Hace unos días llegó, finalmente, la tercera parte de la trilogía que el estudio Toho y Netflix prepararon acerca del kaiju favorito de todos. Esta tercera entrega, llamada Godzilla: The Planet Eater es la cinta que da conclusión a la historia que comenzó en Planet of the Monsters.
Tras la batalla…
La película empieza mostrándonos las consecuencias de tratar de usar a Mechagodzilla para destruir definitivamente a Godzilla. El intento no sólo fracasó, sino que significó la pérdida de la mayoría de los bilusaludo en el planeta. Los que se quedaron en la nave Aratron empezarán una revuelta exigiendo el castigo del capital Haruo, a quien ven como el responsable del fracaso de la misión.
En tierra, los pocos sobrevivientes humanos han entrado en desesperación, lo que los llevará a involucrarse con las doctrinas de los Exif, quienes buscarán a todo costo acabar con Godzilla, aunque eso implique liberar un mal mucho mayor. No sólo conoceremos el pasado de los Exif, sino que también se nos revelarán sus verdaderas intenciones.
A partir de esto la trama de Godzilla: The Planet Eater nos plantea una gran cantidad de dilemas y paradojas, tanto morales, espirituales, religiosas, e incluso de carácter tecnológico; haciendo que ésta sea la más filosófica de las tres películas, o al menos la que tiene un discurso más elaborado.
Aquí se cuestiona todo, desde la naturaleza ambigua del humano, quien por momentos es héroe, monstruo o incluso dios; hasta la idea de que el hombre tiende siempre a la destrucción.
Si bien estos cuestionamientos siempre son interesantes, desafortunadamente terminan por caer en áreas comunes. Todo se reduce al hombre conta la máquina, el hombre contra dios, el hombre conta el hombre. No es nada que no hayamos visto en otras historias.
Otro factor en su contra
Godzilla: The Planet Eater se prolonga demasiado en monólogos, secuencias en las que en realidad no pasa nada más que reflexiones a veces redundantes y confusas, que ocupan casi dos tercios del metraje.
Desafortunadamente, cuando comienza la acción ésta no solo es de lo menos determinante, sino que es poco emocionante aún durante la batalla final.
El enfrentamiento entre Godzilla y Ghidorah pasa desapercibido, prácticamente no vemos a estos monstruos pelear entre ellos; vemos algo que intenta ocurrir, pero que nunca explota totalmente. Esto resulta decepcionante si tomamos en cuenta que un enfrentamiento entre 2 kaijus debería ser espectacular.
En conclusión…
Godzilla: The Planet Eater termina por ser la que más prometía, pero también, la película menos emocionante de la trilogía. La cinta se ahoga en su pretensión o ambición por tener un cierre espectacular; además, se siente desbalanceada entre la filosofía y la acción dejando una sensación de insatisfacción y quedándose en un constante “ya casi”. Un final como éste queda lejos de hacer justicia a los fans.
Por cierto, quédense después de los créditos.
Si ustedes ya vieron Godzilla: The Planet Eater cuenten que les pareció. ¿Les gustó este final?