargo, entre historias repletas de clichés, scare jumps, y actuaciones olvidables; de vez en cuando surgen propuestas muy buenas. Tal es el caso de cintas como Get Out, The Witch, A Quiet Place, e incluso Happy Death Day.
No obstante, son muchas más las películas que llegan a caer en el abismo; luego de intentar dar ese golpe de innovación para el género. Pues entre un catálogo de exorcismos, mitos adaptados, demonios y psicópatas; es muy difícil sobresalir con una buena historia hoy en día.
Truth or Dare, dirigida por Jeff Wadlow, sigue a un grupo de spring breakers en México. Mismos que conocerán a un chico para nada sospechoso; quien los llevará a una Misión abandonada a jugar verdad o reto. Porque, claro, esas cosas pasan todo el tiempo.
No nos toma más que un par de minutos darnos cuenta que nos hemos metido a una cinta terrible. Pues, para empezar, la presentación de sus personajes se realiza de la forma más floja y nunca se les otorga verdadera profundidad.
Por un lado, tenemos las clásicas escenas donde el diálogo intenta meternos en contexto. Donde el protagonista, o su mejor amigo, sea cual sea el caso, insiste en lo cercano que han sido siempre; sumando las tragedias en las que se han apoyado mutuamente.
Con esto, queda claro que más adelante estaremos enfrentándonos a una escritura sumamente plana, que hemos visto una y otra vez; donde ni siquiera es necesaria una mala actuación para entender que estos personajes han sido creados sin propósito.
Y es que es una de sus siguientes deficiencias. La actuación.
Truth or Dare parecía la oportunidad de un salto de actores jóvenes de la televisión a la pantalla grande. Puesto que, al menos tres de sus protagonistas, son rostros que bien conocemos de series teen que no tienen mucho de haber llegado a su final.
Por un lado tenemos a Lucy Hale (Pretty Little Liars); quien no pasa más allá de su fichaje de personaje principal, demostrando que únicamente puede actuar cuando se trata de una filmación limitada y bajo buenas direcciones; cosas de las que esta cinta en particular carece.
Y por otro, tenemos a Tyler Posey (Teen Wolf); con un rol que al final no contribuye en lo absoluto a la trama y se queda plasmado sólo como un rostro bonito.
Fuera de eso, el concepto de Verdad o Reto no sonaba tan mal; e incluso, parecía una idea regular para llevarnos a través de un argumento aceptable, como hizo Nerve (2016) en su momento, por ejemplo.
Sin embargo, tal idea se queda a medias y no va más allá de los recursos clásicos de los churros de terror y un poquito de slasher. Su comparación más cercana se vuelve Final Destination (2000), donde de una forma u otra, los involucrados se ven masacrados uno a uno, pero que no se atreve a explorar más allá de tales eventos.
Desde el principio, el orden y la forma de quiénes van a morir es predecible; exponiendo sobre todo a los que serán los sobrevivientes para la recta final. Tal efecto resulta decepcionante; puesto que los guionistas ya ni siquiera se esfuerzan en arrojar un plot-twist, que probablemente no salvará la historia, pero que entretendría más a sus espectadores.
En conclusión
Truth or Dare, como muchas cintas que se quedaron en el camino; es una propuesta interesante que fracasa enormemente al momento de ejecutarse. Habiendo tantas formas de utilizar el recurso del juego, y teniendo en cuenta los actores con los que estaría trabajando; la cinta de Wadlow no tendría por qué haber resultado en un gran y reverendo desastre.