Goodbye Don Glees, ópera prima de Atsuko Ishizuka es una bonita coming-of-age que se concentra en dar un espectáculo visual y una conmovedora historia
en Goodbye Don Glees, Roma Kamogawa es un chico que trabaja en una granja y todos los días llega a la escuela oliendo a estiércol. Por eso, pasa todos los días escondido en el club Don Glees, un pequeño fuerte que hizo con su mejor amigo de la infancia: Toto.
Pero ahora que Toto se mudó a Tokio para estudiar en el instituto,Roma forma una amistad con Drop, un extraño y despreocupado chico que está muy entusiasmado por ver un festival de fuegos artificiales y comprar un dron. Pero cuando un incendio ocurre y ellos son los únicos culpables, deberán emprender un intenso viaje para comprobar su inocencia.
Tres Amigos Sin Sueños
Con apenas 90 minutos de duración, Goodbye Don Glees nos anuncia desde sus primeros minutos que esta será una historia triste y que la triada de amigos deberá enfrentar una dura realidad al final de la historia. Quizás por eso es fácil conectar de inmediato con Roma, quien es un chico inseguro y cuyos complejos por no tener la misma afluencia económica que sus compañeros lo han aislado por completo e incluso lo hace sentirse lejos de su mejor amigo Toto, quien ya tiene grandes planes para el futuro.
Por eso realmente no están muy felices de ver el festival de Fuegos Artificiales, excepto por Drop, quien tiene un completo desinterés por esos detalles y lo único que quiere es pasar un buen rato. La tensión que se siente entre Toto y Roma sí le da una dimensión diferente a la cinta, ya que lejos de la añoranza o los deseos positivos que suelen presentarse en las historias coming-of-age, en Goodbye Don Glees siempre hay una atmósfera de nostalgia y urgencia, en parte porque saben que están a punto de entrar a una nueva etapa de su vida, y en parte porque sabemos que no todos tendrán un final feliz.
Esto crea una dinámica interesante y nos mantiene interesados en el desarrollo de la historia, principalmente porque conforme va avanzando el metraje, vamos viendo que esas preocupaciones están basadas en malentendidos y prejuicios.
Un Viaje Muy Revelador
Lo que hace más interesante su viaje es la idea de que no se conocen del todo. Roma no habla mucho de sus intereses, como la fotografía, ni la inseguridad que siente por simplemente no encajar ni tener un rumbo definido. Toto, por su parte, se va revelando como un chico que por más que estudia no sabe si está tomando el camino correcto, y Drop esconde un secreto que termina por unir todavía más al equipo.
La forma en la que se revelan poco a poco detalles sobre su vida y cómo ven el mundo es parte de lo que hace tan conmovedora a Goodbye Don Glees, principalmente porque la directora Atsuko Ishizuka, quien ya trabajó en animes que se centran mucho en el desarrollo de sus personajes, como Nana, nos engaña haciéndonos pensar que la historia tomará una dirección, sólo para tomar giros sutiles que nos hacen entender poco a poco a este grupo de amigos y lo que deben aprender en su viaje.
Además, el arte de la historia es apabullante. El diseño de los paisajes y cómo interactúan con los personajes es sumamente inmersivo. Y en un momento, la magnitud de la animación y cómo reflejan los puntos más importantes de la cinta puede evocar lo que logra Makoto Shinkai en cintas como 5 centímetros por segundo.
Somos un cúmulo de micro-cambios
Goodbye don Glees sí es una historia sobre crecer y dejar ir. Sobre aceptar la pérdida y los cambios. Pero también es una historia sobre dejar que la gente impacte en nosotros/as, y entender que nuestras acciones también pueden impactar a las personas a nuestro alrededor de maneras que jamás esperaríamos.
También, es una historia sobre ver con honestidad a las otras personas y dejar de encasillarlas en roles específicos. Y al final es una celebración de dejar que la vida nos sorprenda, para bien o para mal. Todo en una linda cinta que se desarrolla con sutileza, aunque puede pecar de repetitiva.
Así que, si buscan una historia coming-of-age más centrada en mostrarnos cómo los cambios más mundanos son los que más nos afectan, los que más recordamos y, al final, los que nos definen para toda la vida.