CINEMA PARADISO

Una bella y conmovedora cinta Italiana, con especial dedicatoria al cine mismo.

El «Nuovo Cinema Paradiso», bien podría interpretarse como una epístola llena de romance hacía el séptimo arte; cuya finalidad subyace en la gratitud que se tiene por todas las emociones que el cine es capaz de generar.

El cariño al séptimo arte es algo que, sin duda; define y caracteriza a la mayoría de quienes en este momento se encuentren leyendo éste artículo. Un sin fin de porqués, justificaciones y contextos; rodean a la persona que ve en el cine, una alternativa sana como gusto voluntario y complaciente; cuya función, principalmente, es entretener y emocionar. Razones para quererlo, bastan. Aun así, cada individuo, en diferente medida o grado que posea; entiende al cine de una manera que lo aleja de su realidad. Al tiempo en que lo adentra a un mundo donde la ficción se codea con la cotidianidad, en un escenario lleno de relativas posibilidades; provocando en el espectador, una gratificante felicidad al ver reflejados en pantalla historias con las cuales se identifique. Pudiendo, o no, disfrutarlas y llegarles a tomar un aprecio significativo en cada una de las etapas de su vida.

A finales de la década de los 80’s, específicamente en el año de 1988, se estrena en Italia Nuovo Cinema Paradisomejor conocida como Cinema Paradiso. Dicha cinta estuvo escrita y dirigida por el director italiano Giuseppe Tornatore. Y en esta, se narra la historia de Toto, un pequeño niño del sur de Italia; y cómo surge en él un cariño especial por el cine. Un cariño que, a medida que transcurre el tiempo; se afianza más en su vida como único interés y objeto de real atención.

A lo largo de la historia, se abordan tres etapas de la vida del protagonista Salvatore Di Vita. Primeramente, en su niñez, Salvatore (Salvatore Cascioes un niño siciliano muy travieso e inteligente; que alterna sus días entre asistir a la escuela, y ayudar en la iglesia de su comunidad. Pero lo más importante, en mirar a escondidas películas desde la cabina de proyección con su amigo Alfredo (Philippe Noiret). Éste, un hombre mucho mayor que él, es el proyeccionista y está encargado de realizar las funciones cinematográficas en el pueblo. Toto, después de pasar tanto tiempo mirando películas y observando el trabajo en la cabina; aprende de Alfredo todo lo relacionado al funcionamiento del proyector. Para volverse así, un partícipe activo en la vida que tiene el cine en su comunidad.

Pasando los años, y con ellos, un cambio en las funciones que cada miembro del pueblo siciliano tiene; Salvatore (Marco Leonardi), ahora en plena adolescencia, es el encargado de proyectar las películas en la sala cinematográfica. Ahora alternando entre la escuela y su trabajo, que dicho sea; era algo que le traía mucha felicidad.

Por esos mismos años, el joven Toto encuentra en Elena (Agnese Nano); una compañera de la escuela recién llegada al pueblo; a un amor pasional y enternecedor que, sin duda, lo marca de por vida. Mediante el cual, de forma particular, mezcla a manera de metáfora sus dos grandes pasiones; el cine y el amor por Elena.

Posteriormente, dados los eventos que sugieren la necesidad de un cambio en su vida; Salvatore decide salir del sur de Italia y viajar a la capital del país; esperando que allí pudiera hacerse de un reconocimiento y una mejor calidad de vida. De esta manera es que el inquieto, pero muy curioso Toto; viaja en búsqueda de una oportunidad, siempre acompañado por los recuerdos de su infancia; y sus grandes amores que encontró en aquel pueblito en el que creció.

El Nuovo Cinema Paradiso, bien podría interpretarse como una epístola llena de romance hacía el séptimo arte. Una cuya finalidad subyace en la gratitud que se tiene por todas las emociones que el cine es capaz de generar.

Fundamentos para entender que el cine es pasión no faltan en esta cinta. Es más, cada minuto que pasa reafirma e invita a vivir cada una de las emociones representadas en la gran pantalla.

Por otra parte, el gran trabajo de Giuseppe Tornatore en la dirección, es algo sorprendente, ya que alcanza tintes de gran director, a pesar de ser ésta su segunda película realizada. Lastimosamente para su carrera, el resto de sus posteriores films no tuvieron la repercusión que Cinema Paradiso alcanzó, sin embargo, no por esta razón Giuseppe disminuye en calidad y estilo de dirigir, sino todo lo contrario, a medida que pasan los años, se afianza como uno de los importantes directores Italianos de los tiempos recientes.

 

COMO CONCLUSIÓN…

No se necesita ser un gran consumidor de películas, o tener conocimientos de cine para poder identificarte y compartir las pasiones del pequeño Toto, Cinema Paradiso por sí sola, es una obra cuya principal convicción es retratar de manera íntima y muy personal, la relación que puede llegar a tener un individuo al encontrarse cara a cara con su mayor pasión y deseo en la vida.

Al darle una oportunidad a esta maravillosa obra, podría ser que, sin darte cuenta, te des una oportunidad a ti mismo de encontrar y convencerte de aquello que tanta pasión y deseos te genera; porque, al final del día, todos somos o hemos sido Toto.