Fate Stay Night regresó a salas de cine con su tercera entrega. ¿Fue lo que los fans esperaban?
Fue desde 2004 que la novela visual Fate Stay Night desarrollada por Type-Moon salió al mercado. A partir de ese momento, comenzó a ser adaptada a manga, películas y por supuesto, una serie. En el año 2006, apareció por primera vez dentro de la revista Ace Assault y luego en la Shounen Ace, de la misma editorial Kadokawa Shoten. Fue escrito por Datto Nishiwaki y Type-Moon, e ilustrada también por Nishiwaki. El 6 de enero del mismo año, se adaptó a un anime que sigue los tres escenarios de la novela visual.
Este 11 de marzo del 2021 fue estrenada la última parte de la saga de películas gracias a Konnichiwa Festival y Cinépolis. Fue dirigida por Tomonori Sudo, producida por Aniplex y guionizada por Akira Hiyama. El principio de la película muestra cómo Sakura cae en la oscuridad tras los pecados que ha cometido, frente a los ojos de Shirou, quien había jurado protegerla.
Después de que esta se llevara a Illya, y tras enterarse de que Zouken pretende transferir su conciencia al cuerpo vacío de esta, nuestro protagonista Shirou es enviado a vencerlo y recuperar a Illya, pero cuando se infiltra en el castillo esta parece no querer ser rescatada. Es así como en compañía de Rider, Shirou se embarca en una aventura cuyo objetivo es salvar a Sakura, y ofrecerle una segunda oportunidad.
El Apartado Visual
El apartado visual de la película y la música, como suele suceder en la franquicia, es magnífico y va con el ritmo de la película. Los movimientos rozan lo cinematográfico, jugando con alejamientos amplios que nos recuerdan tanto a los usados en una serie de anime. En los momentos de persecución son lentos, mientras que en las peleas se juega con la lentitud.
En dos horas, la película no nos ofrece muchos momentos de paz, la mayoría pasa entre una y otra escena de acción. Perro sea un momento de paz o uno de acción, resultan tener el mismo impacto en el espectador. Los efectos visuales tienen tintes de realidad, pero sin pasar a la hiperrealidad.
No solo es la magnífica técnica, también es cómo Fate Stay Night iii logra usar esta como una ventaja en cuanto a expresión emocional. Otra cosa es que los momentos de monólogo del protagonista que a veces suelen obviar las situaciones, algo que el espectador a veces no necesita, esta vez fueron pocos, y la mayoría de veces cada personaje expresó lo que sentía por medio de no solo sus movimientos, sino también los ángulos utilizados.
La cualidad del apartado visual se debe a la sensibilidad con la que se usó la técnica. Fate Stay Night III demostró cómo la narrativa debe funcionar, con sus elementos ténicos en sintonía con la historia que se está contando, y no solo para causar impacto en los espectadores.
El Apartado Auditivo
La música nos sumerge tanto en momentos de melancolía, como en momentos de epicidad. Por otro lado, la película juega con efectos de sonido pero también con el silencio, y este último parece ser uno de sus más grandes atributos. En algunas explosiones se produce un trueno que impacta al espectador, pero en otras, el silencio al esperar escucharlo y no obtener más que silencio, resulta ser más funcional para impactar.
Irónicamente, en una película que introduce música épica en la mayoría de su tiempo, el momento más silencioso resulta ser el más intenso. Me refiero al momento de la charla entre Sakura y su hermana, donde esta le pide disculpas y después cae presuntamente muerta a sus pies. Tras esta escena de quiebre, la llegada de Shiroi rompe con el silencio para abrir una de las secuencias más impresionantes de la película.
La película tiene un uso impecable de sus recursos técnicos, no solo por los impresionantes efectos de sonido y visuales, sino también porque sabe en qué momento usarlos y de qué forma. Por eso, el cierre de la trilogía en películas de Fate Stay Night III funcionó de manera equilibrada.
Cinéfila o Cinéfilo, ¿Qué opinas del final de esta trilogía?