Para los fanáticos, Los Crímenes de Grindelwald queda como un fracaso; mientras que para el público en general, la experiencia es de aburrimiento.
Seamos sinceros, aun siendo fieles seguidores de la industria Harry Potter, pocos ansiábamos una segunda parte de Animales Fantásticos. Y es que con los problemas de la primera cinta, ésta tenía que resultar mejor, porque, en serio, peor que la primera era imposible. La verdad es que Los Crímenes de Grindelwald (David Yates, 2018) fue una gran idea vista desde una perspectiva de mercado, pero cinematográficamente muy mal ejecutada.
¿Referencias Fantásticas?
Lo que parecía un perfecto gancho termina por forzar la narrativa. La película es un conjunto de escenas-referencias que remiten al espectador a la saga de Harry Potter, pero nada más. Como fiel seguidora de la saga, más que nostalgia, sentí que veía una versión forzada de sucesos ya vividos.
Desde el inicio hasta el final, Los Crímenes de Grindelwald te lleva por un mar de intertextos no directos, imágenes que saben que el espectador va a relacionar sí o sí con la historia de Potter: desde un escape del ministerio de magia que recordó mucho al de Ron, Harry y Hermione con la liberación del dragón (en este caso un Zouwu) en la primera parte de la séptima película; hasta la escena de Leta Lestrange y Newt bajo un árbol que nos remite a Snape y Lily.
Especialmente, la imagen de un niño inocente que se ha quedado huérfano y muere a manos de una secuaz de Grindelwald recuerda al mismo Harry Potter, luego de que Voldemort acabara con sus padres; de hecho, la forma en que se demuestra cuán poderoso es este enemigo no es otra sin la comparación indirecta con el fracaso de Voldemort. Todo esto desemboca en una película saturada de referencias al punto de carecer de alma propia.
Patadas de ahogado…
Sí. El éxito fugaz de la primera cinta era algo que se tenía que superar a toda costa. ¿No funcionó Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos (David Yates, 2016)? ¡Perfecto! Hagamos que la nueva cinta esté atiborrada de referencias y escenas estimulantes para los seguidores. Parecía el plan perfecto.
Pero aunque la escena del boggart, o las melancólicas referencias al canto del fénix en la muerte de Dumbledore, fueron un puñetazo al corazón para los fanáticos, la cinta se perdió en un embrollo donde la línea argumental quedó totalmente forzada y en segundo plano.
Fan Service
Una de las preguntas más frecuentes de los fans siempre fue: ¿Qué veía Dumbledore en el espejo de Oesed? Muchas teorías apuntaban a que Ariana, su hermana muerta indirectamente por su mano, era la respuesta. Y ¿qué encontramos aquí? ¿Su romance con Grindelwald? ¿En serio? Una gran idea para causar conflicto. Además no hay que olvidar que la historia del romance entre Dumbledore y Grindelwald ha sido deseada por los seguidores desde siempre.
El acierto
Lejos de cumplir su principal cometido, Los Crímenes de Grindelwald sí logra superar a su antecesora. El estímulo visual de los efectos (incluso de hechizos nuevos que hubieran sido muy útiles a los personajes de Harry Potter… lástima que no existían en ese entonces) y algunas emocionante secuencias, los giros en las decisiones de algunos personajes, así como el mensaje final de la cinta, mantienen al espectador entretenido.
El discurso destructivo disfrazado de humanista expuesto por Grindelwald es un brillante final para la cinta. El pasaje de sucesos bárbaros hechos por los seres humanos y la idea de “Destruyámoslos antes de que ellos acaben con el mundo” planteada por una raza que se cree superior es una problemática tan real y cíclicamente humana que promueve una reflexión que vale la pena. ¡Único punto para la cinta!