Había una vez… en Hollywood

Revisamos la novena y más personal película de Tarantino

Tras cuatro años desde su última entrega con aquellos odiosos, Quentin Tarantino regresa a los encabezados de las carteleras con Había una vez… en Hollywood, su filme más personal. En él presenta una faceta diferente a la habitual. Me atreveré a decir que es la Roma (Alfonso Cuarón, 2018) de este mítico director.


Capítulo I: La producción 

Desde Perros de Reserva (1992) hasta la fecha, Quentin Tarantino se ha dado el lujo de tener a varios actores de alto calibre no sólo comoprotagonistas, sino como secundarios o incidentales. En este aspecto, Había una vez… en Hollywood supera a sus antecesoras, ya que Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Dakota Fanning y Al Pacino comparten espacio sin opacarse; además de otros actores igual de destacables con papeles fugaces.

El diseño de producción es magnífico en las secuencias de exteriores, ya que se descartó el replicar en grandes estudios calles de Los Ángeles, para mejor retroceder en el tiempo ambientando las locaciones reales con fachadas como si en verdad fuera rodada a finales de los sesenta. 


Capítulo II: Un close-up personal

Había una vez… en Hollywood presenta una añoranza honorífica a Los Ángeles de la infancia de Quentin Tarantino. Los fragmentos de lo que escuchaba, lo que miraba, lo que le contaban, están dispersados en cientos de guiños en las películas que protagoniza Rick Dalton, en las escenografías, en los diálogos, en el acontecimiento de La Familia Manson..

Cumpliendo como un “poema de amor” hacia los viejos tiempos, Tarantino proyecta una época desde un punto de vista personal, de la mano con un acontecimiento histórico que define a esos años. Su sello personal se percibe en las docenas de referencias al cine y un desenlace alternativo con la masacre de La Familia Manson. Cuarón, desde su trinchera, expuso hábilmente su pasado y el pasado de una ciudad desde la intimidad del núcleo familiar.

Es aquí donde existe un fallo con Había una vez… en Hollywood al no conectar del todo con el espectador. Sobre todo con alguien que no vivió esa época tan cambiante para los Estados Unidos y su cine. En contraste con el ajeno sentimiento que genera Tarantino, Cuarón usó un lenguaje más universal como la familia, la explotación laboral o la represión política (característica en esos años), elementos que pueden presentarse en cualquier parte del mundo. 

Quentin Tarantino además llena Había una vez… en Hollywood de referencias propias, por ejemplo, la saturación de las secuencias con encuadres en los pies de las actrices. Esta constante se ve desde sus primeros trabajos, pero aquí se siente que sobra en varias escenas. 

Otra característica que entorpece la cinta, son los actores y actrices que ya han trabajado con él, quiens hacen breves participaciones donde dicen al espectador “sé que les has visto en mis otras películas, por eso están aquí, porque es mi película”. Así, Quentin Tarantino demuestra que sabe bastante bien que las personas han seguido su universo de nueve largometrajes.


Capítulo III: Corrección política

Frente a las polémicas acusaciones de racismo y misoginia hacia el director de Había una vez… en Hollywood, éste siempre ha declarado que no corregiría sus películas hacia lo políticamente correcto. Sin embargo, en este nuevo filme se nota un cambio de perspectiva para los papeles femeninos del que se tiene que hablar.

Mujeres en la trama como Sharon Tate, y la niña actriz que comparte escena con Rick Dalton son tratadas con cariño y respeto humano. Esto contrasta con los papeles femeninos en anteriores películas como Bridget en Bastardos sin gloria (2009) o Beatrix Kido en Kill Bill (2003), que son sometidas a violencia extrema.


Capítulo IV: Conclusión

El noveno film de Quentin Tarantino es diferente por el acercamiento personal que proyecta las secuencias. Es una oda a la ciudad de Los Ángeles de 1969, un reclamo de ira hacia La Familia Manson, y una lluvia de guiños para el director y sus fieles cinéfilos. Por ello, con Había una vez… en Hollywood estamos ante una nueva faceta, más personal e íntima, de uno de los directores más importantes de los últimos años. 


¿Ya vieron esta nueva película de Tarantino, cinéfilos?