Pieces of a Woman es un cubetazo de realidad en el que acompañamos a los personajes a vivir una de las experiencias inevitables en nuestras vidas: el duelo.
Se supone que, en la vida, nosotros debemos ocuparnos de las muertes de nuestros padres y nuestros abuelos, no de nuestros hijos. Pero Pieces of a Woman, llega a demostrarnos la capacidad de la vida de cambiar las reglas del juego y, al mismo tiempo, enseñarte cómo ella no te va a esperar si te quedas atrás en el camino.
Escrita por Kata Wéber y dirigida por su esposo Kornél Mundruczó, quienes se inspiraron en experiencias propias para contar esta historia, el largometraje presenta a la audiencia una experiencia que nadie quiere vivir, pero que, por medio de un producto cinematográfico notable, nos enseña cómo las circunstancias nos pueden romper hasta ir dejando fragmentos de nuestro ser en el camino.
La película estrenó el pasado 7 de enero en Netflix y es protagonizado por Vanessa Kirby, Shia LaBeouf, Ellen Burstyn. ¡Te dejamos el tráiler aquí!
El regalo de la vida
«Cuando el parto en casa de una joven madre termina en una inexplicable tragedia, ella comienza un duelo de un año de duración que se lleva consigo fracturas de relaciones personales en un viaje profundamente personal en el cual una mujer debe aprender a vivir con su pérdida.» Recita la sinopsis en el sitio IMDb y no puede ser más acertada.
Fragmentos de una Mujer es una película difícil de ver. Como espectador/a, hay que estar preparado/a para «pasar un mal rato» (cuando una película logra eso, evidentemente es muy efectiva en su mensaje). Mientras, la primera media hora pasa volando, el resto (justamente la parte más devastadora) se toma un poquito más de tiempo; todo intencionadamente.
Martha y a Sean, el joven matrimonio que protagoniza la película, ha decidido dar a luz a su bebé desde su hogar, por lo que buscaron que una partera les ayudara en el proceso. Al no haber podido llegar cuando el momento llega, Eva, una partera distinta a la que habían contratado originalmente, se hace cargo de recibir a la bebé. Todo parece ir bien y, de repente todo se diluye, se pierde y se despedaza… Así como sucede en la vida real: sin previo aviso.
En Pieces of a Woman, aquella persona que decida reproducir la cinta a través de Netflix va a recibir un producto cinematográfico honesto y real. En donde la tragedia, el dolor y la pérdida están llevados de una manera en la que uno ajeno a todo esto pueda simpatizar y entender por lo que pasan los personajes. Siempre tratando con seriedad cómo la vida nos da golpecitos que nos pueden ir rompiendo en pequeños pedazos, pero también propina golpes fulminantes que sencillamente terminan por despedazarnos cual cristales en brusco contacto con el suelo.
Para cumplir con la su intención de apegarse a la realidad, la película presenta al inicio un plano secuencia (falso pero exquisitamente logrado) de cómo es el parto de Martha que dura casi media hora. ¿Por qué? Porque solamente a través de una escena ininterrumpida la audiencia podría sentir y percibir la frustración, el dolor y las complicaciones, así como la inmensa felicidad y el milagro que representa traer un bebé al mundo. De ahí que el resultado sea tan desgarrador.
Posterior a esta electrizante escena, Fragmentos de una Mujer sabe que tiene que bajar las revoluciones para lograr que su audiencia pueda recuperarse, al igual que Martha, de lo que vio nada más al iniciar la cinta. La caída de ritmo es absolutamente voluntaria, ya que a la protagonista le toma cerca de un año el proceso de duelo que acompaña el desafortunado acontecimiento, en donde la vemos, como indica el título, dejando fragmentos de su propia esencia mientras logra salir adelante.
Fragmentos de una Vanessa, un Shia, una Ellen…
Hemos visto en muchas ocasiones películas que recaen totalmente en los hombros del actor o la actriz protagonista, con resultados variantes entre lo lamentable y lo verdaderamente notable; pero en Pieces of a Woman, lo que hace Vanessa Kirby es de otro mundo.
La histriona inglesa, a quien hemos visto en The Crown y en Misión: Imposible – Repercusión, logra meterse en la piel de una madre con aspiraciones de que su bebé llegue a este caótico mundo de la manera más natural posible, y que luego se le viene el mundo encima cuando la tragedia la invade.
Kirby, quien nunca ha tenido un parto realmente, transmite todo lo que uno de los momentos más importantes de la vida de una madre debe llevar: el dolor físico, la fortaleza de una mujer, la confusión e incertidumbre, la expectativa y, sobre todo, el inmenso amor con el que se lleva a cabo este proceso.
Vanessa no solamente logra que sea en la secuencia del parto donde se muestre su inmenso talento, sino que a lo largo de toda la película el espectador puede percibir todas las emociones y pensamientos que Martha tiene a partir de únicamente sus miradas, sus acciones y, sobre todo, su silencio. Hay momentos en los que Pieces of a Woman se vuelve (casi) una película silente, pero en definitiva, a veces en esos instantes de mayor silencio es cuando más se transmite a la audiencia.
Vanessa Kirby seguramente estará nominada a todos los premios venideros y ojo, que no sorprenda a nadie si logra arrebatarle su tercer Oscar a Frances McDormand.
Los papeles de apoyo como Sean, el esposo interpretado por Shia LaBeouf y de la fabulosa Ellen Burstyn (Elizabeth, la madre de la protagonista) son excelentes complementos para redondear el mensaje de cómo cada persona vive su duelo.
En el caso de Sean, él es un exadicto que lleva varios años sobrio. le duele y le pesa tanto lo que sucede con su hija que termina por dirigirse hacia rumbos… complicados. En el caso del papel de la legendaria Burstyn, nos presentan a una mamá que, a pesar de la tragedia que vive su hija, siempre quiere tener la última palabra y el control de la situación. Es de esas personas que, sólo por tener dinero, se sabe y se siente más que la gente que le rodea. Ambas interpretaciones son dignas de nominación (aunque a LaBeouf puede que le perjudique la situación personal que atraviesa) y veremos qué sucede en las próximas semanas.
Realizadores con contundencia
No sabemos hasta qué punto Kornél Mundruczó y Kata Wéber atravesaron por un caso similar al que tuvieron Martha y Sean, pero cuando una dupla director-guionista logra conectar con una audiencia a tal punto en el que uno se siente acompañante de Martha en su duelo y sufre con ella, se siente confundido/a con ella, teme con ella y se acepta en su pesar con ella; es porque su trabajo es impecable.
Seguramente, Mundruczó ha logrado en Pieces of a Woman uno de los planos secuencia que irá a recalar directo a la historia del cine; no sólo por la forma (que incluye ensayos, coreografías, actuaciones y la tardanza de 2 días y más de 6 horas en completar), sino por la efectividad que consigue al transmitir y hacer sentir. Definitivamente, esta es una de las escenas más incómodas que una persona pueda ver en una película recientemente y eso, por más extraño que parezca, es digno de celebrar.
Claro que el trabajo del director no se queda únicamente en los primeros minutos de la película, ya que en la mencionada anteriormente caída de ritmo, el señor logra que sea aquí cuando se termine por adherir la relación de la audiencia con Martha, la mujer fragmentada. También, a través de detalles sutiles en el entorno, el realizador nos logra indicar cómo se van quedando en el camino los fragmentos de una madre que no pudo serlo.
Por el otro lado, es muy valioso que el guion lo haya escrito Wéber, ya que el hecho de haber sido una mujer con una experiencia similar a la que vemos en Pieces of a Woman le añade una riquísima cantidad de valor y de verosimilitud a una situación en la que absolutamente todas las emociones humanas se ven incolucradas. Grandioso trabajo de ambos.
Cinéfilo/a, no puedes dejar de ver Pieces of a Woman a través de la plataforma de Netflix. Es un largometraje que tiene una inmensa carga de vida en donde parece muy complicado hallarla; todo esto envuelto con moño y presentado con unas interpretaciones por encima de todo humanas y reales. También, traída a nosotros con una dupla que, lamentablemente, tuvo que atravesar por algo similar para que Pieces of a Woman fuera la gran película que terminó siendo.
