Strange World (Un Mundo Extraño) nos entrega una historia sencilla, pero con ideas y personajes realmente conmovedores
Al más puro estilo de historias como Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne, el estilo de las historias de ciencia ficción de los 50 y Johnny Quest, la nueva película de Disney: Strange World (Un Mundo Extraño) nos cuenta la historia de los Clades, una familia de aventureros que deben unir fuerzas para adentrarse a un mundo totalmente desconocido para cumplir una peligrosa misión.
La aventura de esta cinta es sencilla, pero en realidad tiene mucho corazón, ya que busca explorar temas como la crisis ambiental y los dramas intergeneracionales de una manera sencilla, pero sincera, de manera que se sienta íntima. Esto, en su conjunto, hace una historia bonita, pero le juega en contra en algunas partes. ¡Les contamos con más detalles (pero sin spóilers)!
Relaciones innovadoras y poderosas
En realidad, el único aventurero real de la familia Clade fue Jaeger Clade (Dennis Quaid), un hombre macho, ágil, inteligente y audaz que pasó a la historia por descubrir territorios y adentrarse a las profundidades de mundos desconocidos para colonizarlos. Su hijo, Searcher (Jake Gyllenhaal) realmente nunca compartió su espíritu, porque lo suyo era la investigación y la innovación tecnológica, cosa que lo llevó también a construir su propio legado.
Searcher comienza a entender a su padre cuando su propio hijo, Ethan (Jaboukie Young-White), comienza a mostrar que no tiene intenciones de seguir con el negocio familiar, que consiste en proveer al pueblo de Avalonia de un tipo de energía 100% verde proveniente de una planta llamada pando, la cual Searcher descubrió durante una expedición con su padre.
Gran parte de lo que hace interesante esta película es que buscan explorar la paternidad desde otro punto de vista. Y no temen hablar de temas como el abandono o las expectativas desmedidas que añaden una presión adicional a los/as niños/as mientras crecen. El abandono que sufrió Searcher por parte de su padre sí ha definido sus esfuerzos obsesivos por cuidar y proveer para su hijo y esposa, y eso a su vez se transforma en un miedo que le genera ansiedad y sofoca a Ethan, quien está buscando su propia voz.
Curiosamente, no buscan juzgar a los personajes y nos dan espacio para entenderlos, y cuando las 3 generaciones eventualmente tienen que coordinarse en una misión para descubrir por qué el pando ya no tiene sus propiedades y está provocando una crisis energética en el pueblo, nos entrega momentos realmente conmovedores.
También tenemos que hablar sobre la representación LGBT de la película. Aunque se está discutiendo que Disney nos está presentando “a su primer personaje queer en la historia” por millonésima ocasión, esta vez no sólo se trata del protagonista, el crush que Ethan tiene por un chico llamado Diazo (Jonathan Melo), es desarrollado de manera orgánica y explícita a lo largo de la historia como una parte importante del personaje. Todo el mundo a su alrededor lo toma con normalidad y en ningún momento es una fuente de conflicto, y eso sí es algo que no se había visto en una película animada de Disney.
En Un Mundo Muy Extraño
A estos personajes realmente interesantes los acompaña una gran animación. El pueblo de Avalonia y el mundo perdido al que se adentran Los Clades nos presentan más una historia tipo Solarpunk, en donde se busca mostrarnos un mundo en donde la tecnología y la naturaleza coexisten. Esto nos trae grandes diseños de máquinas, naves y escenarios que son realmente icónicos.
Pero también nos presenta un mundo lleno de colores pastel con criaturas verdaderamente entrañables (Splat es sumamente simpático y ni siquiera tiene ojos). Además, todos los personajes tienen diseños muy únicos que hacen sentir el mundo de Strange World verdaderamente diverso y rico.
Sin embargo, la historia depende también mucho de diálogos explicativos y los conflictos entre personajes dan muchas vueltas antes de llegar a la resolución que nos habían vaticinado momentos atrás. Esto puede hacer sentir que la historia es derivativa y que se tarda mucho en llegar al punto que quiere contar.
Eso no le quita que también es una historia que busca hablar sobre cómo el progreso y la innovación tecnológica es algo que está en constante cambio, y por lo tanto lo que funcionó años atrás no tiene por qué hacerlo para siempre.
La historia tiene muchas ideas y las desarrolla de la manera más humana y sincera posible, pero quizá son demasiadas tramas en una, y por eso sacrifica un poco la aventura y las sorpresas dramáticas. Pero aún así, es una bonita historia que busca hacernos hablar de otras formas sobre la familia, el medio ambiente, y los inevitables cambios que se dan con el tiempo.