Si la mamá de tu archienemigo, por “conveniencias del guión de la vida”, se llama igual que tu mamá, probablemente le veas más sentido a Batman V. Superman… Si es que tiene alguno. Sin embargo, cualquier persona puede dar su opinión acerca de dicha película y decidir si le gusta o no.
Algo muy similar ocurre con las películas cuya trama principal, de una u otra manera; gira alrededor de la temática de la discapacidad. No hay duda de que cualquiera las puede ver, entender y disfrutar; pero si estás familiarizado con el tema, pones un poco más de atención; o si directamente tienes alguna discapacidad, seguramente notarás ciertos detalles que pasarían desapercibidos para otros.
Por eso, como alguien que todos sus 29 años de vida ha tenido parálisis cerebral, me es un gusto traerles esta nueva sección de Fuera de Foco enfocada a hablar acerca de cine y series de inclusión; desde el punto de vista de alguien que vive su día a día con una discapacidad. Y me gustaría inaugurar este espacio con una de las películas más representativas de este tema de la más reciente década: Intouchables.
También conocida como Amigos Intocables; esta producción francesa nos narra parte de la vida de Phillippe; un culto millonario amante de las emociones fuertes y de la aventura que, tras un accidente, queda atrapado en una silla de ruedas sin poder mover ni sentir nada del cuello para abajo.
Después de una escena que, sin dar mayores spoilers, nos adelanta parte del acto final; la película comienza en la mansión de Phillippe, donde se está llevando a cabo una entrevista de trabajo para ocupar el puesto de su cuidador personal. Entre los varios aspirantes bien cualificados se encuentra Driss, alguien de origen africano con un pasado un poco turbio, que no tiene nada de experiencia en el cuidado de personas; y que está ahí sólo para que lo rechacen y poder cobrar una pensión por desempleo.
Si piensas que, contra toda lógica y siguiendo los clichés, Driss será contratado; déjame decirte que estás en lo correcto… y no. Esto no cae en el cliché ya que la propia escena lo explica de forma sutil y excelente: mientras que los demás candidatos se dirigen apropiadamente a la mujer que asiste a Phillippe; Driss, sin ningún cuidado ni formalidad, le habla directamente a él; dejando muy claro, con sarcasmo y humor, que ve a Phillippe como un igual.
Y es que la película, básicamente, trata de las cosas que no se pueden comprar. De que, si bien Driss recibe un salario por cuidar a Phillippe prácticamente las 24 horas del día; la amistad que se va formando entre ellos es genuina y natural.
¿Sabes? En donde vivo existe una organización muy grande en la que, pagando una cuota; las personas con discapacidad pueden ir a diferentes actividades para convivir con voluntarios. Si bien, aunque desconozco el uso completo que se le de a ese dinero, y entiendo que la cuota sea necesaria; no puedo evitar verlo como “pagar para hacer amigos”. Por eso esta película me hace pensar en que una verdadera amistad puede surgir de cualquier forma.
Curiosamente, esta historia me hace recordar un evento de TEDx del 2017 en el que fui ponente. Por circunstancias de la vida, Daniela, una de las organizadoras, hizo la labor de mi traductora al momento de ser mi turno en el escenario; por lo cual pasamos varios meses reuniéndonos en mi casa una vez por semana para practicar, y gracias a ello ahora hay una gran amistad entre nosotros. De hecho, en el día en el que estoy escribiendo esta opinión, tenemos planeado salir mañana. Como de costumbre, ella pasará por mí e iremos a una plaza comercial donde al llegar, — aunque probablemente ella pese la mitad que yo—; bajará mi silla de su carro y luego me ayudará a bajar y pasar a la silla; para luego disfrutar de una tarde llena de pláticas, risas y, sobre todo, mucha comida.
En Resumen
Intouchable nos muestra el nacimiento y evolución de una amistad de enriquecimiento y ayuda mutua; donde la buena intención triunfa sobre los chistes pesados, y los lazos formados permanecen aun cuando ya no existe un compromiso de por medio. Creo que al final ese es el gran mensaje de esta película; que no se necesita una preparación ni entrenamiento especial para poder conocer y ser amigo de una persona con discapacidad, ya que eso somos: ¡Personas!
Si nos ponemos a pensar, seguramente nos daremos cuenta de que, según un amigo u otro, nos adaptamos a algo; ya sea a un gusto, costumbre, tipo de diversión, etc. Así que en realidad el adaptarse a las necesidades de alguien con una discapacidad, no es tan diferente.