El enfoque distinto en abogacía de esta pareja es lo que deja grietas en su relación.
No es que no supiéramos que Kim y Jimmy es una historia por terminar, pero ver el fin de cerca es desagradable. En el episodio 6 de la 4ta temporada de Better Call Saul, las diferencias entre ambos aumentan.
Esta pareja apuntaba a distintos horizontes desde un inicio. Eso lo vemos con el intro -como de costumbre especial- del episodio. Hacen un flashback a los días que Jimmy repartía correos en HHM; con una Kim siendo interina y aprendiendo con entusiasmo de leyes. De hecho muestra gran aprecio a Chuck, a quien con gusto volvemos a ver.
En el corto intercambio se evidencian algunos elementos básicos de personalidad. Por un lado Chuck siempre se sintió superior a Jimmy, mirándolo casi de reojo. Kim es apasionada del derecho y escaló con esfuerzo para ser reconocida. Y Jim que encontró en las leyes una oportunidad de ser visto como alguien importante.
El enfoque distinto en abogacía de esta pareja es lo que deja grietas en su relación. Quizás la relación está rota de hace tiempo, pero cada quien la sostiene a punta del disimulo y esconderse sentimientos.
Como Kim cuando escucha que Jimmy no irá al psicólogo. Lo mismo pasa cuando ella le dice en un restaurante que trabajará en otra firma y que se dedicará a trabajos pro-bono… O sea que eso de andar defendiendo a personas en los juzgados es lo suyo. Tiene un noble sentido de justicia; uno que probablemente McGill no comprende, peor cuando en sus planes tenía montar una firma ellos juntos.
No es de la noche a la mañana…
Por otro lado está Mike y Gus organizando el espacio donde estarán los alemanes construyendo el laboratorio. Es un hangar bastante grande donde tendrán que vivir por alrededor de 7-10 meses; por ello Mike siendo un experto en prever inconvenientes, solicita aspectos básicos de convivencia extendida.
Futbolín, bar, máquinas para hacer ejercicios, televisores, más espacios individuales para dormir cada uno. ¿Nada mal para un proyecto secreto con mafiosos no? Es así que cuando Mike pone las condiciones del juego, rápidamente detecta a un trabajador que puede ser rebelde. Y es que claro, con lo meticuloso que es Mike, tiene suficientes cámaras de vigilancia para que nadie intente escapar o algo parecido.
El cuento de terror de Gus
Todos conocemos el aspecto cruel y despiadado de Gus que combina con su elegancia adquirida. Su vida de pequeño no es nada similar a los lujos que posee ahora… Y esa anécdota se la cuenta a un Héctor Salamanca moribundo y postrado en una cama de hospital.
El cuento en sí está narrado de una forma macabra, escondida en palabras del ayer… En un pueblo de Chile, Gus comenta que cuidó un árbol que le dio una fruta con la que pudo comenzar a hacer dinero. Pero llegó el día en que un animal de monte le estaba arrasando su negocio. La salida era enfrentarse al mismo, pero éste se terminó escondiendo debajo de su humilde hogar.
Pasarían horas y el animal no salía, así como tampoco Gus se movía esperándolo. Cuando finalmente lo hizo pudo capturarlo y en vez de matarlo… lo dejó vivir por mucho tiempo. La tortura es tácita en esta historia.
Gus se retira del hospital diciendo que sabe que Héctor despertará y él ahí estará listo para verlo sufrir…
No se metan con Jimmy
Cuando Jimmy fue a retirar el dinero «que le dejó Chuck» mira una HHM devastada. Las oficinas representan el estado anímico de Howard, quien sigue cargando la culpa de la muerte de su amigo. Jimmy lo hace reaccionar, le grita y le dice que ponga las cosas en orden. Fue como una cachetada para hacerlo revivir.
Y hablando de estados anímicos hay que decir que las palabras Kim lo hirieron mucho. Recuperar su licencia de abogado tenía un único objetivo y era crear esa oficina juntos. Ahora eso es imposible y lo sabe. Además sabe que él es bueno para una cosa: las calles.
Es así que compra una enorme cantidad de celulares y lo esconde en su antigua oficina del centro de belleza. Luego va a la esquina donde están los delincuentes que le robaron. Los trata de convencer que acepten dinero mensual a cambio de protección… Pero no aceptan y más bien quieren robarle de nuevo.
Jimmy huye hasta verse atrapado por los tres punks, quienes caen en la trampa. Instantes después los vemos a los tres guindados como piñatas, justo el nombre que lleva el capítulo. Ahí Jimmy, con ayuda de Huell y otro tipo, les deja bien en claro que él es el que manda y que corran la voz. La intimidación criminal le viene bien al menor de los McGill.
La espiral en descenso ya comenzó su travesía y estamos más cerca de ver la transformación inevitable a Saul Goodman.