Desde que se dio a conocer la noticia de que Netflix Brasil preparaba Super Drags, una serie que presentaría en formato de animación la lucha de 3 heroínas drags, mi atención se mantuvo en alerta hasta su estreno.
La historia
Nos encontramos con una historia llena de referencias a la cultura popular, comenzando por su nombre y personajes Drags, que hacen referencia a la serie de las Chicas Superpoderosas (Power Puff Girls, Craig McCracken, 1998-2005) mezclada con Charlie’s Angels, y rebozada con imágenes fálicas por doquier. Sus protagonistas son 3 chicos homosexuales bastante extravagantes, lo que puede resaltar de manera no positiva el estereotipo de los hombres gay hiper femeninos.
Pero detrás de los chistes fáciles, nos topamos con mensajes valiosos, al retratarse las complejidades a las que se enfrenta la comunidad LGBT con temas que van desde problemas de autoestima y reconocimiento personal, hasta las dificulatades de la interacción familiar, la discriminación, libertad de expresión y fe. De hecho, los villanos son personajes que representan a la iglesia y los medios de comunicación principalmente, cuya agenda ocultan detrás de un discurso de moralidad y religión. ¿Les parece familiar la situación?
El hilo conductor de los capítulos es el concierto de Gol-diva, la artista preferida de los gays en la ciudad de Guarenhem. Pero esto no es más que una metáfora que describe a la comunidad LGBT, y la lucha por la consecución del evento contra las críticas e intentos de boicot por diferentes actores de la sociedad local es sólo una analogía de la lucha por los derechos de esta población.
Los chicos y sus Drags
Los personajes principales se encuentran muy bien escritos, diseñados para mostrar diferentes manifestaciones del estereotipo gay, lo que hace fácil conectar con alguno de ellos. Lo más interesante es cómo cada uno se transforma en una Drag, cuya caracterización y poderes viene a dar cuenta de sus deseos últimos de superación: una especie de tótem personal.
Ralph
Ralph es un chico musculoso, super afeminado, amante de la cultura otaku, quien nos muestra un lado inocente y juvenil. Su heroína Drag es Zafira Cyan, en un guiño a la popular serie Sailor Moon, con báculo en mano y cuyo superpoder, por demás práctico, nos relaciona con la forma como la juventud ve en esta era el peligro de las prácticas sexuales.
Patrick
También contamos con Patrick, quien representa a ese grupo etario de la comunidad LGBT que ha perdido el cabello, ganado peso, y cuyo valor parece haber sido disminuido en tiempos de cuerpos esculturales y «manly acting».
Su Drag es Lemon Chiffon, una diva de antaño, con boa de plumas poderosa. Su principal superpoder es el encanto de una mujer sexy de la era dorada de Hollywood, su enorme y bella cabellera rubia hace referencia a las Diosas del celuloide de esas épocas.
Donizete
Por último nos encontramos con Donizete, el personaje más extrovertido y flamboyant del trío. Bien no necesitaría a su alter-ego Drag, Scarlet Carmesí, para hacer frente a los villanos de la historia. Su poder viene de ser él mismo, y su divismo poco tiene de supernatural. Mientras que el resto del grupo se transforma en aquello que han deseado, Donizete sólo lleva su propia personalidad al próximo nivel. Para el doblaje en inglés, su voz la presta la famosisima Shangela (Ru Paul´s DragRace).
Sin lugar a dudas, Super Drags es una producción cargada de humor, irreverencia y en el límite de lo políticamente correcto, pero con un mensaje de fondo de empoderamiento, auto-aceptación, y de la importancia de formar comunidad.
Puedes disfrutar los 5 capítulos de Super Drags, desde ya en Netflix.