Competencia Oficial: ¿Qué vale más, el Arte o el Ego?

Competencia Oficial es una divertida y sorprendente historia que nos invita a repensar de otra manera la creación cinematográfica

Competencia Oficial es una divertida y sorprendente historia que nos invita a repensar de otra manera la creación cinematográfica

Hacer historias sobre la creación cinematográfica siempre dan mucho de que hablar. Algunas se centran en el caso real de alguna producción o artista que dejaron una huella en la historia del cine, como The Disaster Artist, Trumbo o Salvando al Sr. Banks. Algunas son más bien parodias sobre los elementos más cínicos de lo que pasa tras bambalinas, vean los casos de Tropic Thunder o Barton Fink. Otras, simplemente toman como escenario la producción fílmica para explorar otros temas y a sus personajes, como en el caso de Mulholland Drive o El Ladrón de Orquídeas.

Pero En Competencia Oficial, la nueva cinta de la dupla argentina Gastón Duprat y Mariano Cohn, el centro del drama es el ego detrás de la creación artística lo que empuja una historia sumamente divertida y con giros bastante interesantes.

Competencia Perfecta

Entre Egos y Artes

La película empieza de una forma sencilla: un multimillonario en el ocaso de su vida está preocupado por su legado. ¿Qué puede hacer con todo su dinero? ¿Cooperar con el gobierno con obras de infraestructura? ¿Un equipo de fútbol? Entre tantas opciones, decide hacer una película. Él no tiene ni la más remota idea de cómo hacerla y, en realidad, le interesa muy poco, por lo que encomienda a la excéntrica directora ganadora de una Palma de Oro: Lola Cuevas (Penélope Cruz) que se encargue de eso. Su única petición es que sea la mejor película que deje su nombre como productor en alto, en la historia, por siempre.

Con la rienda suelta tanto creativa como financieramente, Lola llama al afamado Félix Rivero (Antonio Banderas), actor de diferentes blockbusters, ganador de miles de premios; y al sencillo Iván Torres (Óscar Martínez), un renombrado maestro actoral que, si bien no goza de la popularidad de Félix, es muy respetado entre la comunidad cinematográfica.

Sus personalidades no podrían ser más diferentes, pero realmente es su lucha de egos lo que hace tan atractiva la película. A pesar de sus logros y su popularidad, Félix no puede evitar sentirse intimidado por el respeto que profesa Iván, quien, al estar tan en contra de todo lo que representa la gran estrella de Hollywood, critica cada uno de sus métodos, aunque secretamente ese desprecio también está enraizado en un ego muy grande.

Competencia Oficial

¿Cuándo Termina una Película?

¿Qué puede más, el ego de los artistas o el arte mismo? ¿Importa la razón detrás de una creación artística? ¿Acaso importa todo lo que sucede detrás antes del producto final? Todas esas son preguntas que la película nos lanza a través de los continuos jales y empujes de Iván y Félix, pero también a través de la frustración de Lola, quien a pesar de ser extravagante, exigente y extraña, se las ingenia para ponerlos en su lugar. Ella es la única que parece interesada en el arte por el arte mismo, y está decidida a llevar su película a buen puerto.

La película, además de esto, también se las ingenia para lanzar curiosos comentarios a la crítica cinematográfica, a la necesidad de conceptualizarlo todo y atarlo a ideologías. ¿Cómo se pueden extraer análisis contundentes de una obra, cuando se sabe los pormenores que ocurrieron para construirlos? ¿Cuándo se conocen los cambios, las traiciones, los engaños de la gente detrás de esas producciones?

Competencia Oficial se las ingenia para que los cinéfilos/as más acérrimos intenten buscar una solución a todas esas preguntas, pero todo a través de personajes con una química impresionante, que construyen una atmósfera a veces tensa, a veces divertida, pero que siempre fluye con la trama y te da la sensación de que cualquier cosa puede pasar.

Sin duda, es una gran película que les hará sentir -y pensar- el arte de diferente manera.