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American Psycho

Una obra que narra el paulatino desarrollo de un asesino serial.
American Psycho
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Si hay algo en American Psycho que reluce al igual que la excelsa actuación de Bale; es una calidad estética en la fotografía, que minuciosamente impacta por los detalles plasmados en el filme. 

Evidentemente, como se hizo notar a lo largo del siglo XX, Estados Unidos es la nación que más ha aportado a la cultura popular; siendo el “hogar” de las vastas y tan variadas subculturas que han existido y que aún perduran en la sociedad occidental. Hippies, punks, darks, etc; son las más representativas e identificables de las llamadas tribus urbanas que ocupan las principales ciudades de cada país. Al existir tantos grupos distintivos con características tan particulares, ciertamente unos resaltan más que otros; a pesar de ese hecho, no habrá que olvidar al resto de subculturas que coexisten en la sociedad, deteniéndonos específicamente en los yuppies; término asignado a jóvenes profesionales entre 20 y 40 años, de clase media alta, exitosos, engreídos e inmerecidamente ricos.          

Estrenada en el año 2000; American Psycho es una cinta dirigida por Mary Harron, que se encuentra basada en la obra literaria homónima del autor Bret Easton Ellis. En esta se narra la historia de un yuppie neoyorquino, y su progresivo deterioro mental que lo lleva a convertirse en un asesino serial.

Christian Bale interpreta Patrick Bateman, un joven profesionista que trabaja en Wall Street llevando importantes cuentas y generando grandes ganancias. Mismas que le ayudan a mantener el status social elevado; además de un estilo de vida en el que cenas en lujosos restaurantes y prostitutas, eran algo cotidiano. Mención aparte, de su estricto y riguroso cuidado personal que, obviamente, lo vuelven un metrosexual empedernido. Al igual que otro trabajador de Wall Street, Patrick pose actitudes y comportamientos característicos de este tipo de personas; por lo mismo, se reúne con sus colegas en restaurantes en los que platican de temas triviales y sin alguna relevancia. Al mismo tiempo, convive con su novia, Evelyn Williams (Reese Witherspoon) frecuentando junto a sus amigos, lugares exóticos y de vanguardia social, tan superficiales como ridículos.

Como en cualquier otro trabajo, existen rivalidades entre compañeros de profesión; sin embargo, Patrick siente un gran recelo en contra de Paul Allen (Jared Leto); un joven que notoriamente es más exitoso y rico que él. Tanto odio hacia su compañero, provoca en Patrick una serie de sentimientos y sensaciones que desencadenan en su interior, una creciente necesidad de asesinar personas. De esta manera, la vida del melómano protagonista comienza a cambiar; no sólo por sus nuevas acciones que paulatinamente realiza, sino que también por estos deseos que lo envolvían completamente… Y lo seducían a desenlaces sangrientos.

En complemento a los atroces homicidios que se llevaban a cabo, surge un inconveniente para Patrick al ser cuestionado por el Detective Kimball (William Dafoe); quién está encargado de investigar la desaparición de Paul Allen, lo que genera presión e inseguridad al protagonista, pues se siente perseguido. Irremediablemente, la conducta de Patrick poco a poco comienza a empeorar; orillándolo a una pérdida de cordura que ocasiona en él, desconcierto e incertidumbre en sus acciones. Siendo llevado por sus deseos al borde de la locura, donde es incapaz de controlar sus emociones y por ende, sus actos; viéndose vulnerable ante cualquier persona.      

 

En conclusión…

American Psycho es un estupendo film con una intrigante trama, en la que se aprecia lo que pocas cintas ponen sobre la mesa. Narrando desde la perspectiva del individuo que a medida que avanza la historia se vuelve un asesino serial; y no cayendo en el cliché de una ordinaria película policiaca. Además, todo lo relevante del protagonista como sus sentimientos, deseos y sensaciones, recaen sobre una formidable actuación de Christian Bale. Sin embargo, contradictoriamente a lo esperado de una gran actuación, no se logra generar una empatía hacia su personaje, Patrick… Quizás por la situación en la que se desenvuelve a lo largo de la historia; donde difícilmente se puede sentir aprecio por alguien que realiza actos tan repulsivos que van en contra de lo aceptable. Sumado a la falta de carisma, tan típica en cualquier psicópata, que no favorece al protagonista.

No obstante a lo comentado, si hay algo que reluce al igual que la actuación de Bale; es la calidad estética que se aprecia en cada uno de los planos de la cinta. La fotografía es uno de los grandes soportes en los que recae esta intrigante historia; dirigida por una Mary Harron que lastimosamente no pudo explotar su calidad en otros trabajos, siendo éste, por el que más se le recuerda.

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