«Loving Vincent» es una obra de arte en movimiento que nadie se debe perder.
Loving Vincent es una película de animación dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman. Explora los últimos meses de vida del pintor Vincent van Gogh; a través de una cautivadora historia nos cuenta la teoría de que Van Gogh no se suicido; sino que alguien le quito la vida.
El aspecto más impactante que tiene esta película es su original y hermoso arte visual. Cada escena fue pintada a mano cuadro por cuadro en el estilo visual de las pinturas de Van Gogh.
Muchas pinturas fueron recreadas dentro de la película, como las legendarias «El doctor Paul Gachet» o «El Café de Noche».
Más de 100 artistas trabajaron en este filme para darle este estilo tan singular, logrando un resultado fantástico; cada escena es una obra de arte en movimiento.
La película tiene cada detalle retocado a mano y se pueden ver las pinceladas, gruesas y llenas de textura en cada cuadro de la película. Gracias a esta atención al detalle la película logra atrapar al publico desde el primer minuto. Y a diferencia de lo que me temía, nunca llega a ser cansada para el espectador.
No se lograría nada sin una buena historia que contar… y afortunadamente Cartas a Van Gogh tiene una historia cautivante; Armand Roulin, interpretado por Douglas Booth, se embarca en un viaje para entregar una carta escrita por Vincent, interpretado por Robert Gualaczyk.
Este relato es un retrato hermoso de la personalidad de Vincent y su relación tanto con el arte como con la vida. Esta historia es también es una reflexión profunda de los problemas mentales y como afecta no solo a aquel que la sufre si no a todos a su alrededor. Es una carta de amor a la vida y obra de Vincent Van Gogh.
Loving Vincent es un cita obligada para cualquier cinéfilo solo por el estilo visual. Pero va más allá con una historia interesante que te mantiene siempre atrapado. Las actuaciones son tiernas y sinceras. Con una trama donde se puede apreciar que en la vida real nadie es completamente bueno ni completamente malo.
Una verdadera obra de arte en movimiento, una merecedora nominada al Oscar y una experiencia que todo mundo debería vivir.
