Luca: Bonita Historia, ¿retroceso para Pixar?

Lucha está por llegar a cines y aquí te contamos sobre la última película de Disney/Pixar que busca explorar lo que significa ser un niño.

Luca es una bonita película de verano, pero podría no ser lo mejor de Pixar

Nada nos recuerda más los días de verano que un bonito ambiente lleno de luz, colores cálidos, mar, y niños corriendo por ahí metiéndose en problemas. Ese es justamente el sentimiento que Luca, la nueva película de Disney/Pixar, nos evoca gracias a la increíble animación que caracteriza a sus películas. Aunque tal vez en un intento por mantener una esencia sencilla, puede sentirse como un retroceso en la maquinaria narrativa de la compañía y que tal vez justifique su estreno simultáneo en Disney+-

Luca

La Magia ya conocida de Disney

Esta nueva cinta nos lleva a las profundidades del mar en las cercanías de la región de Liguria al noroeste de Italia para presentarnos a Luca Paguro (Jacob Tramblay) un monstruo de mar que pasa sus días cuidando los bancos de peces de su familia y añorando una vida de aventuras. Por supuesto, su familia se opone diametralmente a sus sueños de fuga, pues conocen la historia de aquellos monstruosos humanos que viven en la superficie dedicados a cazar, capturar y aniquilar a los de su especie.

El increíble talento cómico de Maya Rudolph (quien interpreta a la mamá de Luca) y de Sacha Baron Cohen (que tiene un cameo hilarante en la película) ayudan mucho a darle más dimensión y simpatía a personajes que realmente no tienen un peso tan grande en la historia y son fácilmente olvidables. En conferencia de prensa, Rudolph había dicho que lo que buscaba con su personaje era explorar la idea de “amor rudo” que puede llegar a tener un padre sobreprotector, y ciertamente hubiera sido bueno ver un poco más de eso en la película.

Y es que quien se roba la película por completo es Alberto Scorfano (Jack Dylan Grazer), el despreocupado amigo tritón de Luca quien finalmente lo convence de disfrazarse de humano para pasar unos días de verano en el pueblo de Portorosso. Su ímpetu y confianza son muy conmovedoras, y la confianza con la que reparte su ignorancia sobre la vida y la cultura de lugareños parecen un comentario bastante interesante sobre cómo se crean estereotipos o generalizaciones sobre grupos de personas que no conocemos.

Luca

Una historia menos Compleja

Si bien Luca no explora preguntas existenciales como lo intentaron hacer Soul o Intensamente, esta cinta busca transmitir la inocencia del mundo de los niños. Y sin duda, uno de los mejores momentos de la película es cuando dejan a los niños ser niños, entrenando para una competencia triatlón que los hará ganar una Vespa que les permita emprender camino a lo que entienden por libertad. Parte del encanto de Luca es que se sitúa en el momento en el que la inocencia ya no es suficiente y los niños se dan cuenta que el mundo es más complicado de lo que parece.

El personaje de Luca es quien lleva la batuta en esto, pues después de conocer a Giulia no sólo descubre que mucho de lo que le dice Alberto sobre el mundo es incorrecto, sino que existen instituciones como la escuela que le permitirían descubrir más y llegar más lejos. Quizás es a esto a lo que se refería el director Enrico Casarosa cuando dijo que quería hacer una historia sobre el momento de la niñez antes de que las cosas se compliquen, pero realmente solo tenemos la oportunidad de verlo a través de Luca.

Y es que a pesar de que la película es visualmente hermosa y el recorrido de Luca es realmente conmovedor, deja de lado muchos de los otros personajes interesantes de la historia. Particularmente porque Portorosso es un lugar que se dedica a cazar monstruos acuáticos, y la actitud de sus habitantes alrededor de sus leyendas es otro aspecto que promete ser explorado, pero que se queda corto.

Luca

Lo que pudo ser y no fue

Y es que otra parte de Luca tiene que ver por supuesto con la lucha por la aceptación y la violencia hacia grupos vulnerables. Claro que se puede entender el subtexto queer en la película, a pesar de que Casarosa aclarara tácitamente que no sería una historia de amor LGBT, o una historia de amor en lo absoluto. Al final del día, las historias sobre la lucha por la aceptación, sobre esconder quién es uno en realidad, sobre aprender sobre uno mismo, siempre serán experiencias pertenecientes al colectivo.

Sin embargo, el final de Luca se alarga demasiado para decirnos que esta historia abarca a todos y a todo, y aunque es un bonito mensaje, esa necesidad de dejar claro que esta película no responde a ningún movimiento social específico crea una distancia extraña que nos deja pensando que tal vez pudo ser más de haber tenido la intención de serlo. En este aspecto, es una lástima que el mundo subacuático no tenga ningún tipo de desarrollo más allá del hogar de los Paguro y que Alberto y Luca terminaran asimilando por completo la cultura humana sin hacer muchas preguntas.

Luca es una bonita historia con visuales asombrosos y una moraleja sencilla y que conmoverá a chicos y grandes por igual. Pero deja sueltos a tantos personajes, tantas historias que pudieron añadir una diferente capa de complejidad, que uno no puede evitar preguntarse qué habría sido posible. Porque, si algo nos ha demostrado las historias de Steven Spielberg e incluso el propio Disney, es que la infancia puede ser igual de compleja que cualquier otro momento en nuestras vidas, aún cuando sólo sea en el transcurso de un verano.