Es la locura como enfermedad, el elemento que oficia de conector para los hechos que ocurren en esta historia.
Una historia de suspenso con fuertes tintes de terror que explora la destrucción como arte y una herencia maldita como eje principal; mientras una búsqueda en el pasado constituye una subtrama oculta.
La premisa es clara: En 1984 un grupo de teatro experimental explora el insomnio prolongado como método para acceder a emociones profundas y con ellas interpretar una drama lleno de locura y oscuridad. Todo esto en el marco de un hospital psiquiátrico abandonado, donde las experiencias extrasensoriales están a disposición en cualquier pasillo o habitación. Es precisamente la locura como enfermedad, el elemento que oficia de conector para los hechos que ocurren en esta historia.
Con la dirección del uruguayo Gustavo Hernández (La Casa Muda), y un elenco hispano-argentino constituido por Eva de Dominici (Bianca) y Belén Rueda (Alma Bhöm) en los roles protagónicos; mientras que Germán Palacios, Juan Manuel Guilera, Natalia de Molina y Eugenia Tobal interpretan a los personajes secundarios. La idea original fue concebida por el mismo director, basándose en una experiencia personal de privación del sueño, pero sin tintes terroríficos; tal como contó en una entrevista para el diario El Observador (Montevideo), que puedes leer aquí.
…llamamos a Juma Fodde para que desarrollara el guión y luego lo presentamos a los productores argentinos. A la semana de leerlo, le dieron luz verde y el resto del proceso fue muy rápido.
— Gustavo Hernández para El Observador
Pasar cuatro días y medio sin dormir ya es una experiencia bastante agotadora y estresante; aún sin los fantasmas y el hospital psiquiátrico abandonado de por medio.
Tal vez esta sea la principal deuda que tiene un guión muy interesante. Puesto que este conjunto de hechos por sí solo debería haberle generado muchas incertidumbres a una protagonista que casi no duda en lanzarse a la “aventura”.
El maquillaje juega un rol importante en esta obra y aunque tiene algunos detalles mejorables, en general está muy bien. También está bien logrado lo que hace al montaje de sonido; y la fotografía por su parte imprime una sensación lúgubre de principio a fin. La estética es opaca a lo largo de todo el film, tanto en dónde ocurren los hechos principales, como en el resto de las locaciones; lo que permite mantener al espectador en el ambiente creepy que viven los personajes.
Los personajes definen desde el principio sus roles y los mantienen a lo largo de toda la película; más allá de algún vuelco en lo que tiene que ver con sus intenciones reales.
Tal vez el repertorio de expresiones de la protagonista (de Dominici) no resulte de lo más virtuoso, pero en los momentos más importantes cumple de buena forma.
De hecho, el elenco en general hace gala de su gran nivel, con una muy buena participación de Rueda y Tobal.
Como historia con perfil de terror, cumple con la misión de asustar; cosa que logra ya desde los primeros minutos, aunque si es verdad que algunas escenas de terror son bastante anunciadas. Además termina a puro giro argumental, lo que aporta una cuota de sorpresa muy interesante.
Sin duda se merece una oportunidad, ya sea que te guste el género de terror o no.
Nota: Ir a verla a la 1:00 AM mejoró la experiencia, pero, aunque cueste creer, no fue fácil dormir después.