Pitch Perfect 3

¿Un producto más para aprovecharse del éxito de sus predecesoras?

Un producto más para ganar dinero.

Pitch Perfect 3 es dirigida por Trish Sie, siendo este su primer esfuerzo como directora de filmes. Se nota su falta de experiencia por todos lados. Trish ha dirigido varios videos musicales; pero no es lo mismo dirigir algo que llame la atención 3 minutos, a algo que atrape tu atención por 94.

La historia nos cuenta cómo Becca (Anna Kendrick) se reúne con sus aca-hermanas unos años después de haberse graduado. Las Bellas, el grupo a-capela, deciden reunirse para una última gira juntas. Esta gira es a través de Europa en los campamentos militares de los Estados Unidos en distintos países. En esa gira se topan con tres grupos máss; compitiendo por ser el acto abridor de DJ Khaled, que por alguna razón también está con ellos en la gira.

En algún momento aparece el papá de «Fat Amy»(Rebel Wilson), que resulta ser un criminal.

La verdad, aunque dura solo 94 minutos, esta película esta tan mal hecha que se siente del doble de largo. Está plagada de errores en todas partes, tanto de guión como de dirección.

Una de las fortalezas de las dos películas anteriores era la interacción entre todas las miembros de las Bellas. Aunque estas podían ser un poco planas en personalidad, eran muy diferentes entre sí y se complementaban bien. Tenían buena química a la hora de actuar juntas. En este filme todo eso se desperdicia.

Antes donde a cuadro había tres o cuatro personajes juntos haciendo bromas, ahora se cambia por escenas con solo dos de ellas, principalmente Fat Amy y Becca, o todas juntas. Se pierde entonces la interacción que existía.

Hablando de personajes, en esta nueva cinta se le dio demasiado protagonismo a Amy, algo que afectó mucho la historia. Rebel Wilson siempre ha funcionado mejor en dosis pequeñas; aquí se siente demasiado cargado de ella y su comedia incomoda. Los nuevos personajes presentado tampoco funcionan ni aligeran la carga de sus protagonistas. Ruby Rose en su papel de Calamity, es poco más que un cameo; el papá de Fat Amy, protagonizado por John Lithgow es el villano en una película sin necesidad de uno, y el interés amoroso de Becca, Theo (Guy Burnet) pareciera que no tiene personalidad.

Hasta las canciones parecen haber dado un paso atrás en comparación a las otras entregas. No dejan de ser entretenidas y muy populares, pero ya no tienen el encanto de antes, la fórmula ya está muy usada y no se ve nada nuevo. Incluso, la última canción, esa que debería hacerte terminar de ver la película con una sonrisa en la cara, es la más aburrida de todas.

Tiene un par de cosas buenas; hay varias bromas que son muy consientes de los defectos de la película y de la serie, y de vez en cuando los personajes de Elizabeth Banks y John Michael Higgins logran sacar algunas risas con sus comentarios tan crudos.

En conclusión

Esta película no debería existir. No aporta nada, no toma riesgos y ni siquiera cuenta una buena historia. Finalmente es un producto más para aprovecharse del éxito de sus predecesoras y lograr dinero fácil.