El cine de género en las islas británicas ha tenido una peso importante casi desde su creación.
Las historias del escritor irlandés Bram Stoker, junto con sus compatriotas Oscar Wilde y Joseph Sheridan Le Fanu, definieron la novela gótica con personajes que permanecido en gran parte del imaginario colectivo. Y Stoker, no hay que olvidarlo, se inspiró para crear a Drácula en historias y leyendas de los bosques de Europa del Este.
Del folclore a otras historias: el changeling
El folclore europeo y, en especial, de Irlanda, ha dado lugar a historias que forman parte del inconsciente colectivo: pixies, leprechauns, hadas, son seres que viven en el bosque y forman parte de incontables historias en la cultura popular. Estos niños intercambiados eran justificaciones para deformaciones de nacimiento o enfermedades hereditarias. Se dice que en la misma Irlanda, ésa era una de las explicaciones sobre los niños zurdos.
Uno de los seres más curiosos es el changeling, que suplanta la identidad de una persona y se manifiesta a través de ella con cambios repentinos de carácter y de estados de ánimo. El folclore y las tradiciones han intentado dar explicaciones sobre las enfermedades psiquiátricas a través de dichos seres. El escritor Aaron Mahnke, creador del podcast Lore, menciona a los changeling como seres con sus propias agendas, quienes secuestraban a niños y personas adultas para sustituirlos por otras.
El bosque maldito
El cine de horror irlandés ha utilizado a estos extraños y fascinantes seres para contar sus historias. Es el caso de la ópera prima del director Lee Cronin, El bosque maldito (The Hole in the Ground), quien ya tenía experiencia previa en televisión y cortometraje. La película nos cuenta la historia de la joven madre Sarah O’Neill, interpretada por Seána Kerslake y su hijo Chris (James Quinn Markey); quienes se mudan a una pequeña ciudad en la provincia irlandesa. Por lo mismo, al pequeño Chris le cuesta trabajo adaptarse a su nueva realidad, una escuela diferente y un modo de vida distinto, además alejado de su padre.
En la cinta no se detallan los pormenores de la separación de Sarah, pero es un momento que marca la vida del niño. Todo aparenta normalidad, hasta que en un camino se encuentran de manera accidentada en la carretera con Noreen Brady (Kati Outinen), una mujer de edad avanzada quien años antes perdió a su hijo, y permanece en estado de trance, afectada todavía por mencionada muerte.
Es a partir de ese encuentro y de una incursión a un bosque cercano en donde halla un enorme orificio en la tierra (de ahí el nombre en inglés The Hole in the Ground), cuando la vida de Sarah empieza a cambiar. Su hijo cambia su personalidad: el niño tímido es transformado en uno extrovertido y diferente. Aquí conocemos a este changeling, quien controla por completo la vida de Chris hasta llegar al punto de agredir físicamente a su madre. A través de una serie de situaciones inusuales en la vida de Chris, como por ejemplo ese surgimiento repentino de una fuerza sobrenatural y los cambios en su actitud, es que Sarah decide investigar las razones de ese cambio abrupto.
No es una cinta que no tenga sus bemoles. *Pequeños spoilers a continuación
En el tercer acto suceden unos saltos de fe inexplicables que anteceden un final un poco atropellado. El director no explica bien por qué Sarah decide entrar al orificio para buscar la respuesta a la afectación de Chris. ¿Quién se metería en un hoyo en medio del bosque sin un objetivo? ¿Quién «llamó» a Sarah a realizar tan intrépido acto?, y ¿cómo es que regresó a su casa sana y salva? Salvo estas interrogantes que quedan sin contestar, El bosque maldito cumple con su objetivo: ser una historia de terror bien ambientada, con algunos buenos sustos y con buenas actuaciones. Además, Lee Cronin aporta algo al cine de género en la cinematografía irlandesa al introducir a este personaje perturbador que no es tan visto en las películas de terror hoy día. Gracias a él, tendremos en el changeling a un habitante más de nuestras pesadillas.