El documental sirve como acercamiento y reconocimiento de nuestra identidad latinoamericana a través de la música que se hace en nuestro continente.
¡Hola cinéfilos!
Hoy les vengo a recomendar un documental que se acaba de estrenar cines de nuestro país y que bien me parece que es de esos imperdibles para aquellos melómanos por excelencia y sobre todo para aquellos que sean amantes de la salsa.
“Yo no me llamo Rubén Blades” es el nombre que lleva este documental que sirve, en palabras del mismo Blades, como una especie de testamento de su legado y obra.
Para aquellos que no sepan quien es Rubén Blades…
Es un músico, compositor, abogado, actor, activista político de origen panameño, quien hoy en día es considerado como uno de los grandes exponentes en la historia de la salsa.
Este documental despertó en mis unas altas expectativas, sobre todo porque la salsa es un género que llegué a estudiar en la universidad, y que, además, como bajista tengo cierto gusto y respeto.
Rubén Blades nos cuenta su propia historia…
En principio, mientras va recorriendo las calles de su natal Panamá, llevándonos a conocer la casa donde vivió a demás de las calles en las que creció.
También nos cuenta del como nació su amor por la música, gracias a sus padres; de la relación con su abuela, de como esta fue una de las personas que más peso tuvo en su filosofía de vida. De como fue que, durante su juventud, los conflictos por los que pasó su país fueron determinantes para definir su postura política, y de como lo llevaron a usar su música como un método de protesta.
La segunda mitad se centra en su vida en Nueva York, ciudad que lo ha adoptado desde hace muchísimos años, en las que no solo nos lleva a pasear por esta emblemática ciudad, sino que también nos lleva al edificio que vio nacer a la salsa, aquel en el que hace muchas décadas atrás fue la cede de “Fania”, la disquera que trajo a todas las leyendas de la salsa, como lo fueron Héctor Lavoe, Celia Cruz, Ray Barreto, entre muchísimos más.
También vemos parte de su recorrido por varios puntos de Latinoamérica, en donde el mismo artista se dice asombrado de lo que ha logrado su música tras tantos años.
Además de una cantidad impresionante de valiosísimas anécdotas en una carrera de 50 años en la música donde nos comparte sus pensamientos y sentimientos a lo largo de su vida.
Otras facetas suyas…
También aborda su etapa como actor, en la cual el mismo menciona que aún no sabe como es que ha seguido haciendo series y películas. En las que ha compartido con estrellas de la talla de Jack Nicholson, Robert De Niro.
También se da el tiempo de mostrarnos algunas otras facetas no muy conocidas del cantante, como su amor por los comics, de los cuales es un ávido coleccionista. Inevitable que también abordara sobre su parte política y filántropa, donde nos comparte que se siente muy obligado a ayudar su gente.
El documental sirve como acercamiento y reconocimiento de nuestra identidad latinoamericana a través de la música que se hace en nuestro continente.
Muchas veces creemos que, los artistas latinoamericanos no tienen la misma trascendencia o influencia que tienen los artistas anglosajones. Este documental nos confirma que esa idea está totalmente equivocada, con testimonios, aunque breves, de leyendas de la música como Paul Simon y Sting, quienes nos comparten como la música del panameño ha sido de importancia para ellos y la música en sí.
También aparecen artistas de la talla de Gilberto Santa Rosa y de Residente, quienes nos dejan conocer un poco mas a Rubén, la persona.
Hay otros temas que son tocados en el documental, pero no quiero contarles todo, espero que le den una oportunidad a “Yo no me llamo Rubén Blades” sé que no estará en muchas salas, pero si en verdad tienen una oportunidad de verlo, háganlo.
¿Recuerdan en que películas o series han visto a Rubén Blades o recuerdan alguna canción suya? háganlo saber en los comentarios.