R#J es la reinterpretación con filtros de Instagram de la que quizá sea la obra más famosa de Shakespeare: Romeo y Julieta.
Desde hace tiempo me causa una especial intriga, vislumbrar la manera en que nuestra relación con internet, los teléfonos celulares y redes sociales, se comienza a ver reflejada en las producciones audiovisuales: primeramente por la forma en que la utilización de estos medios como herramienta para filmar, representa el acercamiento a la utopía de la democratización del cine -caso Tangerine / Oso Polar-; y en un segundo lugar, por como conformamos un documento sobre la contemporaneidad, la forma en que añadimos y reflexionamos nuestras vivencias con dichas plataformas a las narrativas.
Modern Family en el episodio 16 de su sexta temporada, exploró las dinámicas familiares mediante la interfaz de una Mac, Searching hizo lo propio a manera de thriller, e inclusive Black Mirror con Bandersnatch fue un paso más allá incluyendo a las personas espectadoras, permitiéndoles tomar las decisiones que encauzaran el camino del relato.
Tales experimentos narrativos no hicieron más que aumentar con la llegada de la pandemia por Covid-19, y series como Mythic Quest de Apple TV filmaron el último episodio de su primera temporada a través de zoom, algo similar pero en el género de terror sucedió con la película: Host.
El filósofo Marshall McLuhan enunciaba que el medio es el mensaje, y la incrustación de las plataformas digitales en los relatos, nos posiciona ante un apasionante nuevo mundo de posibilidades para contar historias. Sin embargo, como diría Jorge Drexler en su canción Telefonía: aunque todos creen que han inventado algo, las temáticas en esencia continuan siendo las mismas.
Quizá consciente de esto, el cineasta estadounidense Carey Williams decidió adaptar para su ópera prima uno de los grandes clásicos escritos por Shakespeare: Romeo y Julieta, sólo que en esta ocasión su trágica relación vería la luz a partir de las redes sociales.
Subiendo la Instagram Storie
Probablemente la historia de Romeo y Julieta esta tatuada en el inconsciente colectivo de todo el mundo: hemos visto hasta el cansancio adaptaciones de la misma en diversos contextos, desde aquella protagonizada por Claire Danes y Leonardo DiCaprio hasta su versión tropicalizada en México en Amarte Duele.
Por lo que la tarea de adaptar dicha obra resulta un trabajo muy complejo, pues ¿qué más podrías contar o decir sobre la misma que no se haya hecho ya? Bueno, R#J encontró una forma de hacerlo, por lo menos en lo que confiere a la realización audiovisual: narrando plenamente en lo digital el amor y tragedia vividas por una pareja de enamorados, aunque el resultado es irregular.
La película estrenada en la más reciente edición de Sundance, por momentos te vuela la cabeza: es interesantísima la construcción que hacen a partir de la interacción con redes sociales, la manera en que conocemos las personalidades de sus protagonistas interpretados por Camaron Engels y Francesa Noel, por aquello que publican en Instagram, los GIF’s de The Office que envían, los mensajes que contestan y los que no.
Obviamente narrar bajo este formato transgrede la movilidad común de una cámara en el cine, si bien como el director estadounidense indicó, no se filmó con la cámara de un teléfono celular, para emular la verosimilitud de la misma, las actrices/actores sostenían la cámara por lo que su movimiento escénico marca el trazado de esta.
La estética esta cuidada hasta el mínimo detalle y busca emular la luminosidad / perfección que solemos observar en redes sociales: la fotografía de Diego Madrigal opta por una paleta cálida que se completa con un llamativo vestuario urbano a cargo de Desi Aguilar.
El tratamiento del sonido igualmente me parece por momentos fascinante: la inclusión de sonidos y voces en off, que emulan las reacciones cuando vislumbramos algo que nos agrada o disgusta en la pantalla de nuestros teléfonos, la aparición de Spotify como la plataforma que musicaliza la trama -por cierto, el soundtrack es maravilloso pues es capaz de transcurrir de Noviembre sin ti de Reik hasta James Blake-, y como esta mucha veces es interrumpida por el desenlace de una storie, constantes notificaciones o una llamada.
Aquí me parece más que destacable el trabajo de montaje realizado por Lan T. Nguyen, quien además de conjuntar todo lo anterior, probablemente también fue el causante de añadir todos los pequeños detalles visuales que brindan verosimilitud a una experiencia en redes sociales: las transiciones entre las mismas, los comentarios en los streamings, etc.
No hay imperfección en Ba Sing Se
Sin embargo, a pesar de sus secuencias brillantes, en su totalidad R#J es inconsistente y creo que esto se debe a que enfrentaba un gran reto: las redes sociales -en su mayoría- son la construcción de perfiles perfectibles sobre las personas y sus vidas, por lo que ¿de qué manera adaptar la intimidad y vulnerabilidad de ciertos momentos en la obra de Shakespeare?
Creo que la respuesta que Carey Williams brinda en su narrativa se siente forzada, rompiendo no sólo con el hilo de la forma, sino la verosimilitud del largometraje: el cual por momentos se transforma en una especie de videoclip musical, justificados en que Romeo filma con dicha estética diversos momentos de su vida y después hace magnificas ediciones que sube a internet.
Me parece interesante llevar el conflicto de los Mostesco y Capuleto al ojo público y los medios masivos hablen de ello, pero ¿por qué hacer en vivos de sus peleas a muerte? Y aunque el giro de tuerca sobre el desenlace original de cierta manera pueda justificarlo, ¿quién haría un streaming llorando el suicido de su novia y haciendo lo propio posteriormente?
Internet puede llegar a ser un lugar oscuro, pero la forma en que optan por retratar lo íntimo simplemente es inverosímil. Y el mantener versos originales escritos por el dramaturgo inglés tampoco ayuda, pues choca demasiado con todos los elementos contemporáneos en su narrativa.
Aunque con un sabor amargo al final, me parece que R#J es una de las narrativas experimentales más interesantes de los últimos años, y creo que ello representa el espíritu del festival donde se presenta: aquel espacio que nació con la idea de contraponerse a una industria donde la creatividad suele ser eclipsada o apagada en beneficio de las fórmulas comunes que generen millones en la recaudación. Y eso, simplemente me parece merecedor de los aplausos.