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The cakemaker

Como parte del Festival Internacional de Cine Judío, “El Repostero de Berlín” llega a algunas salas mexicanas.
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¿Cómo se supera la pérdida de un ser amado, cuando esa relación es un secreto para todo el mundo?

En Berlín, Thomas (Tim Kalkhof) es un repostero que es visitado constantemente por Oren (Roy Miller) un judío que viaja por negocios. A simple vista, solo vemos a cualquier otro comerciante atendiendo a un cliente; pero en realidad, han estado escondiendo una relación desde hace ya algunos meses.

Oren ha dividido su vida entre su esposa e hijo en Jerusalén, y sus viajes a Berlín que le permiten pasar tiempo con Thomas. Pero después de su último viaje, Thomas pasa varios días sin saber nada de él; hasta que finalmente se entera de que ha muerto en un accidente automovilístico.

Por otro lado, también conoceremos la historia de Anat (Sarah Adler), la viuda de Oren; quien ahora tendrá que lidiar no solo con la pérdida, sino con todo lo que su comunidad judía espera de ella: Incluyendo el manejar un negocio nuevo ella sola.

Motivado por el dolor, Thomas decide visitar Jerusalén para buscarla; y quizás, hacer frente a su sufrimiento al lado de esa otra persona que está pasando por la misma situación.

Una relación a fuego lento

Sé que parece que ya les conté todo lo que pasa en la película. Pero si ven el tráiler, verán que no agregué nada que no puedan ver ahí. Y eso dice mucho de ella: Si bien podemos tener una idea de lo que pasa con los personajes, es mucho más interesante ver cómo es que se desarrollan.

Sobre todo, disfruté mucho como los postres realmente son otro personaje en la historia. Realmente todo se mueve gracias a la comida. Las emociones que evoca o los simbolismos que se plasman a través de ella en la historia, la hacen una cinta inteligente sin tratar de ser pretenciosa.

Pero eso sí, les aconsejo que se armen de paciencia. En lo personal no me molestan las películas lentas; pero sé que no cualquiera puede llevar una trama de manera pausada, sin aburrir al espectador en el camino. Para Ofir Raul Graizer, el director, parece un trabajo fácil.

Siempre estamos atentos a lo que pasa con los personajes. Las escenas largas y con poco o nulo diálogo no podían faltar, como buena película europea, pero tampoco se abusa de ellas. Al contrario, se agradece que todo lo que vemos lleva a un punto; hay espacio para interpretar, como podría ser el final, pero el guión es sencillo y sólido.

Una joya de edición limitada

“El repostero de Berlín” es una cinta que habla de amor, traición, seducción, religión. Si les gustan las buenas películas, sin importar el idioma o el presupuesto, les recomiendo que la busquen; sobre todo porque no tendrá muchas copias a lo largo del país. Así que si llegan a verla en alguna muestra o sala de arte, no duden en darle una oportunidad.

Esperamos sus comentarios sobre esta cinta.

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