Netflix nos regala la última película del siempre notorio Jared Leto.
Yakuzas, katanas y traición en el Japón post guerra.
¿De qué trata?
Situada en la ciudad de Osaka, Japón, en el año de 1954; nos adentraremos en la historia de Nick Lowell (Jared Leto).
Un ex-soldado norteamericano, que estando en prisión (por razones que nunca sabremos) ayuda a Kiyoshi, su compañero de celda, a escapar de la cárcel.
La forma de ayudarlo, es técnicamente no dejar que se muera, cuando intenta suicidarse. Resulta que en 1954, en las prisiones japonesas, cuando te intentabas suicidar, la atención médica era fuera del reclusorio. Así, el nuevo mejor amigo de Nick, tiene oportunidad de que sus hermanos yakuzas lo saquen del hospital.
Poco tiempo después, Nick termina su condena y saliendo, es cobijado por la familia yakuza de Kiyoshi.
Al parecer Nick es un desgraciado ultra violento innato. Cualidad que queda como anillo al dedo con su nueva familia.
Ya adentrado en los gajes de la mafia japonesa, veremos lucha de poderes de los jefes del hampa; celos, traiciones y romances prohibidos, obviamente van incluidos.
¿Qué esperar?
La crítica no la está recibiendo muy bien. Desde acusarla de whitewashing, hasta de simplemente aburrida, sus calificaciones no pasan de 5 en escalas de 10.
El mayor problema, en mi opinión, es lo flojo del guión. Los personajes son completamente planos; no sólo es predecible por el ritmo de los diálogos, en más de una ocasión, literalmente dicen lo que va a pasar en la siguiente escena.
Cuando utilizan términos de los yakuzas o simplemente en japonés, sólo les falta voltear a la cámara al estilo Ferris Bueller, para explicar lo que significa.
Como dirían mis tías, a la película le faltó un hervor…O le sobraron 45 minutos, aun no lo decido bien.
Leto de alguna manera cumple. Tanto como anzuelo para ver la cinta, como en las contadas escenas que le ponen «emoción» al filme.
La cinematografía es espectacular, el diseño de producción es muy bueno. Pero sin un guión sólido y con dos horas de duración, la película resulta cansada y difícil de terminar.
De hecho, el final, es otro gran problema. Si consigues llegar hasta este punto, es sólo y únicamente para ver el «duelo final» y es completamente decepcionante.
La trama ya la hemos visto un sin fin de ocasiones.
Sería injusto o tal vez absurdo compararla con «El último Samurai» de Tom Cruise; pero si quieres ver una historia del fuereño arropado por otra cultura, traición y katanas, tal vez sea una mejor opción que The Outsider.
En conclusión…
La cinta es para acérrimos fanáticos de Jared Leto o para amantes de la cultura japonesa.
Es un paseo visual por un Japón en recuperación de la segunda guerra mundial. Los autos, la ropa, las locaciones y fotografía tienen mucho mérito.
Como película de gangsters queda mucho a deber; y como película entretenida… ¿ya les dije que los tatuajes están muy bien hechos?
Si decides hacerte el hara-kiri viendo 120 minutos del vocalista de 30 seconds to Mars, estás bajo aviso.