¿Cómo se le hace frente al lugar que te vio nacer, pero que a la vez te condenó cuando no cumpliste con sus reglas?
Después de dar un sermón sobre el libre albedrío del ser humano, el rabino cae muerto ante la sorpresa de todos los presentes. A cientos de kilómetros de distancia, en Nueva York, su hija recibirá la noticia. Sin ningún conocimiento previo de una enfermedad, decide regresar a casa. Aunque quizás la idea de despedirse de su padre no sea lo que más le aterre de ese viaje.
Al llegar a Londres, Ronit (Rachel Weisz) deberá afrontar a una comunidad que la había olvidado. Aunado a los prejuicios sobre su persona: desde su vestimenta hasta las decisiones que ha tomado en su vida. Por lo que los momentos incómodos serán la constante durante toda su visita.
Pero las sorpresas no terminan ahí para ella. Primero, porque se entera de que su padre la ha olvidado por completo en su testamento.
Y segundo, porque se reencuentra con sus amigos de la infancia: Dovid (Alessandro Nivola) y Esti (Rachel McAdams), quienes ahora están casados. ¿Acaso Esti también la ha hecho a un lado de su vida?
El libre albedrío como moraleja
Desde la primera escena con el sermón del rabino, hasta llegar casi al final de la historia (curiosamente, otra escena de sermón) el mensaje de la cinta es muy claro: los seres humanos tenemos la libertad de escoger en nuestras vidas. Pero eso no significa que será fácil, o que todo mundo estará de acuerdo con esas decisiones.
La relación entre Ronit y Esti muestra esas dos caras de la moneda. La primera, es una mujer que ha aceptado el exilio de su comunidad como una oportunidad para aceptarse. Mientras que la otra ha asumido “su papel” en la comunidad como la esposa buena y sumisa; la que se hará invisible de ser necesario.
Pero desobedecer también es una decisión; porque en la desobediencia podemos encontrarnos a nosotros mismos: Es la otra parte del libre albedrío. Aunque haya que lidiar después con las consecuencias de estos actos.
Mujeres rompiendo esquemas
“Desobediencia” es el primer largometraje en inglés del chileno Sebastián Lelio. Historia adaptada por el mismo y por Rebecca Lenkiewicz, de la obra literaria de Naomi Alderman. Quizás lo recuerden por su trabajo anterior, la cinta ganadora del premio Oscar a mejor película extranjera, “Una mujer fantástica”.
Es obvio que a Lelio le interesa retratar a mujeres que se salen de lo establecido, en búsqueda de su propia identidad. Esta vez lo hace con un trabajo de una cinematografía muy clásica y momentos tanto sutiles como intensos. Aunque si ven el tráiler sabrán que esperar de la trama de la película, el director se toma su tiempo para revelar las intenciones de sus personajes.
Y lo logra de una manera que mantiene interesado al espectador. Sentimos la incomodidad de Ronit cada vez que tiene que interactuar con su comunidad; de igual manera, la escena íntima entre las protagonistas está llena de emoción y sensualidad.
McAdams y Weisz entregan unas actuaciones de gran calidad. El final es lo único que sigue causándome confusión. Pero de nuevo: cada quien es libre de escoger lo que hace con su vida.
Cinéfilos, les recomiendo que busquen esta cinta y nos comenten que les ha parecido a ustedes.