Arrested Development: ¿Necesitábamos más de los Bluth?

La disparatada familia Bluth regresa a nuestras vidas con más enredos e ironía.

La segunda parte de la Quinta temporada de Arrested Development, una serie que en su pasado fue una de las comedias más originales de la televisión, ahora está rezagada a luchar contra titanes en la plataforma Netflix. Se agradece el gesto que hicieron por revivir esta muy querida producción, el problema es que lo hace demasiado tarde.

Antecedentes

La cuarta temporada, emitida en mayo de 2013, trajo esperanzas de volver a ver a la disparatada familia Bluth enredarse nuevamente en problemas únicos, irónicos y sorprendentes. Y lo lograron, el casting original estuvo reunido para hacer un esfuerzo de brindar a los fanáticos un vistazo «moderno» a una serie que brilló en la época 2003-2006. El mundo era otro en ese entonces.

Desgraciadamente, el tiempo de los actores provocó que dicha Temporada 4 tuviera un formato confuso, innecesario y complejo hasta para los mismos estándares que siempre mantuvo Arrested Development. Los episodios eran enfocados sólo en un personaje, con líneas de tiempo que se cruzaban y un final «trágico» en la festividad «Cinco de Cuatro».

Se puede decir que de alguna manera funcionó. Las bromas eran ingeniosas, los argumentos tenían esos momentos peculiares que siempre caracterizaron la serie, pero fue más laberíntico para su propio bien.

Justamente, ésa fue la mayor problemática para armar un guión sostenible con la audiencia en esta Temporada 5: recuperar la trama de algo presentado hace más de cinco años.

Temporada 5 con buena intención

Esta nueva temporada, que parece el cierre definitivo de la serie, retoma mucho de lo que ya olvidamos y que pasaba a un ritmo trepidante, por lo que cuesta un par de episodios caer en cuenta dónde va cada pieza.

Lo peor del asunto: la decisión de dividirla en dos partes de 8 episodios, con casi un año de diferencia entre cada uno. ¿Con qué necesidad la separaron? De por sí es difícil seguir el ritmo por los diálogos rápidos, la presencia continua del narrador y las bromas con «puns» (juego de palabras en inglés) para que hagan una pausa entre una parte y la otra.

Aun así es fácil detectar que los productores hicieron un noble trabajo en armar una comedia con un estilo tan distinto al común en la era actual.

Incluso dejan espacios como para los anuncios, hay escenas de lo que sucederá en el siguiente episodio, entre otros elementos que parecen fuera de formato. Eso sí, aprovechan para un par de bromas contra el propio Netflix.

¿En qué andan los Bluth ahora?

La trama de esta parte final de la Temporada 5 es tratar de sacar a Buster del juicio en su contra, acusado por el supuesto asesinato de Lucille Austero en esa fatídica noche del «Cinco de Cuatro».

Lo lindo es que hay auténticos momentos de comedia. Hubo partes en que me reí como con sus primeras temporadas, cuando estaban con Fox.

Ver a Gob decir algo ridículo o fuera de lugar; a Maeby y ese ingenio que a veces no lo usa para lo correcto; a George Michael tratando de mostrar que es más astuto de lo que es; a Tobías siendo Tobías; y, por supuesto, a George Michael (Sr.) y Lucille, los padres de esta familia de incompetentes. Asimismo, es genial ver a Michael tratando siempre de arreglar problemas cuando en realidad los termina empeorando. Lástima que de Lindsay no tenemos prácticamente nada.

Cada una de las tramas se desarrolla bien, se acopla para dar una finalidad en común: ya sea la construcción del muro, la aplicación Fake-Block o los trucos de magia para «volver a ser heterosexual» de Gob; todo gira bajo un propósito final que da una conclusión muy apropiada.

Me atrevo decir que tiene un final feliz, lo cual no es malo después de tantos años de desventuras en esta familia adinerada de Orange County.

Y… ¿valió la pena?

Como dije antes, hay bromas que me hicieron carcajear, escenas en que aprecio el esmero de estos actores para que, luego de tanto tiempo, puedan recrear a personajes que hace mucho dejaron atrás.

Hay personajes invitados que hacen excelentemente su papel, y que seguramente también los harán reír como a mí. El «pero» siempre lo mantengo en que se siente que hablan cien palabras por minuto, por lo que se debe mantener una atención importante a todo lo que pase, por más que sean chistes cortos.

Esos «gags» y referencias son esenciales para comprender el estilo de comedia de Arrested Development.

En conclusión, la Temporada 5 (Parte 1 y Parte 2) la percibo como ese «rush» que siente Buster cuando prueba jugos. Es delicioso, te hace delirar un rato, pero luego ya ni uno se acuerda de haberlo tomado.

Mi recomendación: Si nunca han visto esta serie, quizás por su edad, deberían ver las primeras tres temporadas, son una joya escondida de la comedia que encuentran en Netflix.