The Flash por fin estrenó en salas de cine. Aunque inicialmente comenzó a planearse desde 2014, las controversias de Zack Snyder, las compras empresariales de AT&T y Discovery, y las continuas controversias de Ezra Miller, terminaron retrasando esta película durante más de 7 años, y en un punto parecía que no lograría salir nunca a la luz.
Y esta cinta tiene un peso muy grande sobre sus hombros. No sólo es la despedida oficial de las historias del Snyderverse, también es un puente para presentar la visión de James Gunn y hacia dónde se dirige el futuro del DCEU.
Y después de reshoots, cambios y ediciones, que alzó el costo de la producción de The Flash hasta los 220 millones de dólares, les contamos si la película logra cumplir con las expectativas y hace una historia digna para uno de los personajes más amados de DC Cómics.
The Flash: Una cinta que se siente muy DC Cómics
Si algo logra capturar The Flash, es la esencia y las dinámicas que presenta La Liga de la Justicia tanto en sus cómics como en sus series animadas. Al inicio, vemos a Barry Allen (Ezra Miller) intentar llegar a tiempo a su trabajo, pero una misión en Ciudad Gótica se complica y debe salir a ayudar, y aunque la secuencia visualmente se siente rara, los cameos, coreografías, y pequeños guiños crear momentos muy bien logrados que se sienten salidos de un cómic.
La dirección de las secuencias de acción es una de las proezas mejor logradas en The Flash. Andy Muschetti supo crear secuencias que mantienen a la audiencia atrapada e interesada todo el tiempo, y todo lo hace a través de la fisicalidad de los personajes, ya que supo captar bien la estética y la forma en la que pelean los personajes en los cómics.
La forma en la que el Batman de Michael Keaton se mueve, pelea y planea, es sumamente ingeniosa y tiene momentos muy divertidos. Un claro contraste a cómo lo hace Battfleck. Tener a los dos Barrys nos permite comparar cómo Flash evolucionó con sus poderes, y la introducción de Sasha Calle como Supergirl no solamente es un gran homenaje al cómic de Red Son, en la película brilla y cimenta mejor el dilema sobre por qué a una kriptoniana así de poderosa le interesaría salvar a los seres humanos.
El trabajo de Miller como Flash es bastante bueno, pues logra entregar un personaje que es menos ingenuo a como lo conocimos en Batman v Superman y Justice League. Aunque su mejor interpretación viene cuando se encuentra con su contraparte en el multiverso.
Ver cómo un Barry que nunca perdió a su madre y vivió en privilegio evolucionar junto a uno que debe aprender sobre el peso de la responsabilidad y el sacrificio, aún cuando eso signifique dejar ir a su madre, es el gran dilema emocional de Flash, uno que desafortunadamente, se queda corto ante la avalancha de peleas y aventuras.
¿Demasiado ambiciosa para su propio bien?
The Flash es una película sumamente entretenida con personajes entrañables, pero en la búsqueda de balancear épicas peleas, épicas figuras y nostalgia, la historia central al final se queda algo corta a nivel narrativo, y su apresurado final hace también que los cambios en el multiverso pierdan su impacto.
Es muy emocionante ver a Michael Shannon de regreso con una trama diferente, pero el afán por presentar la premisa de un “canon” que debe mantenerse le resta impacto porque sabemos lo que Barry debe hacer para solucionarlo: debe aceptar la muerte de su madre, Nora Allen (Maribel Verdú) y que fue una mala idea regresar en el tiempo para recuperarla.
Ese es el único objetivo de Barry en esta historia y es una idea que nunca cambia, y es algo que nos plantean desde los primeros minutos de la trama.
La falta de un villano más sólido, que sí ponga en tela de juicio los principios de Flash y su idea sobre cómo solucionar los errores del pasado, también le juegan en contra a la película. Aunque diferentes, ambos Barrys se obsesionan con corregir eventos del pasado, pero este contraste llega muy tarde y se resuelve muy rápido, por lo que la conclusión de ambas historias se sienten algo superficiales.
Aunque su historia es sencilla, Flash ofrece un espectáculo muy emocionante. Uno que se siente con una visión particular y que augura ser más accesible para diferentes audiencias. Sin duda es una propuesta nueva que puede convivir perfectamente con el futuro del DCEU, y eso, junto con la idea del multiverso, abre un gran abanico de posibilidades.