Pose estrenó su temporada 2 después de dejarnos con muchas expectativas. Pero, ¿cumplió en algo su cometido?
Ryan Murphy es un showrunner de renombre en la televisión, pues ha tenido una enorme cantidad de proyectos diferentes, pero que han alcanzado éxitos indiscutibles, como el caso de Glee, Nip/Tuck y Hollywood, por nombrar algunos. Sin embargo, si algo le caracteriza, es que a veces sacrifica el contenido por la estética.
En Pose, Temporada 2, esa necesidad de priorizar lo estético sobre todo lo demás se le salió de control, y el resultado es un conjunto de episodios fantasiosos, ilógicos, de emociones baratas y tramas que parecen de telenovela. Pero, también como es costumbre con los contenidos de Murphy, el cierre de la temporada sí sabe llegar al corazón, solamente que lo hace demasiado tarde.
Cada episodio parece ser una mini-aventura que flota por encima de la estructura que habían construido, con cierto éxito, en la Temporada 1. Esta vez, se aprovechan de forma exagerada de temas como el SIDA y el abuso de drogas, sin embargo, estas narrativas no llegan a ningún lado ni se exploran de forma diferente, de manera que parece que se presentan solamente para asustar al espectador.
Otro gran pecado que a mi parecer es insoportable, es que parece que no supieron darle cierre a cada uno de los capítulos de la temporada. Casi siempre sucedía una escena en la que tenía todo el tinte de conclusión… sólo para continuar con un drama o alegría más. Y ese es justamente otro problema que encontré en Pose: no tiene puntos medios. Todo es o muy alegre o muy triste, no da tiempo para procesar todos los eventos que vemos en pantalla ni atribuirles un significado más allá.
Hablemos de la Ejecución
La Temporada 2 de Pose parece ser un experimento, en donde cada episodio intenta presentar una historia o una trama diferente donde situar a este grupo de personajes y explorar sus reacciones y evolución dentro de ese entorno. Sin preocuparse por las conexiones o el desarrollo temático de episodio a episodio, cosa que termina por dañar sus propuestas más ambiciosas, y exacerbar el sentimiento de que la historia no tiene sentido.
El tono es bastante extraño. Por principio, esperan que nos satisfaga la «divertida» forma en el que esconden el cadáver de un hombre en un baúl sin mayor consecuencia o que vuelva a aparecer en la historia, pero después las resoluciones de cada episodio parecen estar a la altura de producciones de Nickelodeon o similares. Si el intento es ser irónico (como Murphy intentó en Scream Queens), entonces debería mantener la idea de la farsa y la complejidad de cada narrativa, no diluirla para apelar a un público más joven.
Las actuaciones de Blanca, Angel, Lil Papi, Damon, Pray Tell, Ricky y hasta la propia Elektra mantienen lo que se les exige, pero las situaciones que atraviesan son las que son de mucha fantasía, de morbo dramático y sobre todo irreal, para lo que fue lo que se vivió con esta comunidad en principios de los 90.
¿Dónde queda la realidad?
Otro de los detalles que más me molestaron en la temporada 2 de Pose, es que ninguno de los personajes se les ve con dificultades económicas, a pesar de que ninguno se muestra trabajando muy duro o teniendo puestos bajos.
Eso sí se evidenciaba en la Temporada 1. La adversidad económica formaba parte del entorno, pero en esta ocasión es distinto y ya ni siquiera es tema de discusión. Un día son pobres, en el otro uno es coreógrafo de nivel mundial y la otra es una súper modelo. Wow, creo que ni María la del Barrio era tan osada en esos cambios.
Ser una persona con SIDA, transexual, en medio de Nueva York en una sociedad de los EEUU en los años 90 no es para nada un viaje a la playa, por eso me parece un bonito homenaje a la alegría que siempre ha representado el LGBT. Sin embargo, en el caso de Pose, parece que deciden obviar o ignorar los verdaderos problemas que se vivían en la época. Y aunque sin duda nos da un mensaje esperanzador, es importante que no olvidemos toda la lucha que han vivido para llegar hasta aquí.
Entonces, ¿vale la pena?
Como dije al inicio, el cierre de temporada se me hizo bueno, divertido, esperanzador, de tributo a esta comunidad y por eso todo muy bien. Incluso a nivel de estructura funciona mucho mejor que el resto de la temporada, porque van mezclando a todos los personajes, en vez de enfocarse en grupos pequeños.
Es así que, desgraciadamente un 90% de esta Temporada 2 de Pose se siente un desperdicio de tramas. Decidieron utilizar el camino fácil para forzar emociones, lo cual es innecesario cuando ya se tenía una buena base que se había edificado en la temporada anterior, y que acá simplemente la desecharon, tal cual una peluca antigua que ya no sirve para llevar al Salón de Baile.